Está muy bien hablar de tecnologías «sobre el papel», pero la manera de certificarlas es que un gran fabricante se decida a incorporarla a su catálogo. Y eso acaba de hacer Dell con los discos duros de estado sólido (o SSD): discos que no incorporan partes mecánicas y sólo incluyen memoria Flash, con la consiguiente mejora en velocidad de acceso y reducción de gasto energético.
La captura de arriba corresponde al XPM 1330 (que actualmente es mi candidato para sustituir en unos meses mi Travelmate 371). Sí, actualmente sólo es una opción para los que tengan un bolsillo dispuesto a todo (470 euros más por pasar de 120 gigas de disco duro convencional a 32 de SSD duelen un poco bastante), pero todos sabemos el precio al que es capaz de bajar la tecnología, con lo que comienzo a sospechar que mi próximo portátil no tendrá más piezas móviles que las del ventilador…