Byte, septiembre del 84

Si hay alguien prestando atención (¿hay alguien prestando atención?) quizá se haya fijado en que en septiembre no publicamos la entrada correspondiente al mes de septiembre (del 84) de Byte, como amenazamos… ¿Por qué? Pues, por una vez, habíamos hecho los deberes… y preferimos no entregarlos, porque no somos muy listos. Y es que Byte decidió publicar no un número, sino dos, aquel mes… y nosotros no nos habíamos dado cuenta. La cuestión es que el PC de IBM, en aquella época, era la noticia. Hasta el punto de que Byte decidió dedicarle un número especial:

Portada de la revista Byte de septiembre de 1984, número especial dedicado a los PCs de IBM

Y sí, en septiembre del 84 tenía todo el sentido del mundo dedicarle un número al PC de IBM… pero en septiembre del 24 repasar el número es un aburrimiento que no pensaba yo infligir al lector de obm. Baste decir que se repasaban las características del PC XT (por 4395 dólares de la época: un 8088 a 4.77 megahercios, 256 kilobytes de RAM ampliables a los míticos 640, disquetera de 5 ¼ y 360 kilobytes y enorme disco duro de 10 megabytes (añadir un segundo disco con 10 megas más, 1395 dólares más), y BASIC en casette) y algún que otro primo suyo…

(Si queréis tener en cuenta la inflación, en Estados Unidos desde 1984 a la actualidad básicamente hay que multiplicar por tres cada precio que veáis. Intentando no marearse.)

Quizá podríamos destacar el artículo con la previsión de que IBM iba a dominar el mercado… El PC sí lo dominaría durante décadas, pero la propia IBM explica que, después de su lanzamiento en agosto de 1981, en el 82 tenían el 80% del mercado… pero que una década más tarde se contentaban con el 20%, y para 2005 habían abandonado el mercado. Hacer previsiones en tecnología es lo que tiene…

IBM Forecast. Market Dominance. IBM's array of follow-up products and enhancements for the PC means it is here to stay.

¿Más cosas? Seguirá sorprendiéndome siempre recordar cómo una revista «generalista» podía dedicarle artículos a Prolog o a una introducción al ensamblador… Me sorprende menos que le dediquen un artículo a los procesadores de textos… pero me entristece un poco que el mercado fuera más diverso entonces que ahora (y que no mencionen a WordPerfect, que ya estaba en el mercado):

Word Processing Revisited. A review of five new versions of familiar WP packages for the IBM PC — WordStar, Word, pfs:Write, Multimate and FinalWord

Y la idea era esperar a que llegara octubre, porque el que nosotros creíamos número de octubre trataba un tema un poco más recuperable cuarenta años más tarde…

Portada de la revista Byte de septiembre de 1984, dedicada a los gráficos por ordenador. Lo ilustra un gráfico de aspecto voluntariamente hecho por ordenador de un ordenador

Y sí, la lectora de vista de águila se habrá fijado en que en la portada pone que es el número de septiembre… pero nosotros no nos habíamos dado cuenta. Qué le vamos a hacer.

En cualquier caso. Al lío.

La publicidad siempre da juego… Por ejemplo. ¿Quieres hacer una presentación? Pues los proyectores actuales no existen. Tenemos, eso sí, los de diapositivas, o sea que te va a tocar fotografiar la pantalla de alguna forma y hacer una diapositiva 🤯.

Foto. En el fondo hay un ordenador IBM PC con un diagrama de sectores. A su lado, un dispositivo de la marca Polaroid, con el nombre de modelo Palette, al que alguien ha juntado una cámara réflex. En primer plano, una mano sostiene una diapositiva con el mismo diagrama de sectores, en colores mucho más vibrantes que los de la pantalla

Polaroid eligió una publicidad bastante minimalista. El aparato, con algo más de detalle:

Foto. Se trata de un anuncio a toda página. La foto que lo ilustra es una versión de la foto anterior de esta entrada. Se da más infromación sobre cómo Polaroid Palette, por menos de mil quinientos dólares, puede producir diapositivas de 35 milímetros en color de gráficos del IBM PC, pero también del Apple IIe o el DEC Rainbow
Imagen robada de https://www.ebay.ca/itm/143208417289

¡Menos de 1500 dólares! ¡Hasta 72 colores!

