Categoría: Y otros enlaces

  • Byte, diciembre del 84

    Portada de la revista Byte de diciembre de 1984. El tema del mes son las comunicaciones. La ilustración es un PC con un tablón de notas, un buzón, un teléfono y una antena parabólica, Anuncian como bonus la guía Byte a los PCs de Apple

    Me paro, primero, en la editorial, que, como manda el mes, repasa lo visto en el año del señor de 1984 que nosotros llevamos repasando desde julio. El año del Mac, de los IBM PCjr y AT, del maravilloso Data General/One, del Apple IIe, de los procesadores 68000 y 8088 y 80186. De MS-DOS 3.0, de Turbo PASCAL, de dBASE III y —prometo que así lo dice la editorial— de la llegada de la IA a la informática personal. De las BBS Fido (y Fidonet). De la bajada de precio de los módems de 1200 baudios. De las pantallas LCD de 80 por 25 caracteres. De las RAMs de 256 kilobits (que no kilobytes). Del ratón. Del almacenamiento de datos en CD. Casi nada.

    Nos encontramos luego con que…

    Microsoft Delays Windows to Mid-1985

Microsoft announced in October that its Windows multitasking graphics operating environment would be delayed until at least June 1985. Windows was originally announced in November 1983 (see the December 1983 BYTE, page 48) and had been scheduled for release last month to manufacturers, who were to customize it for their machines.

Since Windows was announced, both IBM and Digital Research have introduced multitasking. windowing graphics environments. IBM announced TopView, which was released to software developers in September and is scheduled for general release in early 1985 with a price tag of $149. In October. Digital Research began shipping its $295 Concurrent PC-DOS (earlier called Concurrent CP/M-86 version 3.1 with PC-DOS emulation), which runs several MS-DOS programs simultaneously. Also in October. Digital Research announced its Macintosh-like Graphics Environment Manager for the IBM PC (see page 39), also planned for early 1985 release.

    Y también tenemos que…

    Computer Crime Bill Passes

A federal computer crime bill was included in the continuing resolution signed into law in October. Those who access classified information using a computer could be convicted of an additional felony. Other offenses are misdemeanors, including unauthorized access of a federal government computer or of data protected by the Fair Credit Reporting or Financial Privacy acts. Penalties include up to one year in prison and fines of up to $5000 or twice the value obtained or loss created by the offense.

    Plus ça change… En la sección de cartas, la discusión principal va de elegir qué lenguaje de programación explicar a los estudiantes (motivada por un artículo de la revista de junio (es lo que tienen las secciones de comentarios cuando dependes del correo postal: una «pequeña» latencia)). Cosas que se proponían… COMAL, que se ve que tenía una cierta tirada en Europa (no, yo tampoco he oído hablar nunca de él), Logo o FORTH, Pascal… y el inevitable BASIC y el terror que provocaba entre los expertos… a pesar de que es el lenguaje con el que de hecho aprendió a programar toda una generación. Así entre nosotros: que aprendan a programar, con lo que sea.

    En la sección What’s New, esta fantasía de Osborne, que sí, salía de su bancarrota, pero nunca más volvió a ser lo que había sido con el Osborne 1. Una lástima, porque ese diseño industrial…

    Osborne Introduces Vixen, Emerges from Chapter 11 

Osborne Computer Corporation. which expected to emerge from Chapter 11 protection by this month. introduced the Vixen portable computer.
The Vixen features a 7-inch amber display. two 390 Kbyte disk drives. 64K bytes of RAM, a 4-MHz Z80A microprocessor, and parallel and RS-232C serial ports. Bundled with the system are the CP/M 2.2 operating system, WordStar 3.3. SuperCalc 2. MBASIC. and Desolation, a game program. Also included are Osboard software, for drawing graphics, Media Master, to transfer in formation to MS-DOS format disks, and Turnkey, to change some system features.

The Osborne Vixen is priced at $1298. Optionally, an external 10-megabyte hard disk may be added to the Vixen: with an interface card, the hard disk is $1498

    De la sección de libros me quedo con COMPUTER ETHICS: A GUIDE FOR THE NEW AGE, de un tal Douglas W. Johnson. Sí, amigas, hace cuarenta años ya nos preocupaba el tema. Por lo que dice la crítica, el objetivo era demostrar que la ética de la informática era absolutamente necesaria. Si yo te contase, Mari Pili… Temas mencionados: errores y abusos en bases de datos, brecha digital (le llama «disparidad de acceso entre estudiantes ricos y pobres»), los problemas que crea pasar más tiempo con el ordenador que con las personas (SI YO TE CONTASE, MARI PILI)…

    Mención aparte para las maravillosas ilustraciones de algunos de los artículos. Podrían ser de Michael Witte (dice la tabla de contenidos que «section art by Michael Witte»), pero no estoy nada seguro…

    (Un mes de estos tenemos que detenernos en la mítica sección Kernel del no menos mítico Jerry Pournelle, por cierto.)

