Steve Jobs y el DRM

Steve Jobs publica hoy en la web de Apple una carta sobre el estado actual de la restricción digital de derechos, Thoughts on Music.

Extraigamos algunos puntos interesantes…

Jobs cuenta 90 millones de iPods vendidos y dos mil millones de canciones vendidas en iTunes. Le salen 22 canciones por iPod. Las investigaciones de Apple llevan a pensar que el iPod medio está «lleno a reventar» y que, por tanto, sólo un 3% de la música presente en cada iPod procede de iTunes (me da a mí, sin repasar los números, que eso es suponiendo que en cada momento esos dos mil millones de canciones compradas estén en un iPod y solo uno, pero nos servirá). Y esto le lleva a decir que le cuesta creer que ese 3% suponga un factor determinante que ligue el éxito del iPod al de iTunes o al revés. Jobs se está defendiendo de los problemas legales por monopolio que Apple está experimentando en algunos países europeos. No deja de ser curioso, eso sí, lo mucho que me suena el argumento ;-).

A continuación habla de licenciar la tecnología FairPlay (el DRM de Apple) a sus competidores, de forma que (i) el resto de tiendas pudiera vender música protegida para el iPod y (ii) el resto de reproductores pudiese reproducir canciones compradas en iTunes. El argumento que da Jobs para no hacerlo es que eso aumentaría el riesgo de filtraje de información al público, lo que a su vez facilitaría la vulneración de FairPlay, cosa que pondría en dificultades contractuales a Apple con las grandes discográficas… La verdad es que el argumento de Jobs tiene una solidez nula. En primer lugar, Apple puede licenciar la tecnología sin explicar sus secretos, en forma de chip, por ejemplo. En segundo lugar, Microsoft consigue licenciar su tecnología sin problemas, y dudo que sus tratos con las discográficas sean más favorables que los de la firma de la manzanita. Además, la «seguridad a través de la oscuridad» es la más fácil de romper. En tercer lugar, insultar de esa manera a Microsoft y Sony, por ejemplo, es de dudoso gusto e inteligencia. Pero de alguna forma se tiene que defender Jobs y su verdadero argumento, si es que tiene uno, está claro que no quiere desvelarlo.

Pero lo importante es que de ahí Jobs pasa a proponer como mejor solución posible un mundo libre de DRM. Dice, además, que el DRM ni sirve ni servirá para evitar la piratería. Apunta, además, que las ventas de las discográficas siguen haciéndose mayoritariamente en CDs que no ofrecen protección anticopia, por lo que es ridículo imponérsela a la música digital. Ninguno de los argumentos es en absoluto novedoso, pero ahora lo dice Steve Jobs, o sea que es posible que a él le hagan bastante más caso que a los millones de usuarios que llevamos años sufriendo el DRM en silencio (o saltándonoslo cuando podemos). Yo sé seguro que en un mundo sin DRM seguiré pagando a eMusic y a PixBox (estos últimos, a falta de una mejor alternativa). O sea que a ver si hay suerte y 2007 es realmente el comienzo del fin del DRM.

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