¿Siguiente? Pues me parece que mientras haya anuncios del Commodore 64, os vais a comer los anuncios del Commodore 64…

Anuncio a toda página del Commodore 64. Lo ilustran dos fotos. La primera lleva el texto "It's not how much you pay", y aparece la caja de un PC con su teclado y nada más. La segunda lleva el texto "It's how much you get" y aparece un Commodore 64 con un monitor mostrando un gráfico de tipo empresarial, una impresora y una disquetera. Debajo, un texto explica que e IBM PC tiene un precio de 669 dólares, y el Commodore 64, 215.

Cierto es que Commodore engaña (con la foto, no con el texto) y que por 215 dólares no te ibas a llevar ni la disquetera ni la impresora ni el monitor, pero también lo es que 670 por un PC Jr con 64 kilobytes de memoria, comparado con los 215 de un 64 (pongamos que 430 con la disquetera), con el software que había disponible en la época, es como para no dudarlo ni un segundo.

¿Y más allá de los anuncios? Pues alucinar un poco, por ejemplo, con que la sección de gráficos arranque con un artículo sobre fractales (muy en boga en la época)… en que se habla con el mismísimo Benoît Mandelbrot

Tres imágenes generadas por ordenador de paisajes montañosos creados usando técnicas de fractales
Creo que en la época era ilegal hablar de fractales sin poner las dichosas montañitas del clásico The Fractal Geometry of Nature
Imagen de un fractal. El pie de la imagen está a continuación en el texto.
<rant class="señorMayor">Ojo al pie de imagen. Me da a mí que si hoy en una revista de quiosco se publicara un pie con el texto «Mandelbrot dice: La homeografia más general puede escribirse como el producto de una inversión, una simetría con respecto a la recta (que es una inversión degenerada) y una rotación» habría heridos.</rant> (Aunque dudo que en la época hubiese muchos lectores a los que les quedase claro el tema, por otro lado.)
Código en AppleSoft BASIC (unas 45 líneas) para generar un fractal
Pero en la época no les preocupaba demasiado dejar heridos de todo tipo, parece ser 😬

Si tenéis ganas de leer (encontraréis el PDF, como el resto de números de Byte, en este archivo), en la página 189 (y siguientes) encontraréis un artículo de Isaac Kerlow introduciendo lo que es la práctica del arte digital (el tal Kerlow es un personaje curioso: en el 84 estaba a punto de fundar el departamento de gráficos por ordenador del Pratt Institute, y hacía apenas unos pocos años de su estancia en Barcelona para estudiar diseño a finales de los setenta). El aparte que le dedica a la controversia del arte digital…

Captura de una página de texto. El título es The Controversy Computer Art. El texto más destacable está a continuación en la entrada

…contiene un fragmento que me permito destacar:

Quizás llegará el día en que sistemas informáticos inteligentes nos den software de generación de imágenes capaz de desarrollar un estilo propio. Mientras tanto, sin embargo, el ordenador es tan solo una herramienta.

Isaac Kerlow

Personalmente pienso que el ordenador sigue siendo tan solo una herramienta, pero se puede iniciar un debate interesante proyectando esa frase, con la fecha, sobre una pantalla :-).

Y un poco más adelante también se encuentra una introducción a los gráficos 3D, con sus fragmentos de código ensamblador x86 para hacerlo (porque, en aquella época, estas cosas o se hacían en ensamblador o no se hacían, claro):

Unas 60 líneas de código ensamblador
No apto para casi ningún público 😬

Y cerraremos el repaso con dos apuntes más. El primero, un recordatorio que los «smart watches» no son un invento de este siglo:

Un reloj digital marca Seiko. ´Tiene una pantalla de dos líneas y media docena de botones.

El Seiko RC-100, con sus dos filas de diez caracteres de 5×7 píxeles, sus dos kilobytes de memoria y su interfaz RS-232C, llegó mucho antes de que se acabase el siglo XX. Y por apenas cien dólares…

El segundo apunte:

Imagen del Sinclair WL, con un presunto y paródico algoritmo de fabricación británico que tiene mucho que ver con lo que ahora llamamos vaporware

El Sinclair QL, con su procesador 68008…

En fin. Que si encontramos tiempo, volvemos este mismo mes, con el número de este mes. Mantened los dedos cruzados. Y si no os fiais, siempre podeis acudir a la fuente.