    Luego tenemos el artículo dedicado a los módems de alta velocidad: ¡9600 baudios!

    Dos tablas que ilustran, en primer lugar, el tiempo de transmitir datos en los diferentes tipos de módems, de 66 segundos por pantalla, o 23 horas para Moby Dick, a 300 baudios hasta solo 2,1 segundos por pantalla, o 43 minutos para Moby Dick a 9600 baudios.  La segunda tabla ilustra los precios de los m´dems: entre 60 y 350 dólares para los de 300 baudios, de 450 a 700 para los de 1200, 2500 para los de 2400. Los módems de 9600 todavía no estaban disponibles.
    Yo siempre he pensado que las velocidades de descarga desde internet deberían darse en «disquetes por segundo». Esto le da un nuevo significado: «disquetes cada doce minutos con módems de 2500 dólares de la época» (y algo me hace pensar que son disquetes de 360 kilobytes, además)

    Me quejaba yo cuando hablaban del número de septiembre de que en el artículo sobre procesadores de texto no mencionaban WordPerfect, a pesar de que ya estaba en el mercado. No tardaron mucho en resolver el tema:

    Artículo sobre WordPerfect. El subtítulo es "Poderosas capacidades... y algunas molestias"

    Cosas de la época: para correr el programa había que tener… 128 kilobytes de RAM (y, quizás más relevante, había que decirlo, porque no todos los PCs de la época tenían tanta RAM). Para los que nunca hayáis visto un procesador de texto en una pantalla de 80×25 (coged aire)…

    Dos capturas de pantalla de WordPrefect en una pantalla de 80 por 25 caracteres, en la que cada caracter ocupa exactamente lo mismo. En la segunda captura muestran el soporte para caracteres no anglosajones como acentos o la eñe, y el rudimentario soporte para fórmulas matemáticas.
    Maravilloso soporte para fórmulas matemáticas, ¿eh?

    Puedo prometer y prometo que en el artículo comentan lo fantástico que es tener WYSIWYG (abreviatura de «what you see is what you get», que alguien tradujo al español como VAQA, o «va a quedar así»), porque en aquella época lo que veis en las imágenes era lo más de lo más en cuanto a «la pantalla te muestra cómo quedará al imprimir». En serio.

    Por cierto: WordPerfect ya tenía por aquel entonces el «revelar códigos» que nos hace llorar de emoción a todos los que lo usamos y lo echamos ahora de menos en Word.

    (Comentaremos, además, que esas capturas de pantalla están hechas fotografiando la pantalla (y que esto no era exactamente fácil, en la época).)

    Y de los anuncios del número me quedo con este:

    Bank à la modem. Anuncio del Bank of America, que ofrece servicios de banca en línea. Para hacerlo más atractivo, ofrecen descuentos de 50 dólares en un módem de 1200 baudios.

    ¿No os parece delicioso lo de apuntarse o bien llamando a un «900» o bien recortando el cupón, rellenándolo y enviándolo por correo postal?

    Y claro, una vez acabado el número de la revista, de hecho comienza el especial dedicado a los ordenadores de Apple con, entre otras muchas cosas, entrevista a nuestro nunca lo suficientemente apreciado Woz:

    Página de texto. El título es The Apple Story, Part I: Early History. Entrevista realizada por Gregg Williams y Rob Moore.

    Historias de estudiar en los primeros grados universitarios de informática trabajando con papel y lápiz, comenzar a trabajar en Hewlett Packard (haciendo chips para calculadoras) antes de acabar la carrera, hacer el Breakout para Atari (no programando tal y cmo lo entendemos ahora: conectando chips), las primeras reuniones del mítico Homebrew Computer Club, el no menos mítico Apple I (precio de salida en 1976: 666,66 dólares (en serio); valor actual en subasta: por encima de los 200 000 (ayuda que solo se fabricasen unos doscientos)), que HP no lo quisiese como producto, fundar la compañía…

    Y, claro, un reportaje sobre el Lisa 2, que había salido al mercado en enero de aquel año, y que era la máquina en la que tenías que programar para su sobrino, el Mac, que acabaría matando y sutituyendo a Lisa 😢.

