Software is eating photography…

…de hecho se ha comido ya una buena parte (de las últimas cien fotos que habéis hecho, al menos noventa las habéis hecho con el móvil, y ha habido tanto software entre vuestro clic y lo que habéis subido a Instagram / enviado por WhatsApp que daría para varios libros) y, por otro lado, nunca se acabará de comer la fotografía química (eso de llamar analógico a todo lo que no es digital siempre se me ha hecho especialmente raro en el caso de la fotografía «de toda la vida», aunque es cierto que no es un abuso de notación especialmente significativo).

En cualquier caso, lo de la fotografía computacional es un tema apasionante por lo tecnológico, por lo cultural, por sus implicaciones éticas… y pocas maneras mejores de aprender un poco sobre el tema que escuchar la entrevista que le hacen en Vergecast a Marc Levoy, el profe de Stanford que se convirtió en el responsable de la cámara (apartado software, claro) de los Google Pixel y que ahora ha fichado por Adobe.

Solo me permitiré apuntar dos cosas…

La primera de ellas, que las implicaciones éticas llegaron mucho antes del digital. Primero, con el encuadre de la foto (¿habéis visto alguna vez las fotos de una manifestación en dos diarios con puntos de vista diferentes?) y después en los laboratorios (al fin y al cabo toda la botonera de Photoshop son iconos de lo que se hacía en los laboratorios mucho antes de que nadie soñara con el digital). Antes de seguir con la crítica y la reflexión —no solo lícita sino absolutamente necesaria— sobre la manipulación de las imágenes fotográficas, uno debería reflexionar sobre si lo que le preocupa es la manipulación, quién manipula, la democratización de la manipulación, su automatización, o exactamente qué. Si vas a tener un discurso sobre el tema, que tenga un mínimo de solidez.

El segundo apunte, que ahora que Levoy ha llegado a Adobe, es hora de que esa aplicación de cámara que va a ayudar a desarrollar nos permita no solo archivos tipo «raw», sino PPSDs (portable PSDs, o Portable PhotoShop Documents), con los diferentes capturas que ha hecho la «cámara» y el historial de manipulaciones que le han hecho antes de mostrarte el resultado por pantalla.


PS 20200912 Lectura complementaria extremadamente recomendable: Your Phone Wasn’t Built for the Apocalypse. Why the orange sky looks gray, de Ian Bogost en The Atlantic.

obm, 1990

En la versión de 1990 obm es en blanco y negro y no tiene imágenes. ¡Pero funciona!

Me encanta. En el CERN han decidido conmemorar 30 años de web de la mejor manera posible: recuperando el primer navegador de la historia . Y no necesitas un NeXT para ejecutarlo: basta con tener cualquier navegador moderno y seguir en enlace.

Copio-traduzco-y pego de la web del CERN:

En diciembre de 1990 se desarrolló una aplicación llamada WorldWideWeb en una máquina NeXT en la Organización Europea para la Investigación Nuclear (conocida como CERN) en las afueras de Ginebra. Este programa – WorldWideWeb — es el antecedente de la mayor parte de lo que consideramos o conocemos como «la web» hoy.

En febrero de 2019, en celebración del trigésimo aniversario del desarrollo de WorldWideWeb, un grupo de desarrolladores y diseñadores ha convergido en el CERN para reconstruir el navegador original dentro de un navegador contemporánea, permitiendo a usuarios de todo el mundo experimentar los bastante humildes orígenes de esta transformadora tecnología.

¿Lo mejor de todo? Que una web actual medianamente bien hecha es todavía perfectamente visible con un navegador de hace treinta años: sin imágenes, sin colores, sin interpretar determinados caracteres, pero perfectamente legible y navegable. Nada mal para el proyecto de Sir Tim Berners-Lee :-).

(Y siguiendo el enlace podréis consultar un montón de información sobre el proyecto: desde fragmentos del código original a cómo se ha conservado la tipografía de los NeXT para el proyecto.)

Por qué mi móvil va lento en Estados Unidos

Me he ido a Estados Unidos, he activado el roaming (o me he comprado una SIM allí)… y mi móvil iba súper lento, pero el de Fulanito iba rápido.

Frase común a la vuelta de viajes a Estados Unidos. ¿Por qué? Excelente pregunta. Por algún motivo, el 4G funciona en diferentes continentes en diferentes frecuencias. Si tu móvil no tiene las frecuencias del país, en vez de navegar a las velocidades a las que estás acostumbrado, caes a las velocidades 3G que ahora te parecen glaciales (y mira que en su momento te despeinaban…).

Ahá. ¿Y cuáles son las frecuencias usadas en los diferentes lugares? Puedes consultarlo en la correspondiente entrada de Wikipedia (que da un poco de miedo). Para España, según esta entrada de Xataka (actualizada en febrero de 2017), Movistar, Vodafone y Orange dan 4G en las bandas 3, 7 y 20, y Yoigo en la 3. En Estados Unidos, según esta chuleta, AT&T está en las 2, 4, 5, 12, 17 y 30 y T-Mobile en las 2, 4, 12, 66 y 71 (son las dos operadoras grandes GSM). Vamos, que no coincide ni una.