Adpocalypses

¿Había dicho alguna vez que, si te interesa la web, el podcast de Igalia es un must? El último episodio, Adpocalypse (nótese el singular de su título, por el plural del título de esta entrada), es de escucha más que recomendable.

(No me gusta incrustar podcasts de YouTube, y menos cuando no tienen vídeo, pero no he sabido incrustar desde la entrada original —contiene transcripción, por cierto— ni de Apple Podcasts, y me niego a incrustar podcasts desde Spotify por poco que tenga otra opción.)

En fin. A lo que íbamos. El ‘adpocalypsis’ (de ‘ad’, anuncio en inglés, y apocalipsis) al que se refieren es el que se le puede estar viniendo encima al mundo de los navegadores web como potencial resultado del juicio en que se ha dictaminado que Google mantiene su monopolio en servicios generales de búsqueda y en publicidad textual en búsqueda vulnerando las leyes antitrust de los Estados Unidos. La cosa no está para nada decidida, porque, de salida, Google va a apelar todo lo apelable (vamos, que no se va a hacer nada al respecto en años) y, además, todavía no sabemos cómo decidirá el juez intentar romper ese monopolio. Pero el ‘adpocalypsis’ que anticipa ahora mismo la mayoría llegaría si el juez decidiese impedir a Google una de las prácticas que realiza ahora mismo: pagar una morterada por ser el proveedor de búsqueda por defecto en todo tipo de dispositivos y navegadores. Y es que, como resultado de la publicación del veredicto, ahora sabemos que Google pagó a Apple en 2022 la friolera de veinte mil millones de dólares por ser el primer motor de búsqueda tanto en Safari como para los resultados web que nos da Siri (con unas condiciones adicionales bastante curiosas: Apple se compromete a no trabajar en mejorar los resultados web de Siri, por ejemplo), y más de cuatrocientos a Mozilla para ser el primero de la lista en Firefox. No sabemos (o yo no lo sabido ver (tampoco es que me haya roto los cuernos buscando)) lo que paga Google a Samsung o Motorola por el mismo concepto, pero seguro que paga, y no poco.

¿Qué significa esto?

En primer lugar, que ahora mismo (y desde hace años, y durante unos cuantos más) todos los navegadores web se financian a través de la publicidad de Google. Apple defenderá todo lo que quiera que ellos son los adalides de la privacidad de sus usuarios y que Google son los malos (y desde luego Google se preocupa mucho, muchísimo menos por el tema que Apple)… pero no tiene ningún problema en enviar por defecto a sus clientes a Google cada vez que hacen una búsqueda web. Esos veinte mil millones dan de sobra para financiar la inversión de Apple en el desarrollo de Safari y Siri (¿pongamos que quinientos millones anuales?) y obtener a cambio más de diecinueve mil millones de beneficios netos (no está mal el margen, ¿no?). El beneficio neto total de Apple en 2022 fue de casi cien mil millones, o sea que básicamente el veinte por ciento de su beneficio viene de ‘los malos’. Lo que vale para Apple vale para Mozilla y Firefox: sin el dinero de Google no les quedan apenas ingresos (yo sigo siendo usuario fiel de Firefox y ahora mismo no considero otra alternativa). Edge no lleva a Google por defecto, pero a Microsoft le sale baratísimo (relativamente) ponerlo en el mercado porque se basa en Chromium, igual que todo el resto de navegadores que no se llaman Safari ni Firefox… Hay algunos locos por ahí intentando lanzar motores de navegador no basados en Chromium, pero ya veremos qué pasa con ellos, y nadie espera que haya un navegador viable no basado en Chromium antes de 2026. El navegador que usas lo financian los anuncios de Google.

Y, como resultado, el adpocalipsis (i) se llevaría por delante a Firefox (falta ver qué «ahorros» tiene acumulados Mozilla, pero en dos décadas no se les ha visto ninguna otra manera de generar ingresos) y (ii) haría un agujero considerable en el negocio de los de Cupertino (nada hace pensar que el beneficio que le genera el trato a Apple vaya a dejar de representar una parte más que notable de sus beneficios), y seguramente también en las finanzas de Samsung, como mínimo.

Apostaría un buen dinero a que Apple seguirá invirtiendo en el desarrollo de Safari aún en caso de adpocalipsis, pero también a que a Tim Cook no le gustaría nada perder todo ese dinero fácil. Apostaría aún más dinero a que la caída de Firefox sería cuestión de unos pocos telediarios, y no está el horno como para perder uno de los tres motores de navegación que tenemos.

