Uno creía que la cosa ya habría quedado claro… Dejar que los mensajes que recibes y el sistema operativo se acerquen los unos a los otros no es una buena idea. De hecho, es pésima. Si Outlook no fuera lo potente que es (me cuentan que lo es, y mucho, aunque yo no me he acercado a él más que en contadas ocasiones), los virus, gusanos y demás basuras que nos asolan tantos problemas dan por ahí cada cierto tiempo no tendrían tanto efecto… Afortunadamente, el usuario medio va escarmentando (gato escaldado…), va mejorando la cultura y, además, los fabricantes de software de correo electrónico, con Microsoft a la cabeza, se toman el asunto cada vez más en serio.
O sea que la cosa parecía ir perdiendo fuelle, y ahora nos preocupábamos más del spyware, de los rootkits que nos instalan las discográficas, del phising… Nótese el uso del pretérito imperfecto: parecía. Porque leo en El Páis Un virus para móviles se extiende por bares y aeropuertos españoles. Olvidemos por un lado que el titular es de los de castigar sin patio al redactor quince días, por alarmista, y léamonos el artículo.
Resulta ser que corre por ahí un virus para Symbian Series 60 que se propaga vía Bluetooth y MMS. Reflexionemos. Un virus es un trozo de código. Para propagarse, debe ejecutarse. Para que se propague lo suficiente como para que hasta la prensa tradicional se entrere, tiene que propagarse bastante. Lo cual quiere decir que se tiene que poder propagar en las configuraciones por defecto de los móviles afectados. Que quiere decir que corren por ahí unos cuantos Series 60 que ejecutan código que reciben vía MMS y/o Bluetooth al abrir el mensaje, sin más.
Si eso es así (que espero de todo corazón que no)… ¿en qué narices estaba pensando Nokia?
Mejor información (y más duradera) en Hispasec (qué poco le costaría a El País poner los enlaces de la edición web enlazados).
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