DVDs on demand: ¿Long Tail en las tiendas?

Idea interesante. Uno de los condicionantes de la cultura del éxito es que el espacio de estantería en las tiendas es finito y caro. Una tienda debe estar convencida que acabará vendiendo un disco (o un DVD, o un libro, o una funda nórdica, y si hablamos de productos perecederos, como la comida, ni te explico…) para tenerlo en estoc: si no lo vende, acabará generando pérdidas. Luego lo mejor, a priori, es tener las estanterí­as repletas de «greatest hits». Si uno se hace un sitio con un nicho, puede especializar su oferta y, corriendo un riesgo mayor, obtener mayores márgenes de beneficio por unidad (de nuevo, sin importar que uno venda discos, zapatos o productos de belleza) y, con un poco de suerte, un mejor negocio.

Ahí­ reside la ventaja de la tienda en lí­nea (Amazon, por ejemplo), que dispone de espacio de estanterí­a infinito y de precio í­nfimo (el del mantenimiento de una página web por producto, que tiende a cero muy rápidamente), ya que el producto fí­sico está guardado en un almacén, donde el coste que genera es mucho menor y, curiosamente, la infraestructura de enví­os es mucho más barata que hacer que el consumidor se sirva él mismo en la tienda, si la escala es suficientemente grande. Si la tienda es virtual (iTunes) y en los pocos centímetros cúbicos que ocupa un disco duro caben centenares de productos y el coste de envío es casi cero, el efecto long tail se dispara.

Imaginemos, ahora, que juntamos lo mejor de ambos mundos: catalogo infinito y coste cero de almacenamiento y distribución. No es tan complicado. Tomemos una fnac cualquiera (o el departamento de música y películas de unos grandes almacenes cualesquiera). Cojamos el espacio de almacén y restémosle un par de docenas de metros cuadrados. Metamos ahí un servidor de almacenaje que guarda en su [enorme] espacio de disco el catálogo de discos y películas de la tienda, unas cuantas estampadoras de CDs y DVDs (y discos HD DVD y Blu-ray, y lo que salga), impresoras de carátulas y empaquetadoras… Catálogo infinito, fabricación bajo demanda, coste ínfimo, riesgo cero. El concepto no es nada radical. Ejemplo 1: esas tiendas ya tienen quioscos de impresión de fotos que son básicamente eso, con la diferencia que el cliente se trae el producto de casa. Ejemplo 2: el ‘top manta’, el modelo de distribución más eficiente del planeta.

Ganan los artistas y/o titulares de derechos, que consiguen colocar su producto en todas las grandes (y no tan grandes) superficies. Ganan las tiendas, como ya hemos visto. Gana el consumidor, que encuentra siempre el producto que busca y compra un producto físico y sin DRM. Pierden, eso sí, transportistas y propietarios de espacio de almacén. Y podrían perder (estaría por ver) iTunes, Pixbox y demás tiendas de unos y ceros, por un lado, y las pequeñas tiendas de contenidos especializados, que podrían quedarse «sin hecho diferencial».

Es cierto, sí, que el empaquetado no será «de lujo». Pero, por un lado, en mi estantería hay muchas más cajas «estándar» que «de lujo» y, por el otro, no nos hemos cargado todo el espacio de almacén, que las tiendas podrían continuar dedicando al producto «de lujo» (que, curiosamente, da mayores márgenes de beneficio).

Pues bien, parece que en algo parecido está trabajando HP (Vía).

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