(Uno podría argumentar que si entrase en juego el dinero de Microsoft para impulsar Bing, pero (i) no sé hasta qué punto un duopolio Google-Microsoft en búsqueda arregla absolutamente nada, y (ii) hay que ser muy optimista para pensar que Bing puede competir con Google, aun a pesar de lo que ha perdido el motor de búsqueda de Mountain View en los últimos años.)

¿Un adpocalipsis diferente?

Todo esto (chechar, te enrollas como una persiana) para llegar hasta aquí. ¿Qué podríamos hacer para luchar contra el monopolio de Google intentando romper menos cosas? Lo que viene a continuación (i) llevaba yo barruntándolo una temporada, (ii) no sé hasta qué punto sería aplicable legalmente y (iii) muy probablemente tenga problemas que ni se me han pasado por la cabeza, por muy buena idea que me parezca a mí.

Comentan Brian Kardell y Eric Meyer en el podcast que uno de los demandantes / partes perjudicadas del litigio es nada más y nada menos que el ejército de los Estados Unidos. Sí. Porque el ejército de los Estados Unidos necesita atraer personal para mantenerse… y para ello invierte un montón de dinero en publicidad (se prevé que más de mil millones el año que viene, algo así como el 0,5% de su presupuesto) y argumentan que, siendo Google un monopolio, las tarifas que pagan son artificialmente excesivas. Vamos, que no se celebran juicios antimonopolio porque sí, sino porque alguien sale perjudicado en el mercado, amigos. Y en este caso los anunciantes son los que opinan que la publicidad les sale excesivamente cara (y que eso repercute en el precio que acabamos pagando los consumidores por sus productos, sí).

¿Recordáis con nostalgia aquellos buenos viejos tiempos en que buscabais algo en Google, visitabais los resultados y era en las páginas web donde encontrabas la publicidad?

Página de resultados para la búsqueda 'máster aplicaciones web' en Google. Los cuatro primeros resultados son 'patrocinados' (esto es, anuncios), de la Universidad Europea, IEP y U-TAD y la VIU. El primer resultado orgánico apenas aparece en pantalla (y es el máster de la UOC)
Sí, uno de los motivos de incluir esta captura, y no la de ninguna otra búsqueda, es que el primer (y único) resultado orgánico que me muestra me gusta ;-). (Y sí, muy probablemente me lo muestra porque, a pesar de no estar yo loguinado en Google en el momento de hacer la búsqueda, el motor de búsquedda intuye qué es lo que yo quería ver en primer lugar.)
Página de resultados de Google para la búsqueda 'mejores smartwatch precio'. El primer resultado, que ocupa buena parte de la página, es un carrusel, de nuevo patrocinado, de enlaces a diferentes smartwatches en diferentes comercios electrónicos
Pero vaya, que no es exactamente la única búsqueda en Google que te responde antes con contenido patrocinado que con los resultados de la búsqueda…

Sí. Hubo un tiempo en que la página de resultados de Google no tenía publicidad. Las webs que decidían financiarse con publicidad (hasta este blog lo había hecho 😱) optaban por una empresa publicitaria (disclaimer: en nuestro caso, Google) que gestionaba el proceso y hacía el pago correspondiente. Y Google era una de las empresas reinas en el tema, pero tenía competencia. Y eso hacía más eficiente el mercado publicitario, lo que redundaba en el beneficio común (dice la teoría económica, más o menos).

Pero en algún momento Google se dio cuenta de que si todo el mundo buscaba en Google, igual resultaba más eficiente (para Google) ofrecer publicidad en las páginas de resultados y así dejar de compartir una parte importante del pastel con el resto de la web. Y, pasado un tiempo más, Google se dio cuenta (¡oh!) de que todo el mundo buscaba en Google, que tenía un monopolio, y que las reglas del mercado dejaban de aplicar…

Obviamente, el remedio para el problema que se me ocurre es prohibir a Google la publicidad en sus páginas de resultados, o al menos limitar seriamente las condiciones en las que puede ofrecer esos ‘slots’ de anuncios. No resolvería esto el monopolio de Google en búsqueda, pero sí (creo) en publicidad, con lo que el <ironía>pobre ejército de los Estados Unidos</ironía> podría <sarcasmo><terror>dedicar sus dineros a mejores fines</terror></sarcasmo>.

