Qué le vamos a hacer. Todas esas maravillosas aplicaciones web que corren por ahí, desde Bloglines a GMail, pasando por la libreta de notas de Yahoo!, se caen de vez en cuando (véase la última queja amarga). Igual un día de estos Apollo, Firefox 3 o alguna otra alternativa nos solucionan la papeleta y llegan a un modelo mixto que nos permita gozar de las ventajas de trabajar en línea cuando sea posible pero no nos deje tirados si se cae la conexión o al servidor de turno se le ocurre explotar. Mientras tanto, comienzan a surgir soluciones que, aunque no perfectas, permiten al programador de aplicaciones web ofrecer servicios de ‘caché’ o ‘proxy’ local de forma que partes cada vez mayores de la aplicación web puedan residir en el ordenador del cliente y que el usuario no dependa [tanto] de máquinas ajenas. Como muestra, el Dojo Offline Toolkit.