Leo en Ars Technica que por primera vez una demanda de la RIAA llega a juicio. Hasta ahora, el procedimiento cuasi-universal había sido pactar y pagar entre tres y cuatro mil dólares como pena (‘cuasi’ porque al menos en un caso la RIAA tuvo que reconocer que había metido la pata y retirarse). Ahora, una demandada alega que no fue ella, sino un amigo de su hijo quien usó el ordenador para descargar música sin su consentimiento.
Dependiendo del resultado del caso, la RIAA puede encontrarse con un grave problema. Supongamos que la RIAA (o en su caso, la SGAE) me demanda porque ha detectado que desde mi ADSL se está bajando música de manera ilegal (si bajarse música de una red P2P es o no legal en España lo dejaremos para otro día). Yo tengo una red inalámbrica. Con seguridad habilitada. Pero está muy documentado que la seguridad de las redes WiFi no es exactamente brillante. Cualquiera con unos ciertos conocimientos fácilmente adquiribles en la red podría reventar esa seguridad en media horita como mucho. Y ahora mismo, que yo sepa, no hay muchas alternativas para que un usuario doméstico pueda protegerse de un ataque sin grandes inversiones de recursos. Sé, como mínimo, que las ADSLs que instala Telefónica son, de salida, un gruyere, y dudo que el resto de operadoras blinde mucho sus instalaciones. Luego… aunque sea mi router por donde están pasando los datos presuntamente ilegales, no necesariamente soy yo quien descarga (o quien comparte). Y además, no puede esperarse de mí que proteja adecuadamente mi red contra intrusiones (y del usuario medio mucho menos). Luego es muy difícil que la ‘asociación de protección de los derechos de autor’ que sea pueda presuponer que el titular de un cierto ADSL esté vulnerando la ley… Desde luego, alguien podría pedir una orden de registro y examinar los contenidos de los ordenadores que haya en mi casa (y es muy difícil eliminar deprisa los rastros de un archivo en un disco duro), pero… ¿no tendrán los cuerpos de seguridad del estado cosas más importantes que hacer que dar una patada en la puerta de casa y quedarse con mi ordenador? Y claro, si yo fuera efectivamente el presunto delincuente, y me llegara una demanda, con un poco de tiempo sí soy capaz de eliminar completamente los mp3 (o AVIs, o lo que sea) ilegales que obren en mi poder…
Vaya, que seguro que me dejo alguna cosa importante (a Grissom, desde luego :-P), pero me parece muy difícil probar quién se ha descargado algo desde un domicilio con ADSL y WiFi…