Seguramente sería imposible / inútil por algún motivo, insisto, pero me apetecía procrastinar un rato 😇.

PS Añado. Si, como parece, la página de resultados de Google Search es un fantástico hacedor de dinero, también podrías partir «Google Search» y «Google Ads» y hacer que «Google Ads» compita en igualdad de condiciones con el resto de empresas de publicidad en la web…

Byte, agosto del 84

Si el mes pasado viajamos a julio del 84, este mes también podemos repetir ejercicio y retroceder 40 años en el tiempo. Aunque, debe reconocerse, el lenguaje de programación Modula-2 no es tan llamativo en la portada como Spock…

Portada de la revista Byte de agosto de 1984. El tema de portada es Modula-2. La imagen, una especie de puzzle simulando papel de impresora, con las piezas blancas en el anverso, y que contienen código si se les da la vuelta

Modula-2, por cierto, llevaba en desarrollo desde 1978, idea del recientemente fallecido Niklaus Wirth. Igual os suena más otro de sus lenguajes: Pascal. La revista también le dedica algo de espacio a Forth-83, un lenguaje que tampoco tuvo demasiado recorrido…

Eso sí, si la portada de julio se dedicaba a los ordenadores y el vídeo, el tema seguía vivo, y Digital Research anunciaba dispositivo para conectar un Laser Disc nada más y nada menos que a un Commodore 64.

Anuncio de Digital Research. En la imagen, varios Commodore 64s mostrando imágenes de alta resolución en el monitor. Se trata de una solución que permite conectar reproductores de LaserDisc al Commodore 64 (y anuncian que en breve al IBM PC y al Apple II).

No recordamos al 64 exactamente como una «bestia multimedia», pero para la época… Lo podemos comprobar, de hecho, en el anuncio que encontramos un poco más adelante:

Anuncio del Commodore 64 que lo compara con el Atari 800XL (un poco más caro que el 64) y el Apple IIe y el PC jr de IBM, muchísimo más caros. Obviamente, los tres ordenadores de la comparativa salen escaldados en diversos factores, como el sonido, la capacidad de usar una tele como monitor o la conectividad

Y más adelante aún, la sección de libros vuelve al tema de portada, Modula-2, con libro de, claro, el mismo Wirth. El otro libro que me llama la atención es el dedicado a CP/M, el sistema operativo que podría haber sido MS-DOS en lugar de MS-DOS (no os perdáis este podcast sobre Gary Kildall, el creador de CP/M y «el hombre que podría haber sido Bill Gates).

La primera página de la sección de libros. Los libros analizados son Programming in Modula-2, de Niklaus Wirth, The Elements of Friendly Software Design, de Paul Heckel, The ABC's of Developing Software, de Shildon D. Softky, y The Programmer's CP/M Handbook, de Andy Johnson-Laird

Si seguimos avanzando, nos encontramos publicidad de uno de los clásicos del videojuego de la época, Infocom, los reyes por aquella época de la ficción interactiva. Para saber más sobre el tema, esta «historia oral» en Ars Technica

Anuncio de Infocom. Aparecen, entre otros, los tres juegos de la serie Zork.

Y un poco más adelante, para nada lo suficientemente importante como para ocupar la portada de la revista (algo que sí había hecho su tía abuela Lisa en febrero del 83)…

La sección System Review se dedica a un ordenador nuevo que igual os suena: el Macinstosh

