Uno siempre ha sido defensor del ordenador de sobremesa (amante de las causas perdidas: hace tiempo que se venden más portátiles que sobremesas). Como, por motivos diversos, hacía tiempo que mi ordenador primario en casa era el portátil no podía hacer proselitismo. Pero como la cosa ya no es así, los tres motivos para comprar un sobremesa:
- Más. Un Core2 Quad. 6 gigas de RAM. 1 tera de disco. Una tarjeta gráfica ‘apañada’ NVidia de 512 megas… Esas especificaciones, hoy, no existen en un portátil. existirán, desde luego. Pero para entonces, cómo serán los sobremesas…
- Por menos. Por 500 euros. Precio de «netbook de gama alta» (toma oxímoron). Claro que le falta la pantalla, pero con una 1920×1080 de 22″ nos vamos a 670. Busque, compare…
- Pero, sobre todo, más sano. Todos hemos visto el dichoso diagrama de la posición saludable y ergonómica: brazos pegados al tórax, antebrazos paralelos al suelo… y vista adelante. Intente vuesa merced adoptar esa posición con el portátil (y si se ha comprado una de esas orto-plataformas con teclado extra para conseguirlo… ¿por qué se compró un portátil?).
Hay múltiples razones para no comprarse un sobremesa teniendo un portátil, pero por 500 o 600 euros, tu columna (y las articulaciones de los dedos, y…) te lo agradecerá. Por no hablar del pobre portátil, que agradecería que no lo tuvieses encendido diez horas al día.