Pues eso. Que a pesar de que no son mis fiestas preferidas (se puede comer bien todo el año, todos los días son perfectos para hacer regalos, y ser buenos quince días al año… no sé, no me acaba de gustar cómo suena), felices fiestas a todos.
Procurad no empacharos demasiado y no quemar la tarjeta de crédito.