—Pero los libros no son interactivos.
—¡Desde luego que lo son! Giras las páginas y ves cosas diferentes. Los libros para niños son con frecuencia muy interactivos, con páginas recortadas para poderlas recombinar, relojes que puedes girar y cosas por el estilo.
Y la interacción no era para nada un concepto nuevo. Había estado en penny arcades desde los 40. Un par de monedas de centavo o una de cinco y podías disparar contra cosas o tirarlas. Eran mecánicos o eléctricos, pero eran un reto para la coordinación y eran capaces de mantener tu atención durante una cuantas monedas.
—¿Así que la interacción en pantalla era el siguiente paso lógico?
—¡Desde luego! Era sólo cuestión de software [ríe].
Cuesta creer que ese fuera el contexto de la persona que acuñó la palabra «hipertexto», pero es que Ted Nelson lo hizo hace ya cincuenta años en una conferencia y, en 1965, tampoco había muchos más referentes posibles…
Las palabras están extraídas de la entrevista que le hacen a Nelson en GigaOm para celebrar el aniversario, que merece la pena leerse con detenimiento.
Eso sí, uno no puede sino sospechar fuertemente que las ideas de Nelson, además de llegar demasiado pronto, eran demasiado sofisticadas y poco pragmáticas (véase su jamás ejecutado Project Xanadu, por ejemplo) y, al final, alegrarse un poco de la ciertamente limitada implementación del hipertexto de HTML y el monumental pragmatismo de Sir Tim Berners-Lee…
«Monumental pragmatismo de Sir Tim Berners-Lee». Amén.