Sí, esa «joya imperfecta» que era el primer Macintosh. El autor del artículo se declara fan de la máquina, aunque el precio (2500 dólares de la época, o unos 7500, si tenemos en cuenta la inflación) se le atraganta un poco para su CPU Motorola 68000, sus limitados y limitantes 128 kilobytes (sí, kilo) de RAM (Apple anunciaba su intención de llegar a los 512 algún día), 64 de ROM, su disquetera capaz de almacenar hasta 400 kilobytes (de nuevo, kilo, sí) por disco, y su pantalla monocroma de 9″ (el autor no sabe si el color será algo necesario en un ordenador personal, aunque comenta que el sistema en la ROM del Mac sí lo soporta color) y 512 por 342 píxels de resolución, que se «comen» 22 de los 128 kilobytes de RAM. La falta de cursores en el teclado también llama la atención del autor, por cierto, igual que la ausente tecla Control (sí lleva dos teclas Option y una Command) y la disponibilidad de un teclado numérico adicional por 99 dólares más. Y también merece apartado aparte el ratón —que aunque ya estaba disponible para el PC de IBM (a Windows todavía no se le esperaba) era muchísimo más útil aquí— y la todavía novedosa interfaz de usuario, que había nacido en el PARC de Xerox y había presentado la propia Apple en su Lisa, pero que todavía era una gran desconocida para el gran público, pero todavía era lenta en comparación con otros sistemas operativos. Para el Mac ya había software de Microsoft, por cierto, que anunciaba que su hoja de cálculo (Multiplan, Excel no llegaría hasta 1987) ya estaba disponible, y que Word llegaría en otoño, y que ambos aprovechaban la interfaz gráfica del Mac. Y si uno quiere investigar algo más sobre el diseño del Mac, en la página 347 (y siguientes) hay una entrevista con tres miembros del equipo, incluido el mítico Jef Raskin.

(También se hablaba en la revista del ultimísimo PC para consumidores de IBM, el «PCjr», con su 8088 y sus 64 kilobytes (no se ha caído ningún cero, no) de RAM por 600 dólares, pero me resulta bastante menos interesante de comentar.)

Como siempre, encontraréis los PDFs aquí y, quién sabe, igual volvemos en septiembre…

Byte, julio del 84

–César, ¿alguna idea para darle un poco de vidilla al blog?

–¿Pero no habíamos quedado que hacíamos unas entradas recuperando lecturas?

–Ya. Pero al ritmo al que noleees libros últimamente, la próxima entrada podría salir en julio del 27…

–Con suerte. ¿Y si probamos con algo más corto pero que dé juego?

–Como por ejemplo…

–Como por ejemplo, la revista Byte, que lo molaba todo y acabo de recordar que hay un archivo con los PDFs desde sus inicios (¡en 1975!) aquí.

–Pero 1975 está muy lejos.

–¿Y si nos ponemos ochenteros? Si estamos a julio de 2024, podríamos viajar en el tiempo a julio de 1984 y ver qué pasa, ¿no?

Portada de la revista Byte de julio de 1984. La imagen de portada es el mítico Spock en la pantalla de un ordenador. El título es Computers and Video
Juro que primero he decidido que julio del 84 y luego he visto la portada. Lo juro. Por Spock.
Anuncio de Apple. Aparecen el Apple IIe original y el modelo que se lanzaba entonces, mucho más pequeño.

Arrancamos fuerte. El Apple IIe «nuevo»… No os obligo a leer el texto, pero destaco algunas cosillas… Menos de 1300 dólares (actualizando la inflación, unos 3900 hoy: un regalo). Menos de ocho libras de peso (unos tres kilos y medio). Sin contar la pantalla, claro. Y no, no va a funcionar si no lo enchufas a la corriente. ¡16 colores! Disquetera incorporada. ¡Hasta 143 kilobytes por disco! Y se le podía ampliar la RAM hasta los 512 kilobytes (no me atrevo a buscar precios), desde los 64 que llevaba de serie.

Seguimos con…

Anuncio de Texas Instruments, que compara su clon del PC de IBM con el lema "Dare to Compare"

…las guerras de los clones (hubo guerras de los clones antes de la serie de Star Wars, de verdad). Texas Instruments, desde la «pradera del silicio» de Texas (¿de dónde iban a ser si no?) intentaba competir con IBM (para una versión ficcionalizada de la historia, no os perdáis la serie Halt and Catch Fire). ¡12 teclas de función por las 10 de IBM! ¡8 colores, y no 4! Y de regalo, una calculadora solar de la casa. Irresistible.

Publicidad de dBase III. La imagen es... ochentera. No sé describirla mejor. El lema es "Introducing the III and only"

Ya no se hace publicidad así. «The III and only». ¿Durante cuántos años fue dBASE III el estándar oro de las bases de datos? dBASE II, por cierto, nos explica el anuncio, seguía siendo la el mejor gestor de bases de datos para ordenadores de 8 bits. En la página 50 de la revista, de hecho, está la noticia del lanzamiento de dBASE III. Hasta dos mil millones de registros con hasta 128 campos. Y hasta diez bases de datos a la vez. Escrito en C y con el mismo lenguaje de comandos que «papá dBASE II». Requisitos mínimos: 256 kilobytes de RAM, dos disqueteras de 360 kilobytes y PC-DOS 2.0 . Y por apenas 695 dólares.

