El ‘poltergeist’ de la batería del Aspire One

Aviso para navegantes… En nuestra anterior entrada sobre el Aspire One se han reunido hasta cinco comentaristas que cuentan cómo, después de no usar el netbook durante una temporada, la batería se niega en redondo a cargarse… Pues bien, a los cinco comentaristas pueden añadir el caso de servidor y el del coautor de este blog Carlos. Vamos, que algo debe haber de cierto… Afortunadamente, al que suscribe la más pura casualidad le ha arreglado el problema. Y es que ayer dejé el ordenador conectado a la corriente (y con la batería puesta, contraviniendo las sugerencias del fabricante, pero tampoco me preocupaba mucho conservar una batería que se negaba a cargarse), en marcha y sin hacer absolutamente nada (contraviniendo, esta vez, las normas del ahorro de energía y la ecología, pero es que uno es así de despistado) durante un buen montón de horas (al menos doce). Al darme cuenta, en vez de apagar el ordenador como un buen usuario, le saqué, a lo bestia, el cable de corriente y, para mi sorpresa, no se apagó (prometo que había hecho el mismo ‘experimento’ en otras ocasiones y que la autonomía de la batería no llegaba al segundo). Como era tarde y tenía sueño, me limité a apagar el ordenador, esta vez sí, como un usuario cuidadoso y a cruzar los dedos. Hace un rato he vuelto a encenderlo, sin conectar a la corriente y, confirmando la sorpresa, la batería afirma estar cargada al 100% (y nada indica lo contrario).

No sé hasta qué punto el experimento será replicable pero, por lo que cuesta y el riesgo que comporta, yo lo probaría, si tuviese por ahí un Acer Aspire One con la batería en huelga…

PS 20090307 Como apunta ‘Pepe Máquinas’ desde los comentarios (gracias, así da gusto), el problema radica en determinadas BIOS del Acer Aspire One 110, que bloquean la batería después de entrar en modo de ‘protección contra sobrecargas. La solución, descargar la última BIOS desde ftp://ftp.acer-euro.com/netbook/aspire_one_110/bios/ y ‘flashearla’ (para ello, basta tener una memoria USB a mano y seguir estas instrucciones). Disculpas a nuestros lectores por no habernos enterado antes de la solución, que estaba en *macles desde hace casi tres meses.

Packard Bell Easy Note BG45. Un netbook que no es un netbook

Captura del catálogo de Mediamarkt, con el ordenador del título por 500 euros y las especificaciones, explicadas en el texto que viene a continuación
¿Es un netbook o no?

Hacía mucho, mucho tiempo, que ver el catálogo del Mediamarkt no me llevaba a hacer una entrada en el blog. Y había dicho en algún momento que la ‘revolución netbook’ iba a afectar a los precios de todos los portátiles, incluidos los que no montan procesadores Atom. Y ahí lo tienen, en el último catálogo Mediamarkt, el Packard Bell Easy Note BG45-U-028SP, un 12 pulgadas con 1.87 kilos de peso, 2 gigas de RAM y procesador Intel Dual Core a 1.86 GHz… por 500 euros. Resolución WXGA, Bluetooth (aunque me parece muy mucho que lo de la grabadora de DVD no es verdad, que no hay catálogo de Mediamarkt sin error)… La primera reacción ha sido «toma metedura de pata en el precio». La segunda, preguntarle a Google. Y sí, que parece que es verdad (véase ‘review’ de uno muy parecido en PC Advisor). Que sí. Que el ordenador es capaz hasta de correr el Vista Basic con el que viene (‘correr’ igual es un poco exagerado, pero teniendo en cuenta el precio y el tamaño…). De la vida de la batería no dicen nada, aunque aquí dice que se acerca a tres horas…

Es el catálogo del Mediamarkt y, por tanto, importante asegurarse antes de todas las especificaciones en tienda (el producto aún no está en la web española de Packard Bell, aunque sí en las de otros países). Pero la cosa tiene miga. Lo que hay que ver…

Netbooks, Linux y devoluciones…

Uno de los efectos positivos que le veía uno a la moda esta de los ‘netbooks’ (sean Eees, Aspire Ones, MSI Winds o lo que sean) es que iban a popularizar Linux (quien le quiera dar la lectura, un poco más malintencionada, de que limitará las ventas de Windows, que lo haga, desde luego): 300 euros por el ordenador con Linux, 350 por lo mismo con Windows… como para pensárselo. Más aún si tenemos en cuenta mi propia experiencia con el Aspire One: para lo que lo quiero, aún no se me ha pasado nunca algo que me hiciese pensar en Windows: tiene su navegador, su cliente de mensajería instantánea, su OpenOffice y, con un poquito de trabajo, Gimp y Skype. ¿Qué más voy a querer?

Pues va a ser que no. Como mínimo, parece ser, para el caso de las ventas en Estados Unidos de los MSI Wind, las tasas de devolución de los modelos Linux cuadriplican las de Windows. Sorprendente, insisto, al menos para mí. ¿Tiene el usuario medio tan asumido que un ordenador tiene que tener «aspecto Windows»? ¿O quizá haya otros factores explicativos? Habrá que mantener los ojos abiertos. Vía.

Habemus Acer Aspire One

No sé cuándo se puso a la venta en España, pero debe hacer algo más de 24 horas que hermanito informaba que estaba a la venta en la fnac el Acer Aspire One 110 por unos bastante razonables 300 euros, con 512 megas de RAM y 8 gigas de disco SSD… y algo más de 22 que uno es propietario de un flamante modelo azul :-D.