Vale. ¿Y cómo sé qué frecuencias tiene mi móvil? Pues seguramente esté escondido en algún setting pero, en general, suele ser más fácil buscar en GSMArena (por ejemplo), que te da tablas como esta:

Nokia 6.1
Technology: GSM / HSPA / EVDO / LTE
2G bands: GSM 850 / 900 / 1800 / 1900 
3G network: HSDPA 850 / 900 / 1900 / 2100; CDMA2000 1xEV-DO - Hong Kong, Taiwan
4G Network:
LTE band 1(2100), 3(1800), 5(850), 7(2600), 8(900), 20(800), 28(700), 38(2600), 40(2300), 41(2500) - EMEA & APAC
LTE band 2(1900), 3(1800), 4(1700/2100), 5(850), 7(2600), 12(700), 17(700), 20(800), 28(700), 38(2600) - LATAM
LTE band 1(2100), 3(1800), 4(1700/2100), 5(850), 7(2600), 8(900), 20(800), 28(700), 34(2000), 38(2600), 39(1900), 40(2300), 41(2500) - Hong Kong, Taiwan

Xiaomi Mi A2 Lite
Technology: GSM / CDMA / HSPA / LTE
2G Bands: GSM 850 / 900 / 1800 / 1900; CDMA 800 & TD-SCDMA
3G Network: HSDPA 850 / 900 / 1700(AWS) / 1900 / 2100 - Global; HSDPA 850 / 900 / 1900 / 2100 - China
4G Network: LTE band 1(2100), 2(1900), 3(1800), 4(1700/2100), 5(850), 7(2600), 8(900), 20(800), 38(2600), 40(2300) - Global; LTE band 1(2100), 3(1800), 5(850), 7(2600), 8(900), 34(2000), 38(2600), 39(1900), 40(2300), 41(2500) - China
¿Qué bandas tienen el Nokia 6.1 y el Xiaomi Mi A2 Lite?

¿Y cómo narices se lee esa tabla?

Vayamos a lo importante: el 4G. El Nokia tiene tres versiones: EMEA & APAC (esto es, Europa, Oriente Medio y Asia & Asia-Pacífico), LATAM (llámesele Latinoamérica o Iberoamérica según preferencias) y Hong Kong y Taiwan;por su parte, el Xiaomi tiene una versión Global que soporta las principales bandas tanto EMEA & APAC como LATAM, más una versión para China.

¿Y esto que significa? En este caso particular, que un Mi A2 Lite comprado en España tendrá 4G en Estados Unidos (allí donde las operadoras tengan cobertura en las bandas 2, 4 y 5)… mientras que el Nokia no. Para tu móvil en particular, tendrás que buscar en GSMArena. En general, móviles de gama alta como iPhones o Samsung Galaxy y similares tienen bandas Estadounidenses aunque se hayan comprado en Europa y a la inversa. En las gamas media y baja es menos probable y hay más casos como el del Nokia 6.1 que como el del Mi A2 Lite, desafortunadamente…

¿Y si mi móvil no soporta las frecuencias de Estados Unidos? Pues o resignarse a la baja velocidad o, si vas a necesitar de verdad un poco de ancho de banda digno… aprovechar para cambiar de móvil (mi opción buena-bonita-barata sería un Mi A2 o A2 Lite, pero eso irá a gusto del consumidor, claro).

¿Un móvil de menos de 200 euros? (I)

O, en una versión un poco más larga, ¿seré yo capaz de sobrevivir al menos unos días con un móvil de menos de 200€? Esta entrada nació hace ya bastantes semanas, cuando se lanzaba el Xiaomi Mi A1, el primer móvil de la casa china adscrito al programa Android One, que nació con la voluntad de atacar la gama baja del mercado en los países llamados del tercer mundo y que últimamente ha pasado a ser, según la página del programa, la forma más pura de Android, asegurando que recibirá al menos dos años de actualizaciones a la última versión del sistema operativo (algo verdaderamente revolucionario en el entorno Android, me temo; y aunque el movimiento de Google de sacar funcionalidades del núcleo del sistema operativo y trasladarlas a Play Services ha mitigado un poco el problema, sigue siendo lamentable que te tenga que tocar una lotería para que tu teléfono tenga una actualización de sistema operativo a lo largo de su vida útil, no te voy a contar dos…). Desde entonces, desde luego, Xiaomi se ha instalado finalmente en España y hasta tiene tienda física en Madrid. Pero no adelantemos acontecimientos (o, en este caso, no adelantemos flashbacks).

