Seguimos leyendo la revista Byte, pero cuarenta años tarde (todas las entradas disponibles en la etiqueta Byte). Si queréis pasar de mis extractos y acudir a la fuente, tenéis todo el histórico en archive.org y el número del mes aquí.
Este mes la cosa sera (relativamente breve). La portada, no especialmente destacable:

De las noticias, me quedo con un breve. ¿Sabíais que este mes se cumplen cuarenta años del anuncio de Excel? ¿Sabíais que Microsoft lo lanzó inicialmente para el Mac? Pues sí…

¿Se fiaba mucho Microsoft del éxito de Excel? Pues no sé, pero unas páginas más adelante la empresa anunciaba su solución de hoja de cálculo para el Mac:

Y en la lista de productos tenemos nada más y nada menos que el PC AT de IBM, con su 80286 y sus 256 KBs de RAM en el modelo básico (apenas cuatro mil dólares de la época):

Por cierto… ¿lo de la compatibilidad de los PCs? El AT venía con un teclado nuevo, y el software para los PCs anteriores de IBM que accedía directamente a sus teclados (juegos, por ejemplo)… no funcionaba en el AT. El paso del 8086 al 286, para sorpresa de nadie, también daba sus propios problemas.
El AT, por cierto, era el primero en poder usar los novísimos discos de alta densidad, con sus casi infinitos 1,2 megabytes (hablamos de discos de 5¼ pulgadas, claro), a 500 kilobits por segundo. Sorpresa: las unidades de disco también suponían un problema de compatibilidad: si escribías a un disco de doble densidad, este no necesariamente sería legible en otros PCs. ¿Sistemas operativos? PC DOS 3.0 (no, no MS DOS) o el Concurrent DOS de Digital Research.
Y de los anuncios, me quedo con el SORD IS-11C. ¿No os provoca una cierta ansiedad la bisagra de la pantalla?

Dice la Wikipedia que llevaba un Z80 y que la resolución de la pantalla era de 256 × 64. No habla del peso ni de la batería (algo me dice que solo funcionaba enchufado a la corriente).
Y con esto me paso a la sección de programación, donde encontramos, primero…

Si hoy en día incluimos en una revista un programa para convertir números decimales a fracciones con la capacidad de reconocer al menos unas cuantas raíces cuadradas (el programa reconocía las raíces de 2 , 3 y 5, y π y π2), explotan cráneos (el autor, por más inri, era un estudiante de medicina de Estocolmo). Y por si esto no fuese suficiente…

(El programa usa la serie de Taylor de la arcotangente y da quince cifras de π, más que suficientes para básicamente cualquier cálculo práctico.)
En fin. Volvemos, con un poco de suerte, el mes que viene. Si queréis anticipar el «futuro», podéis hacer trampa aquí.