    Captura de pantalla de las dos primeras páginas del reportaje dedicado al Lisa 2, con el subtítulo "el ordenador más capaz de Apple".

    Y para cerrar… no me podéis negar que es la pantalla más cute que habéis visto en vuestra vida:

    Una pantalla de cinco pulgadas para el Apple IIc. Como es inevitable para la época, se trata de una pantalla de tubo, y a la escala, es como una maqueta de una tele de los años ochenta

    Y hasta aquí. El mes que viene, más. O no. Y como siempre, si os queréis ir a la fuente, aquí la tenéis.

  • Un 2021 de música

    Parece que la única manera de escribir una entrada al año es repasar la música del año anterior de la mano de mi cuenta de last.fm… (Que sí, que el resumen de Spotify está muy guay, pero hay vida más allá…)

    Histograma de reproducciones musicales al año. De 2005 a 207, unas diez mil reproducciones al año. De 2008 a 2019, unas quince mil. En 2020, casi 30000. En 2021, unas 28000
    Como 2020, 2021 fue un año de mucha música
    ArtistaReproducciones
    Belako (39)272
    ILE (8)262
    Keren Ann (35)250
    Four Tet (2)229
    Larkin Poe (-)229
    Agnes Obel (21)228
    Portishead (5)227
    Sara Valenzuela (7)227
    Jóhann Jóhannsson (33)225
    Loyle Carner (-)222
    The Rolling Stones (1)220
    Bully (-)207
    Nina Simone (45)204
    Paco de Lucía (-)204
    Alex Lahey (38)201
    Pocas cosas que no hubiese escuchado mucho en 2020, pero bastantes más voces femeninas en el top 15…

    Además de las Larkin Poe (rock de raíces, dice last.fm), Loyle Carner (hip hop) o Bully (grunge/rock/punk/pop), también irrumpen en el top 50 el ambient de Julianna Barwick (en el 18), el folk de Frazey Ford (en el 22) o Caroline Rose (en el 25), el maliense Afel Bocoum (en el 27), bastante indie con las madrileñas Hinds (en el 28), Julien Baker (en el 29), Soccer Mommy (en el 30) o Black Honey (en el 35), hip hop chileno con Ana Tijoux (en el 36), el garage de L.A. Witch (en el 45), la neopsicodelia de L’Epee (en el 46) y la pianista y compositora hania rani (en el 49). No me van a dar un programa en Radio 3, pero mira, como mínimo vamos variando la dieta. Aunque los estilos son los de siempre…

    Los estilos dominantes del año han sido indie, electrónica, rock, jazz e indie rock

    En fin. Cerramos el año pasado deseando escuchar menos música en 2021 que en 2020. Y lo conseguimos. Pero ojalá sigamos con la tendencia a la baja, dichoso virus.

  • Un par de episodios de podcast

    Servidor es un intenso oyente de podcasts, y dos de los que más está disfrutando últimamente (ambos descubiertos durante la pandemia) son Command Line Heroes y el Internet History Podcast. Para los interesados en la culturilla de la informática e internet, muy recomendables.

    Internet History Podcast es un «monstruo» de doscientos episodios (me faltan unos cincuenta para acabar la cole (dejaremos como ejercicio para el lector calcular una cota inferior para el ritmo al que voy)) que se publicaron desde 2014 a 2019, con entrevistas a personajes relevantes de la historia de internet y la web, sobre todo, aunque también se «cuelan» algunos otros temas que, aunque algo alejados del título del podcast, no dejan de tener su interés. Se trata de entrevistas de una profundidad considerable: un episodio típico dura algo más de una hora y el presentador, Brian McCullough, hace los deberes a conciencia antes de cada entrevista (de hecho, el proyecto culminó con la edición de un libro, How The Internet Happened, que me tengo que comprar (y leer) un día de estos. Los episodios memorables son numerosos. Se habla con algunos de los fundadores y primeros ingenieros de los primeros servicios en línea, de Mosaic, Netscape, Real Networks, o Internet Explorer, con los creadores de algunos de los primeros motores de búsqueda y servidores de anuncios, con testigos de las primeras iniciativas de medios que se lanzaron a la web, de gigantes como Time o AOL (y de la fusión de ambas), de los inicios del comercio electrónico, de la música en la red (con entrevistas con el «papá» del «emepetrés» y con el desarrollador del mítico WinAmp)… No os deberíais perder la historia de «el hombre que pudo ser Bill Gates» (el creador de CP/M), tampoco, y no pararía, pero lo que me ha llevado a esta entrada es la entrevista con Don Melton, que es el primer desarrollador que contrató Apple para poner en marcha Safari. Es como escuchar una entrevista con un secundario de Halt and Catch Fire (sobre la que escribí con Cristina Fort en el blog del trabajo) y, si os interesa lo más mínimo la historia de la web, vale mucho la pena:

    https://soundcloud.com/internethistorypodcast/148-don-melton-on-apple-safari

    (Otro episodio absolutamente Halt and Catch Fire es la entrevista con Rod Canion, de Compaq… la empresa que inspiró la primera temporada de la serie.)

    Command Line Heroes es mucho más pequeño (arrancó en 2018 y está a punto de llegar a los cincuenta episodios). Se trata de un formato con mucha más producción, con episodios de media horita que repasan diferentes temas que, además van variando temporada a temporada. Comenzaron con las guerras de los sistemas operativos, después llegaron unos cuantos episodios que confieso que no me llamaron mucho, pero después recuperaron mi atención con una temporada dedicada a diferentes lenguajes de programación y ahora estoy en plena cuarta temporada, dedicada a la evolución de los ordenadores, desde los mainframes a las consolas y los móviles. Y me gustaría destacar el último episodio que he escuchado, dedicado a los miniordenadores (que, si no tenéis una cierta edad, seguramente no sean lo que os podría venir a la cabeza al escuchar la palabra) y que, inevitablemente, enlaza con el libro The Soul of a New Machine, sobre la creación del primer «mini» de treinta y dos bits de Data General, allá por 1981. Me temo que no he encontrado una versión incrustable, o sea que lo podréis escuchar aquí.


    Ah, y no me podía ir sin mi cuña publicitaria ^_^.

  • Tres cosas que no entiendo por qué no hace Spotify

    «Liner notes»

    Foto de la contraportada de un LP. Incluye información de las canciones, como sus creadores y los productores
    La maravillosa foto de la contraportada del Let’s Get It On de Marvin Gaye

    Vale que el porcentaje de gente que se miraría la información que incluyen con frecuencia CDs y LPs es muy pequeño, seguro, pero dado el coste que iba a suponer (habilitar el espacio y dar permiso a discográficas y artistas para subir imágenes y/o textos)… Y para los que nos leemos estas cosas iba a suponer un factor diferencial importante.

    Anotaciones para canciones, discos y «playlists»

    Seré el único con memoria de pez, pero a mí me gustaría poder tener notas asociadas a canciones, discos y playlists. Idealmente, poderle poner notas (privadas y/o públicas) tanto a una canción, a una canción dentro de un determinado disco o playlist y a los propios discos y playlists.

    Y no solo es para los memoria de pez: si las playlists son, como dice la propia Spotify, uno de los mecanismos principales para fidelizar al personal, unas playlists más cuidadas deberían funcionar aún mejor…

    «Radio musical»

    Playlists anotadas plus plus plus…

    Si la playlist original se llama «programa de radio» y hoy en día cada vez consumimos más esos programas de radio en forma de podcast y Spotify apuesta fuerte muy fuerte por el podcast como medio, hasta el punto de invertir en empresas de creación y producción… ¿por qué no dejarme locutar lo que se me pase por la cabeza entre canción y canción y ofrecer ese producto como podcast? A los artistas les gusta poco el escaso royalty que paga Spotify (y Apple Music y Amazon y…), pero este es, por oyente, mejor que el que paga la FM, seguro.

    Bonus points:

    • los programas de radio han sido siempre un medio ideal para colocar publicidad (a poder ser solo para los clientes no-premium de Spotify, aunque probablemente esto sea demasiado pedir :-S), y
    • permitiría hasta un modelo de retribución para esos potenciales locutores…

    En fin. Cosas que se me ocurren por el exceso de calor…

  • Otro ereader más..