¿360 kilobytes? Sí. Es que por aquel entonces lo normal eran los discos de cinco pulgadas y cuarto, que daban para lo que daban. Pero ya comenzaban a anunciarse…

Anuncio de BASF de los diskettes de 3.5 pulgadas. La imagen es alguien guardando un disco en el bolsillo de la camisa. Porque ahora se puede.
¡los diskettes de 3.5!

¿Y si además de base de datos querías hoja de cálculo? 1-2-3 ya era un clásico pero llegaba…

Página de Preview. Se presenta Symphony, descrito como "a full orchestra version of Lotus 1-2-3"

¿Y para programar?

Anuncio de la versión 2.0 del Turbo PASCAL de Borland. ¿Cómo es la imagen? Dejémoslo en que, en Borland, por aquella época, el presupuesto no daba para gran cosa...

Vamos a reconocerle algo a Borland: 50 dólares era un gran precio (casi lo suficiente como para justificar ese logo): unas páginas más adelante, Microsoft anunciaba su COBOL por apenas 700. En la revista también había un artículo sobre el compilador. Doble, además, porque había que hablar dela versión para el IBM PC, pero también la de CP/M (que iba primero, porque por aquella época se fiaban más de él que del invento nuevo y propietario de IBM).

Y si no has llorado al leer Turbo PASCAL… es que eres demasiado joven.

La página de crítica de libros. Los libros que se tratan son Algorithms, de Robert Segdewick, un introducción al lenguaje FORTH, un libro sobre UNIX, y Artificial Intelligence applications for business

Nada mal la página de libros. Ese Robert Sedgewick es Robert Sedgewick, sí. Profesor en Princeton (su director de tesis fue un tal Donald Knuth), ex PARC, y miembro del consejo de Adobe de 1990 a 2016. El libro, que se había publicado en 1983, si no voy mal informado, sigue siendo un clásico. Y, de regalo, la respuesta a ¿Es la inteligencia artificial una cosa reciente?

Pero la portada de la revista se dedicaba al vídeo… y en la sección principal de la revista se le dedicaban cinco artículos al tema. El primero, sobre las enciclopedias electrónicas, con las que, efectivamente, ya soñábamos en 1984. El artículo lo escribía un vicepresidente de Grolier Electronic Publishing, el brazo «multimedia» de una de las grandes editoriales de enciclopedias, fundada en 1909, que en 1986 lanzaría su enciclopedia en CD-ROM, y de la que no te acuerdas porque «murió» allá por el año 2000. (Encarta, por cierto, llegaría en 1993.) También había artículos, si queréis explorar más, sobre usar teles como monitores (40 años, y las cosas no han cambiado tanto), controlar grabadoras de vídeo desde el ordenador, y videodiscos.

¿Algún loco de los teclados en la sala? Sorpresa: lo vuestro viene de lejos:

Foto de un teclado muy compacto. Según el texto, el único teclado separado para el Apple II con teclas de función.

Lo que no tenían era lo de conectarse a internet ni la web, claro… pero también hacían sus pinitos…

Anuncio del servicio online Compuserve. En la pantalla del ordenador, una foto de un centro comercial. y el texto dice que para el año 2000 el resto del mundo podría haber alcanzado el centro comercial electrónico de Compuserve.
…y es que el comercio electrónico ya existía en los 80.

Y si antes hablábamos de Texas Instruments, un poco después teníamos un informe sobre lo último de la otra gran compañía de la «Silicon Prairie», Compaq:

Captura del Compaq Plus, lo que entonces era un ordenador portátil de gama alta
el Compaq Plus, y sus menos de trece kilos de peso. 5000 dólares con 128 kilobytes de RAM, una disquetera y un disco duro de unos inacabables 10 megabytes.

