Pues sí, el tiempo pasa volando y ya hace más de un año que llevo en la muñeca un LG G Watch R… Algunos apuntes:
- ¿Contento?
- Sí
- ¿Lo recomendarías?
- Sólo a «friquis» de la tecnología. Contento con el tema, insisto, pero no te va a solventar ningún problema. Si quieres apuntarte a la moda del quantified self, cómprate una pulsera, conéctala al móvil y listos. Si quieres un smart watch, adelante, que molan :-), pero no te engañes justificando que es un gran avance
- ¿Muy grande?
- Sorprendentemente, a mí no me lo parece (y mira que uno tiene la muñeca pequeña)
- ¿Utilidad?
- Sí, las tiene, desde luego. No sé tú, pero yo soy de los que lleva el móvil en el bolsillo del pantalón y lo saca
ba99 de cada 100 veces que vibraba. Ahora miro el reloj. No es que sea mucho más discreto, pero algo se gana… - De hecho, en este último año me han preguntado
¿tienes prisa?
más que en toda mi vida. Culturalmente, mirar el reloj significa «tengo prisa», qué le vamos a hacer… - Cabe notar, eso sí, que cuesta más no mirar el mensaje cuando está más cerca. Confieso que a veces el esfuerzo de autocontrol ha costado un poco
- ¿Más cosas?
- Sí, desde luego. Además del «yo cuantificado», mando a distancia de los reproductores de música y podcasts y todas las notoficaciones de Google Now bastante más a mano :-). Y también hay unas cuantas aplicaciones que tienen su qué. Tres ejemplos:
- Uno usa autenticación de doble factor con Google Authenticator. Tenerlo en el reloj es mucho más cómodo que tener que sacar el móvil
- Localizar el móvil cuando no sabes dónde lo has dejado. Que es algo que tienes disponible desde cualquier navegador, ciertamente, pero es mucho más cómodo ahora
- Google Keep (o la aplicación de listas y notas que uno prefiera, creo que todas las grandes soportan Android Wear). Mola ir tachando las cosas de la lista de la compra en el reloj, por ejemplo :-)
- ¿Alguna recomendación?
- Pujie Black. La app que te deberías comprar dos días después de estrenar el móvil, cuando te das cuenta de que no te acaba de gustar ninguna de las caras de reloj que venían con el cacharro ni las que hay en Google Play. €1.79, sí, pero vale la pena. El programa es complicado (lo que corresponde a la cantidad de cosas que quieres modificar en el reloj, diría), pero al cabo de un rato tienes tu reloj, con la posibilidad, además, de usar las características interactivas que le salieron a Android Wear en algún momento del año pasado: ‘taps’ en diferentes zonas del reloj y accedes a un resumen de lass próximas citas del calendario, a la información de Google Fit o al pronóstico del tiempo para las próximas horas y días. Fuertemente recomendada
- ¿Cosas a tener en cuenta?
- No es sólo el reloj, el móvil también importa. Con mucha frecuencia el reloj no es más que el muñeco de ventrílocuo del móvil. Si tu móvil va justito y se «engancha», el móvil también parecerá hacerlo
- ¿La batería?
- Con la pantalla encendida continuamente, toda una jornada con tranquilidad. Supongo que si desactivas dicha funcionalidad, podemos llegar a dos. Pero yo, cuando me voy de fin de semana, ahora me llevo un cargador más :-S
- ¿Decepciones?
- Sí. ¿Dónde están las aplicaciones? Naturalmente, la capacidad de interacción de una cosa tan pequeña es muy limitada, pero aún así, hay margen para ir más allá.
- En el caso del Watch R, en particular, la corona da algo de juego para saltarse la ley de Fitt, usando controles circulares. Me extraña que LG no lo haya aprovechado para lanzar alguna explicación exclusiva…
- Por otro lado, el ecosistema de dispositivos queda absolutamente desaprovechado. No puedo ser el único que va por la calle continuamente conectado a unos auriculares bluetooth con micrófono. Que nadie haya previsto interacciones al estilo «Her – Samantha» pero usando el reloj como botonera (sí a la derecha, no a la izquierda, por ejemplo) me vuelve a parecer alucinante
- ¿Algún inconveniente?
- La privacidad puede serlo, en una ilustración perfecta de que los metadatos pueden ser un problema para la protección de tu intimidad. Imagínate sentado en un café, charlando con amigos. Muy probablemente tu postura haga que la persona que tienes delante, o a un lado, vea las notificaciones de tu reloj antes que tú. Imagina ahora que entran, de golpe, media docena de mensajes de WhatsApp de una persona que resulta incómoda… ¿Aprecias el potencial problema? Y claro, es muy difícil que el reloj sepa si quien está mirando eres tú, alguien a quien le quieres enseñar algo en el momento en que salte la notificación… o una potencial fuente de conflicto. El reloj cuenta con un «modo cine» que le apaga la pantalla hasta que tú la vuelvas a encender, pero quizás un modo «no me notifiques nada pero deja la pantalla encendida» también estaría bien…
- ¿Más preguntas?
- Para eso están los comentarios :-)