Para el que no haya visto ninguno de los nuevos «netbooks» o «ultraportátiles baratos», se trata de una gama iniciada con el Asus Eee de ordenadores portátiles baratos (a partir de 250 euros), ultraportátiles (pantallas de 7 a 8.9 pulgadas, pesos típicamente por debajo de un kilo), sin lector de CD, pero con WiFi, basados en la familia de procesadores Atom de Intel (relativamente poco potentes, pero una auténtica virguería en cuanto a tamaño, consumo y, sobretodo, precio) y con sistemas operativos ligeros (alguna variedad de Linux o Windows XP) que corren sobren unos recursos limitados.

En el caso del Acer Aspire One, el precio de la configuración básica, como ya hemos comentado, es de 300 euros, que dan derecho a 512 megas de RAM, un disco duro de estado sólido de 8 gigas (que el sistema ve como 6,4 gigas, tan solo 3,7 disponibles para el usuario) y una pantalla de 8.9″ y 1024×600 puntos de resolución. En los laterales del sistema encontramos un puerto VGA, un ethernet, un USB y un lector de tarjetas SD en el lado izquierdo y, en el derecho, otro lector de tarjetas (esta vez multiformato, aceptando también xD y Memory Stick), dos puertos USB más, entradas y salidas de audio y un conector para cerraduras Kensingston. ¿Por qué dos lectores de tarjetas? Porque el de la izquierda es «especial»: si insertamos una tarjeta de memoria, el sistema la trata como si fuera una ampliación del disco SSD, con lo que podemos doblar el espacio disponible en el sistema por los treinta euros que viene a costar una tarjeta SD de ocho gigas. Aún no lo he podido probar, por lo que ya os contaré más sobre el tema otro día… Por lo que respecta a los puertos USB, ningún problema en enchufar un ratón, como era de esperar, pero tampoco para colocarle un disco duro USB de 250 gigas (variedad «no necesito fuente de alimentación»): aunque el sistema ha tardado unos segundos en reconocerlo, después se ha comportado de maravilla. La batería es de tres celdas y Acer le anuncia tres horas de vida, que yo dejaría más bien en «entre dos y dos y media». Y de regalo, una webcam de 0.3 megapíxels (esto es, 640×480). El sistema operativo, una variedad de Linux llamada Linpus.

En cuanto al aspecto externo, pasa con nota el «test de las amigas»: al enseñarlo a las amigas, en lugar de la típica reacción «el tipo este ya se ha comprado otro cacharrito raro» obtenemos un arqueo de cejas, una dilatación de pupilas y un «qué mono» sonriente… :-P. Le falla, eso sí, el ‘touchpad’, más pequeño que los habituales incluso en esta gama (y por lo tanto, bastante «nervioso» en el manejo) y con los botones a ambos lados, y no debajo, como es habitual. Estamos en el proceso de habituarnos, pero creo que lo lograremos. A cambio, llevar los botones a los lados reduce el tamaño del «reposamuñecas», cosa que permite, a la vez, un tamaño un pelo más compacto que otros rivales de gama pero un teclado un poco más grande, cosa que se agradece profundamente (aún así, que nadie espere batir récords de mecanografía con el teclado).

Como decíamos, el sistema operativo es la distribución Linpus de Linux (efecto colateral: el teclado carece de tecla ‘Windows’, que se ve sustituida por una tecla ‘Casa’). Al arrancar tenemos acceso a un menú básico con cuatro categorías: Conectar, Trabajo, Diversión y Archivos. En Conectar tenemos el navegador (Firefox 2.0.0.14), cliente de mensajería instantánea (compatible con las redes de MSN, Yahoo!, Google Talk y AIM) y cliente de correo electrónico, más un lector de RSS y accesos directos a la Wikipedia, Google Maps y Hotmail en un segundo nivel. En Trabajo tenemos acceso al procesador de textos, la hoja de cálculo y la herramienta de presentaciones de OpenOffice.org (en su versión 2.3), más gestor de calendarios y contactos, calculadora y bloc de notas en el segundo nivel. En el apartado de Diversión tenemos un reproductor multimedia (al que se le han atragantado unos cuantos códecs ya, tendré que investigar cómo actualizarlo) muy al estilo de un «Windows Media Center» más algunos juegos y acceso a la cámara web y un muy básico programa de dibujo. Finalmente, a través de Archivos tenemos acceso a las carpetas en que almacenar nuestros documentos.

Como ya hemos dicho, el menú por defecto del Aspire One es suficiente pero un tanto básico de aspecto y limitado si uno quiere acceder al sistema. Para meterle mano, una buena manera es hacer clic en «Mis Documentos», acceder al menú Fichero, hacer clic en Terminal y teclear xfce-setting-show, que da acceso a la personalización del escritorio Xfce que usa la distribución de Linux. Un primer paso llegados ahí es hacer clic en Desktop, acceder a la pestaña «Behavior» y activar «Show desktop menu on right click». Esto nos dará acceso a un menú que resultará más familiar a cualquiera que esté acostumbrado a una distribución Linux básica (y en cuyo apartado Sistema encontraremos un «Agregar/Quitar Software» que nos da acceso a un repositorio desde el que añadir más software al sistema). Ya puestos, también es conveniente pasarse por «Window manager» y seleccionar un aspecto para las ventanas que no se coma tanta pantalla como el estilo «Windows XP» que trae por defecto. En las preferencias del teclado descubriremos, además, algunas combinaciones de teclado útiles, como ctrl+alt+delete para acceder al monitor del sistema.