Primero fue un rumor, a principios de febrero. A finales, se confirmó, desde hace unos días está en la calle y desde hace algunos menos (pocos), en mi bolsillo: el Sony Ericsson K800i, el primer móvil de la casa con marca Cybershot…
Para los interesados, ahí van las primeras impresiones después de diez días de uso. Comencemos por lo malo:
- Esto es un móvil, no una cámara. Mucho Cybershot, pero no es una cámara. Probablemente sea la mejor cámara de móvil que haya en el mercado, pero no deja de ser bastante mediocre. Se agradece el flash y la luz de ayuda al enfoque, y se pueden recuperar fotos decentes, pero que nadie espere ‘revelar’ muchas fotos a 10×15 porque, salvo en las mejores circunstancias posibles la calidad no va a ser suficiente.
- ¿Y una salida estándar de auriculares? ¿Qué narices costaba ponérsela? Si al menos los auriculares incluidos en el pack justificaran la etiqueta Sony. Pero es que ni eso.
- ¿Cuánto va a aguantar la tapita de la cámara? Una gran idea proteger la óptica con un deslizador como el de las cámaras Sony de la gama T. Pero teniendo en cuenta que un móvil es algo que se acaba guardando en bolsos y bolsillos, no habría estado de más hacerla un poco más resistente. En un estudio absolutamente asistemático, una de cada tres veces que meto la mano en el bolsillo la tapa está abierta… Cabe añadir, además, que aunque el teclado esté bloqueado, abrir la tapa activa la cámara. Aún no le he hecho ninguna foto al interior de mis bolsillos, pero digo yo que no tardaré en hacerlo.
- ¿Memory Stick Micro? Claro. Porque el Duo no era lo suficientemente pequeño. Y qué más. Afortunadamente, la cosa queda un poco paliada por los 70 megas de memoria disponible que, sin ser suficientes para llevar MP3s más allá de lo testimonial, sí lo son para hacer una antidad razonable de fotos…
Pero la verdad es que ahí se me acaban las críticas. Yo venía de un Siemens S65. Y el K800i viene a tener el mismo aspecto (hasta un punto preocupante, es que son clavados), a ocupar lo mismo y a costar (comparando precios en el momento de la salida al mercado) un 35% más. Y con ese 35% tienes todo lo que tenía el otro, una cámara que se puede usar (a pesar de lo dicho), un móvil 3G de tamaño razonable, la radio FM, un motor Java mucho más potente (el minigolf que viene con el móvil es digno de verse), reproducción de todos los formatos posibles (aunque una máquina Flash habría sido la guinda del pastel), una pantalla espectacular y, todo ello, con una batería que aguanta un par de días de uso importante sin despeinarse (que con la cantidad de cosas que lleva el cacharro, no está nada mal)… Vamos, que para todo aquel que no necesite funcionalidades ‘smartphone’, desee llevar una cámara encima a todas horas, sin esperar demasiado de su calidad, y esté dispuesto a pagar los 400 euros por los que se puede obtener el cacharrito, es difícil disuadir de la compra.
Para cualquier duda, ahí están los comentarios.
PS 20060919 Para los interesados en más detalles sobre la calidad de la cámara, una comparativa entre el K800i y el N93 de Nokia.
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