Leyendo algunas entradas sobre el ordenador de 100 dólares desarrollado por Nicholas Negroponte en el MIT Media Lab, le he estado dando vueltas sobre el paso ?del hard al soft? que la (próxima) Web 2.0 está provocando.
Simplicando al máximo, hay cuatro aspectos a tener en cuenta para salvar la brecha digital, o lo que es lo mismo, hay cuatro clases de brecha digital:
- Infrastructura: hardware, software y conectividad
- Capacitacion y formación: capacitacion sobre instalación y mantenimiento de infrastructuras, alfabetización digital (alfabetización tecnológica y alfabetización informacional)
- Contenido y servicios: informacion, e-gobernanza, e-salud, e-learning (no confundir con capacitación), e-business, etc.
- Ley en Internet y Gobierno de Internet: derechos de propiedad intelectual, registro de dominios, acceso libre a Internet, etc.
Siempre ha parecido que el punto (1) era el más importante para los países en vías de desarrollo. Aunque podríamos enzarzarnos en una discusión al respecto, vamos a dejar este debate aparte. El proyecto de Negroponte parece, entonces, un medio para salvar la brecha digital causada por el acceso al hardware (y al software si se incluyen en dicho ordinador programas libres).
Pensando sobre la Web 2.0, me da la impresión que está teniendo lugar un corrimiento de las infrastructuras a los contenidos y servicios. En otras palabras, que algunas cosas que habitualmente corrían a cargo de la infrastructura (p.ej. almacenar fotos requería un disco duro y un programa para organizarlas) ahora se realizan a través de un servicio web (p.ej. Flickr), de forma que algunos problemas que ahora afronta Nicholas Negroponte se estarían trasladando hacia la clase de brecha digital referente a contenidos y servicios.
Y eso ¿es bueno o malo? Depende.
Es bueno, primer caso, ya que los requisitos de hardware y software, para un usuario final, son menos exigentes en cuanto a potencia y especificidades, y podríamos estar volviendo al escenario donde se necesiten sencillos clientes que solamente deban «mostrar» lo que pasa en el lado del servidor. Eso haría más fácil la vida de Negroponte (y también la de los demás).
Es malo, segundo caso, si aún está por resolver el acceso garantizado a dichos contenidos y servicios para todo el mundo situado en la parte mala de la brecha digital, ya sea por cuestiones de idioma (brecha digital de clase 3), a causa de un analfabetismo digital (brecha digital de clase 2) o por motivos de censura (brecha digital de clase 4).
El primer caso hará mucho más fácil la vida de Negroponte (y la de todos los demás). En el segundo caso el esfuerzo de Negroponte será una total pérdida de tiempo.
[el original, aquí]