Hoy me ha pasado algo nuevo: ver una peli solo en el cine. No tiene mucho mérito si pensamos que se trataba de Confesiones de una mente peligrosa, una peli de (dirigida por) George Clooney de hace dos años, en primera sesión de tarde en los Icaria de Barcelona. Y no porque sea mala. A la crítica americana le gustó bastante en su momento. Ni por la ausencia de estrellas: la galería de secundarios incluye al propio Clooney, a Drew Barrymore y a Julia Roberts, y hasta cameos de Brad Pitt y Matt Damon (pequeños lujos que se permiten las estrellas de Hollywood cuando se ponen detrás de la cámara).
La película es, por resumirla en una palabra, rara. Como no podría ser de otra forma con guión de Charlie Kaufman, el tipo que ya escribió las brillantes Being John Malkovich y Eternal Sunshine of the Spotless Mind (aun por estrenar por estos pagos, le toca para el 17 de septiembre (ah claro, es mi regalo de cumpleaños de Hollywood…), más vale que os vayáis poniendo ya a la cola) o la no tan brillante Adaptation. Por si esto fuera poco, la premisa de salida es para apelar a las imaginaciones más desbordantes y desbordadas: se trata de la adaptación de la autobiografía de Chuck Barris, uno de los grandes contribuidores (parece ser) a la expresión ‘televisión basura’. Repasando sus créditos uno comprueba que al menos una parte de la dichosa biografía es verídica (y que Arús y demás derivados deben ser estudiosos de su obra y en particular de uno de sus programas, The Gong Show, que es algo así como el abuelo de un engendro que se llamaba El Semáforo). El señor Barris, además, afirma en su libro que se dedicó, como hobby, a asesino a sueldo de la CIA. Una fruslería que, en manos de Kaufman, da para bastante.
El primer plato que se ha pedido el señor Clooney para dirigir es contundente, y quizás demasiado para empezar, pero aun así, el chico ‘apunta maneras’, se lo toma con unos niveles de ironía considerables (cierto es que son los exigidos por el guión) y demuestra un buen toque con sus actores: a Julia Roberts se la tolera (que no es poco), Drew Barrymore está muy bien y se sale el protagonista, Sam Rockwell (que ahora mismo está trabajando en ‘La Guía de la Galaxia para Autoestopistas’ una de esas películas que ojalá salgan bien, pero que me dan mucho, muchísimo miedo).
[Digo yo que se nota una cierta parcialidad por George Clooney. Y es que alguien capaz de meterse con algo como Tres Reyes, de reirse de sí mismo en O Brother y Crueldad Intolerable (con los Coen, nada menos), de moverse en una peli ‘star system’ al más puro estilo Hollywood como Ocean’s 11, que se ha metido con la producción de La Conjura de los Necios (para el año que viene) y que además, cuando se mete a dirigir, no lo hace con la descarada intención de darse un atracón de oscars, me merece muchísimo respeto. Sin mencionar demasiado sus opiniones políticas, que (para ser americano) son tremendamente de izquierdas.]
Pero bueno, toda la parrafada venía de un punto curioso: ¿cómo puede ser que una película dirigida por George Clooney (por rara que sea) tarde dos años en estrenarse por aquí? Si hasta ganó en Berlín un oso de plata para Sam Rockwell… Si hasta en Bahrein la estrenaron 6 meses antes que aquí… (Con la IMDB, cualquiera puede parecer Jaume Figueres :-P)