Interesante lo que han visto los chicos de Engadget en los informes de la FCC (que es una entidad estadounidense (i) con la que hay que registrar cualquier cacharrito antes de venderlo y (ii) hace públicos esos registros antes de sus lanzamientos, con lo que hace las delicias de los periodistas y bloggers de tecnología): el Amazon Kindle, un dispositivo para la lectura de libros electrónicos, que sólo puede anticipar la llegada de una sección de e-books para la tienda más grande del mundo. El trasto no pinta mal: la pantalla 800×600 de 6″ le da una densidad de más de 150 puntos por pulgada, y su peso (289 gramos) es muy inferior a lo que pesarían los libros que caben en sus 256 megas de memoria (ampliables vía tarjetas SD). ¡Quiero uno! (A falta de ver, obviamente, las características del software y el DRM con que cargan los productos…).
Csar, pierdes intensidad en tus entradas. Repite conmigo:
«no quiero uno: NECESITO uno!»