EL Mi A1, además de un Android limpio y con promesa de actualizaciones, ofrece unas especificaciones que, al menos sobre el papel, parecen difíciles de creer por debajo de los doscientos euros (200€ comprando en un chino por internet, el precio oficial por aquí es de 225€): además de salir con Android 7.1.2 y la promesa de tener 8 antes de fin de año, chipset Qualcomm MSM8953 Snapdragon 625 con ocho «cores» a dos gigahercios, más GPU Adreno 506, 64 gigas de almacenamiento y 4 de RAM (ambas cifras más de gama alta que de media, ahora mismo), cámara dual de 12 megapíxels (algo lenta con su f/2.2 y f/2.6… si el teléfono costase cien euros más (y los cien euros que separan los 200 de los 300 son muchos más que los que separan los móviles de 500 de los de 600)) capaz de vídeo 2160p y una pantalla «full HD» de 5.5″ (esto es, un pelo más de 400 puntos por pulgada), que cubre un 70.1% de la superficie del cacharro (de nuevo, sería escaso… si el móvil costase bastante más), que incluye una batería de 3080mAh (la fuente, el recurso perfecto en que encontrar esta información, es GSMArena). Las críticas (en Gadgets360, SlashGear o Android Central, además de la inevitable GSMArena), además, no son nada malas.

Comparando con mi LG G4 comprado a principios de año, especificaciones similares como mínimo: el Mi A1 es algo más grande para una pantalla algo peor y tiene una cámara bastante más lenta (en la comparación de GSMArena es al menos competitiva en condiciones de buena luz, que es cuando servidor suele hacer fotos), pero dobla en almacenamiento al G4, tiene un giga más de RAM y ocho cores a 2.0 por los cuatro a 1.4 y dos a 1.8 del móvil coreano… A mediados de octubre, cuando el móvil comenzó a aparecer en «los chinos de la web», el G4 cotizaba en Amazon todavía alrededor de los 300€ con su Android 6.0 con personalización «made in Corea», que no es que sea especialmente mala pero tampoco es una maravilla. Una oferta en uno de los ya mencionados chinos que ponía el cacharro un pelo por debajo de los 185€ me acabó a decidir a poner en marcha el experimento: ¿seré capaz de sobrevivir con un móvil de [bastante] menos de doscientos euros? ¿Habremos llegado en los móviles mucho más deprisa a ese punto en que estamos en los PCs? ¿Ese «tú dame RAM y almacenamiento, que mi CPU se aburre el 99% del tiempo»?

Como uno es de natural barato y eligió el envío gratuito (y de velocidad glacial) del chino, el cacharro no llegó hasta ayer… Las primeras impresiones —ese momento atroz de migrar aplicaciones y datos de un móvil a otro—, muy positivas. Pero ya sabemos que los primeros días todas las baterías duran un día entero y el sistema no presenta ningún tipo de degradación. Seguiremos informando denro de unos días, a ver si la cosa sigue bien.


PS Después de buscar las especificaciones del G4 he tenido una nanoepifanía: ¿y si comparara, no con el G4, sino con mi primer Android? Los más viejos del lugar lo recordaréis: aquel Dell Streak que en su momento a todo el mundo le parecía un DIN A3, con sus 152.9×79.1×9.98 milímetros… mientras que ahora el A1 no parece especialmente grande… con sus 155.4×75.8×7.3, absolutamente comparables. Y aquellas especificaciones de principios de 2011 (no hace ni siete años), efectivamente, provocan un ataque de vértigo: Android 1.6 (¡actualizable a 2.2!), un core a un gigahercio, 800×480 5″, medio giga de RAM y dos de almacenamiento y una batería de 1530 mAh… En siete años hemos multiplicado por 16 la potencia bruta de la CPU, por 5 la resolución de pantalla, por 8 la RAM, por 32 el almacenamiento y hemos doblado la batería. Todo en un contenedor comparable en volumen y que pesa un tercio menos. ¿Y el precio: de los 485€ de hace siete años (algo más de 500 actuales, teniendo en cuenta la inflación) a 225€. Viva la ley de Moore.

Cómo hemos cambiado (V)

Un par de discos duros externos
Seis teras (dos más cuatro)…

Comprar un disco duro externo nuevo es el momento para echar la vista atrás y sentir un ataque de vértigo…

  • Primero, porque si tienes una cierta ‘edad tecnológica’ es muy difícil de creer que en un disco de 2,5″ puedan caber 4 teras (aunque son teras «decimales», que quiere decir que mejor descuentas un 10% y asumes que son un poco más de 3,6). ¡Cuatro terabytes!
  • Después recuerdas la capacidad de tu primer disco duro. Veinte megas. Y su precio. Unas setenta y cinco mil pesetas de la época. Vamos a suponer que fuera 1994. Si actualizamos el precio según el IPC (aquí, por ejemplo), eso son unos 740€. El disco duro nuevo (este Seagate) ha costado ha costado algo menos de 172€. Menos de la cuarta parte. 190.000 veces más capacidad. 760.000 más barato por mega. Vértigo.
  • Y, finalmente, inviertes una eternidad en volcar casi dos teras que tenías en el otro disco. Y te parece lento. Lentísimo. Y maldices que el ordenador sólo tenga USB 2.0. Y entonces miras la velocidad a la que está copiando. Y da la casualidad que está copiando archivos muy grandes. Y eso hace que estés maximizando la velocidad real de USB 2.0. 25 megabytes por segundo. Lento. De narices… Hasta que piensas en tu primer disco duro… y te das cuenta que estás escribiendo a más de «un disco duro por segundo» (en unidades del sistema obm). Más vértigo.