Pues va ser que sí. Informa Reuters que el número uno de la lista británica de singles, acabadita de publicar, aun no se ha editado en ningún formato físico, y por tanto nadie se la ha podido comprar más que como una cadena de unos cuantos millones de unos y ceros. Eso no ha impedido que la pista —Crazy, de Gnarls Barkley, una producción hip-hop abosultamente desconocida en esta casa— superara a sus rivales, encabezados por Ne-Yo y Morrissey.
Qué cosas. Eso sí, que nadie se anime a competir con iTunes en este país, no sea que comencemos a vender música en grandes cantidades, y ciertos corsarios (más sobre el tema) se queden sin argumentos…