Llevábamos mucho tiempo sin ver verdaderas novedades en el campo de las cámaras compactas digitales. Las mejoras, últimamente, se reducían, por un lado, a la electrónica, con cada vez más y mejores modos automáticos y manuales, y más megapíxels y, por el otro, a las pantallas, que en muchos modelos se acercan peligrosamente a los límites físicos de la cámara. Pero en cuanto a ópticas, lo universal es el casi omnipresente 3×, un 35-115 milímetros (cinco arriba o abajo, según fabricante), más o menos luminoso según lo que estemos dispuestos a dejarnos al pasar por caja. Y para los que deseen una cámara más fina, algunos fabricantes ofrecen modelos con el mecanismo montado en perpendicular, y un espejo estilo periscopio en el extremo: cámara más compacta, ausencia de elementos móviles externos al cuerpo de la cámara, y la inevitable distorsión introducida por el espejo.
Pues bien, va Kodak, e innova. La gran novedad de la V570 es que monta dos ópticas dos, en una sola cámara. La convencional la cubre un equivalente 39-117 (montado en perpendicular), y le añaden a la receta una óptica fija, de 23 milímetros, que es casi un ojo de pez. En vez de complicarse la vida inventando algún dispositivo mecánico para mover los dos conjuntos de lentes sobre el sensor, Kodak tira por el camino más corto, y monta dos CCDs. Tenía que pasar. Al fin y al cabo es la ley de Moore: el precio de los componentes ópticos y mecánicos no baja de precio, pero el de la electrónica sí, y acaba siendo más barato añadir otro sensor que tirar de ingeniería convencional.
Como comentan en Imaging Resource, va a ser la cámara de las inmobiliarias metropolitanas, ya que el 23 permite mucho mejores fotos en los espacios reducidos de los nanopisos de nuestras ciudades…
La nota de prensa, en Digital Photography Review, por ejemplo.
A parte de la innovación del doble sensor, la cámara es bastante ‘al uso’: cinco megapíxels, captura de vídeo MPEG-4 a 30 cuadros por segundo, pantalla LCD de 2.5″, reducción automática de ojos rojos, 22 modos de escena, 32 megas de memoria interna, y capacidad de usar tarjetas SD (no incluye ninguna en el precio, que anuncian en 400 dólares).
Incluyen, eso sí, la opción de corregir ‘en cámara’ la distorsión del ojo de pez, si se desea, y ofrecen dos modos de combinar las dos ópticas: bien saltando de una a otra al intentar abrir más allá de los 39 milímetros, bien simulando un salto más suave mediante zoom electrónico, aunque no sé yo cómo van a corregir el inevitable efecto de paralaje (definición DRAE :-P ) en el salto.