En fin, suficiente por hoy, ¿sí? Quién sabe, a lo mejor el mes que viene seguimos con agosto del 84…

Lecturas (III)

Foto de una pantalla de tinta electrónica con la aplicación de Kindle y tres libros marcados como leídos: The Collected Stories, de Arthur C. Clarke, The MANIAC, de Banjamín Labatut y Rebel Without a Clause, de Ellen Jovin

Leerse The Collected Stories de Arthur C. Clarke no es cuestión de una tarde: dice la web de Amazon que son 1352 páginas de nada. El coguionista de 2001 es una de las cumbres de la ciencia ficción, y pocas historias hay en esas mil y pico páginas que no valgan mucho la pena. De regalo, es interesante ver cómo progresa como escritor: apenas necesita unas pocas historias para ser el Arthur C. Clarke en que pensamos todos, con rigor científico y emoción mesurada pero intensa. Advertencia: la inmensa mayoría de historias están escritas en los cincuenta y los sesenta, y el tema del género está no-tratado como era habitual. Si a mí me rechinan los diecisiete millones de veces que dice «el hombre» cuando yo habría preferido «la humanidad», por ejemplo, no quiero imaginar lo mal que le va a sonar a alguien con más sensibilidad por el tema… Aun así, me parece una lectura extremadamente recomendable.

Mucho menos tiempo cuesta leer The MANIAC, del chileno Benjamín Labatut. Que por muy chileno que sea, optó por escribir el libro en inglés (la edición española salió hace un par de meses, más o menos). El libro es una biografía ficcionalizada (diría que bastante ajustada a la realidad, pero procedan con cuidado) de uno de los personajes poco famosos pero más importantes del siglo XX: John von Neumann, figura clave en no sé cuántos campos de la ciencia y la tecnología, con la computación a la cabeza. Un genio innegable… y uno de los responsables de la Guerra Fría y una persona con una cierta frecuencia bastante despresciable. El libro está contado como historia oral, en forma de falsas declaraciones de gente como George Pólya o Richard Feynman y, aviso, cuesta dejarlo: no sé qué tiene su prosa, pero me ha atrapado muchísimo. Tiene un último tercio bastante «no sé exactamente qué hace esto aquí», dedicado a la derrota del campeón de go Lee Sedol (todo un personaje, aunque no a la altura de von Neumann en ningún caso) a manos de AlphaGo en 2016 que, aunque tiene su aquel, es bastanmte prescindible.

(Para saber más sobre von Neumann, https://3quarksdaily.com/3quarksdaily/2020/10/what-john-von-neumann-really-did-at-los-alamos.html y http://wavefunction.fieldofscience.com/2020/05/what-john-von-neumann-really-did-for.html.)

Finalmente, Rebel Without a Clause, parafraseando su subtítulo, son «cuentos y trucos» sobre la lengua inglesa. Algunos capítulos resultan apasionantes, otros no tanto. Me da la impresión de que cuáles son unos y otros dependerá bastante del nivel de inglés de quien se lea el libro. En particular, como hispano y catalanoparlante, hay unos cuantos capítulos de dudas que asaltan el hablante nativo de inglés que bordean lo risible, mientras que en otros capítulos te explota la cabeza con cosas de las que no tenías la más remota idea.

Si alguien sabe de libros equivalentes pero sobre español o catalán, que avise.

Más allá del Kindle…

Portada del tebeo Los Surcos del Azár, de Paco Roca, editorial Astiberri

Los Surcos del Azar salió en 2014 y yo me lo he leído ahora. ¿Qué pasa? Lección de historia que arranca durante la Guerra Civil y acaba (o no) con la toma de París por los aliados… con banderas republicanas españolas a la cabeza. Paco Roca es una joya del cómic español. La temática es inevitablemente dura, pero ni de lejos tanto como sería el Paracuellos de Carlos Giménez.

Portada del tebeo

A Enigma llego algo menos tarde: «solo» es de 2020. Pero yo me lo encontré por casualidad en una de las paradas del reciente Salón del Cómic de Barcelona. Ponga usted en portada las palabras Champignac (sí, algo tiene que ver con el Champignac del Spirou de Franquin) y Enigma (sí, algo tiene que ver con la máquina de cifrado usada por el ejército nazi en la Segunda Guerra Mundial) y tiene usted garantizado que servidor hojee el libro. Añádase el dibujo de línea belga de David Etien… y servidor pasa por caja, automático. No es el mejor tebeo del mundo, pero entretiene y no le da grandes patadas a la historia (como si hiciese en su momento cierta película en principio biográfica), siempre teniendo en cuenta que es absolutamente ficción, claro, a pesar de la aparición de personajes reales (me ha hecho más gracia de la que debería la aparición de un cierto escritor, confieso).

Dentro de unas semanas, más.