    Arriba un Energy Sistem eReader Pro. Abajo el Kindle, que hace tiempo que no pongo a cargar…

    Pues sí. No creo que hay ninguna característica en la que el Energy Sistem Pro+ sea mejor que el Kindle Paperwhite que, además, ahora mismo es algo más barato (aún sin las ofertas especiales de Amazon; ambos son enlaces patrocinados, por cierto: si os compraseis uno de los cacharros siguiendo el enlace me llevaría una pequeña comisión). Y, sin embargo, el Kindle hace tiempo que está absolutamente descargado y en desuso. ¿Por qué?

    El Kindle es un cacharro espectacular para hacer lo que hace, pero…

    • En primer lugar, te ata al ecosistema de Amazon. Lo que no es terrible porque, al fin y al cabo, la tienda de Amazon es la que más uso para comprar libros en formato electrónico, por un lado y, por el otro, saltarse ese límite no es tan complicado, si sabes cómo.
    • En segundo lugar, y esto es bastante más importante, al menos para mí, el eReader Pro es Android.

    ¿Y qué significa que sea Android?

    • En primer lugar, es una desventaja: Energy Sistem (y Boyue, que es quien realmente fabrica el Boyue T62 que la compañía española personaliza ligeramente y distribuye como eReader Pro) no tiene la capacidad de convertir un sistema operativo que no se hizo pensando en la tinta electrónica en un rival a la altura de Amazon, que naturalmente tiene muchos más recursos y, además, tiene una tarea mucho más fácil: una única función. Y se nota. Bastante.
    • Pero después, tiene la ventaja de poder correr aplicaciones. Como Pocket. O Instapaper. ¿He dicho ya que me permite usar Pocket? (Si no conocéis Pocket o Instapaper, ya tardáis en explorar el tema.) Que sí, que hay alternativas para «usar» (me faltan las comillas) Pocket en el Kindle (véase) pero son todas un parche. Y nada más que un parche. Algún día alguien me va a explicar porque los Kindles no vienen con soporte nativo para Pocket e Instapaper (es Amazon: no es que no se les haya ocurrido). Porque si bien entiendo perfectamente que un dispositivo para leer sirva exclusivamente para leer, que sólo sirva para leer libros, y no la ingente cantidad de contenido de calidad que se publica a diario en la web, me parece un error de gran calibre.

    Y una vez defendido el eReader Pro por encima del Kindle… ¿cuáles son los grandes problemas del cacharrito que pondrían de los nervios a quien sea (o como mínimo a mí)?

    • El primer problema es que la interfaz que le pone Boyue/Energy Sistema al cacharro es, por decirlo finamente, extremadamente espartana…
    • …y, además, le pone al dispositivo una barra de menús permanente que le quita toda la gracia a los botones físicos de avance de página que tiene el cacharro, porque cada vez que saltamos una página en cualquier aplicación, esta no se da cuenta de esa barra, salta demasiado y se come una línea de texto. Y esto nos obliga a retroceder una línea de texto. Cada. Puñetero. Salto. De página. O a hacer scroll «a mano», cosa que no es lo más recomendable en un dispositivo de tinta electrónica.

    Y la cosa… ¿tiene arreglo? Pues, perfecto no, pero… bastante. El «secreto» está contenido en esta página de «tricks & hacks». El proceso es relativamente sencillo:

    1. Nos vamos a la configuración del dispositivo y en la configuración de usuario le decimos que use (o no) los controles de volumen para pasar páginas (esto hará que los botones físicos para avanzar y retroceder página funcionen, dependiendo de aplicaciones).
    2. «Rooteamos» el dispositivo (ver guía). Esto nos permitirá instalarle un lanzador de aplicaciones decente al cacharro (yo soy muy fan de Nova, pero va a gustos) pero, sobre todo…
    3. Instalar full!screen, el programa que nos permitirá «comernos» la barra fija del cacharro y, por tanto, pasar páginas con los botones sin sufrir un ataque de nervios.
    4. La combinación de lanzador de aplicaciones y full!screen tiene un efecto secundario: perdemos un acceso claro a la configuración de la iluminación de la pantalla o a activar o desactivar la WiFi del dispositivo, por ejemplo. Para solucionarlo, arrastraremos a la primera pantalla del lanzador el programa «screenlight» y el «widget» con la configuración de la WiFi. Mientras estemos en ello, también el widget de full!screen, por si necesitáramos por algún motivo recuperar la barra fija.

    Y… voila. Un lector electrónico sin las limitaciones del Kindle y con bastantes menos problemas que la configuración inicial del eReader Pro. ¡Que aproveche!