La historia de los navegadores

Artículo masivo en evolt.org sobre la historia y el futuro de los navegadores web. Ahí van cuatro puntos…

La historia comienza con la victoria de Explorer sobre Netscape 4. A partir de ahí se habla del desarrollo de Mozilla hasta el ‘advenimiento’ de Mozilla 1.0, y de Opera y Konqueror (un navegador para KDE).

Ahí entra la negativa de Microsoft a lanzar versiones ‘standalone’ de Explorer más allá de la 6 SP1, vinculando versiones posteriores de Explorer a nuevas versiones de sistemas operativos. Con lo que, de hecho, Microsoft deja de regalar Explorer. Esto es más así si se tiene en cuenta que el ritmo al que el usuario actualiza su sistema operativo decrece: ¿quién ha cambiado de sistema operativo recientemente sin cambiar también de ordenador? A medida que el PC medio satisface cada vez más las necesidades básicas y no tan básicas, cada vez basta más con ampliar memoria y espacio en disco… (Esto último es de cosecha propia :-P )

Un gran argumento del artículo es que, esto, al usuario final mayoritario, le da exactamente igual: usará el navegador que venga con la máquina que tenga, a no ser que se vea obligado a cambiar por algún motivo. Al fin y al cabo, Microsoft derrotó a Netscape poniendo Explorer en el escritorio de Windows.

De ahí pasa a expresar una obviedad importante: no va a haber una nueva versión de Explorer en muuuucho tiempo. Y Explorer tiene bastantes problemas con el soporte de CSS. Si esto se une con que Microsoft dijo que no puede actualizar Explorer sin actualizar también el sistema operativo, viene a querer decir que es incapaz de corregir los bugs actuales. El autor, Peter Paul Koch, lo relaciona con los problemas del código de Netscape en el momento de su caída: era enorme y casi imposible de mantener.

Todo esto significa, de nuevo según el autor, que los desarrolladores web van a tener que trabajar con Explorer 6 entre 3 y 6 años más. Lo cual es, aunque malo, mejor que tener que trabajar con Netscape 4, que era un monstruo abolutamente incompatible con los estándares. Pero la comunidad de desarrollo no comparará IE6 con NS4, sino con Safari, Mozilla y Opera, que son mejores, como mínimo desde el punto de vista del desarrollador.

Una comunidad, aunque pequeña, en la que parece que puede darse a Explorer por muerto es el mundo Mac, donde Safari, desarrollado por Apple y basado en el código de Konqueror, usurpa su sitio en el escritorio. De hecho, Microsoft no va a desarrollar más ningún Explorer para Mac (algo parecido podría ser lo que está pasando con Premiere, que deja de ser desarrollado por Adobe para Mac, donde Final Cut, de Apple, le reduce demasiado el mercado (paréntésis mío)).

Pero el escenario Mac no es para nada extrapolable al mundo Windows. En el momento actual, la estretagia para el desarrollador parecería ser convencer al usuario de base para cambiar a un navegador más cumplidor con las normas. Ahora bien, eso no va a conseguirse explicando el problema, ya que eso, básicamente, sólo interesa a los desarrolladores, que son una fracción ínfima de los consumidores web.

Otra obviedad de peso del artículo es afirmar que el desarrollo de Mozilla está muy ligado a la compañía Netscape, que ahora es parte del coloso (bastante en llamas…) AOL Time Warner. Y AOL ha usado básicamente Netscape como arma para negociar con Microsoft. Y esa negociación se cerró hace poco, amistosamente, con el intercambio de una buena cantidad de dinero en sentido Microsoft AOL… Lo que crea bastantes dudas sobre la continuidad del soporte (básico) de Netscape al equipo de desarrolladores de Mozilla. Sin embargo, y siempre según el autor, eso no debería impedir el avance de Mozilla, siempre que el dinosaurio se ponga a dieta (es decir, que no adquiera los vicios que mataron a Netscape 4 y podrían acabar dañando seriamente a Explorer).

También comenta que Opera, a pesar de estar muy bien gestionado y programado, lo tiene bastante difícil, ya que está por detrás de Explorer, Mozilla y Safari… Yo añadiría que el futuro de Opera, como compañía, está en el mundillo wireless, que es donde no hay un navegador dominante, donde Microsoft, al menos de momento, no es fuerza dominante, y donde parece que el volumen de Mozilla le impide participar de salida.

A partir de ahí, el autor se embarca en proponer una estrategia para convencer al universo para el cambio de navegador. Probablemente, lo mejor sea consultarla en el propio artículo. Pero lo que me parecía más importante eran los puntos hasta aquí, o sea que ahí quedan.

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