Una apología de GMail que me habría gustado escribir a mí, por lo clara que es. En resumen:
- Nadie regala nada. Ni Google. Y están en su derecho de recuperar dinero, y ganarlo, vendiendo anuncios, como el resto de webmails (de hecho, los de GMail, por las capturas previas, son menos obstrusivos que los de los dos mayores proveedores de webmail).
- Si alguien supone que el hecho que un robot lea sus correos atenta contra su privacidad,
- que no use el servicio,
- que sea consciente que su correo ya lo leen uno o dos antivirus y uno o dos filtros antispam,
- que sepa que todo aquello que no pase por un https:// no es privado,
- y, finalmente, que utilice una cuenta de correo pop y aprenda a usar PGP.
Envía a esta página de Google en la que se aclara, entre otras cosas, que si no garantizan la eliminación inmediata de la información de una cuenta de correo es porque conservarán durante un tiempo copias de seguridad.
Añadir una cosa. Esto del targetting para publicidad, que yo sepa, no es un invento nuevo. SI navego por una página web americana y me enseñan publicidad en español, digo yo que será porque me están mirando la IP, ¿no?
PS Sí es cierto. Soy culpable. Me cae bien la gente de Google. Lo siento.
Deja una respuesta