Si el título de esta entrada no es sacrílego, no sé yo qué hará falta para condenarse a los infiernos…
La cuestión es que ayer por la tarde me llegaba un catálogo al correo con el Sansa e260 de Sandisk, un reproductor de MP3 pequeñito y bastante mono —aunque no tanto como el nano, cierto— que, al precio de 230 euros (más gastos de envío), ofrece cuatro gigas de espacio, una pantalla de 1.8″ (mayor que la del nano) y sintonizador FM.
Casualmente, en Engadget publican hoy mismo una review. No lo nombran el mejor reproductor del mundo, pero sí dicen, literalmente, que lo elegirían antes que un nano…. Habrá que tenerlo en cuenta.