I met with all of the major labels (Universal, EMI, Sony, and Warner Music) and they seemed open minded to new ideas. One had a cautious ‘wait and see’ type of attitude. