La teoría tras el buscaminas

Reconozcámoslo: nada, absolutamente nada, me ha hecho perder tantas horas como el buscaminas. Había una cierta edición para mi viejo Amiga que llevó la cosa hasta niveles casi patológicos, y el domingo pasado se me fue una cantidad de tiempo difícilmente justificable en inaugurar el nivel difícil en una distribución de Ubuntu (y me parece que me quedé en unos tristes tres minutos de mejor marca, muy lejos de las de mis mejores tiempos). El dichoso buscaminas es uno de esos juegos en apariencia sencillos y cuasialeatorios a los que, cuando les dedicas suficientes horas, les vas descubriendo poco a poco técnicas y tácticas que difícilmente habrías imaginado. Y el dichoso relojito convierte la cosa en una lucha contra uno mismo y el resto del mundo cuyo atractivo no es desdeñable (como mínimo para mí). Sólo intentaré excusarme tras el hecho que la cosa debe ser genética: al fin y al cabo tengo un hermanito informático con PFC sobre el juego del sokoban

En fin. Todo esto para comentar que hoy me he encontrado un texto sobre la historia del jueguecito de marras que es, además, un buen lugar de inicio para investigar en las partes más «enjundiosas» (perla para informáticos: se trata de un problema NP completo). Para los interesados, ‘Beyond Tetris’ – Minesweeper.

PS Imprescindible, como casi siempre, la correspondiente entrada de la Wikipedia, que lleva al vídeo del récord del mundo. 38 segundos que desafían mi capacidad de creer (diría que mis mejores marcas estaban alrededor de los 90…).

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