Supongo que es una noticia a la que los medios españoles no darán demasiado bombo (la SGAE no va a reenviarles la nota). Y es que la revista americana Forbes ha publicado una más de sus famosas listas de la gente con más pasta del mundo. Esta vez la especialidad es los músicos que más dinero han movido en 2006 (en Estados Unidos, naturalmente). La encabezan estos chicos nuevos que tanto me gustan, los Rolling Stones. ¿Y por qué es noticia en este blog? Porque la lista se confecciona considerando todas las fuentes de ingresos. Y en el caso de los Stones, y de bastantes otros miembros de la lista, la cosa está clara: se ganan la vida con el sudor de su frente, y es que los británicos aparecen con la envidiable cifra de 150 millones de dólares y, de esos 150, 138 provienen de currárselo en directo, sudar y hacer alucinar al personal.
Para no resultar demagógicos, fijémonos en un detalle: los Stones se forran porque cobran una fortuna por entrada. Más extremo aún es el caso de Barbra Streisand que, según Forbes, apenas movió cuatro millones de dólares en discos pero llegó a los noventa millones en conciertos sin llenar estadios, y es que la chica de la nariz curiosa cobra unos 300 dólares de media por entrada, con lo cual le bastó vender trescientas mil entraditas de nada, cosa relativamente fácil de hacer sin pisar escenarios grandes. Pero… no deja de ser justo que los que son forren son los que ofrecen un repertorio currado a lo largo de décadas, ¿no? Y que no se preocupe nadie por la cuenta corriente de los más ‘jovencitos’: en la lista aparecen, por ejemplo, Nickelback, con 74 millones, 40 de los cuales salieron de venta de discos, y 30 de conciertos. Vía.
PS Otra anotación: la lista de Forbes habla del movimiento de dinero generado por los artistas. Vamos, del importe aproximado de las ventas de discos y entradas. Cabe anotar que habitualmente los artistas se llevan un trozo de la tarta considerablemente más suculento de los conciertos que de los discos, con lo que (i) seguramente los Stones ingresaron bastante menos de esos 150 millones y (ii) considerando lo que acabaron ingresando, es probable que el desequilibrio sea aún más favorable a los conciertos.
PS 20070129 Chris Anderson da más datos: el año pasado, en Estados Unidos, el precio medio de la entrada de concierto subió un 8% y los conciertos movieron un 16% más dinero que el año anterior. Pobres discográficas, sin su trozo del pastel…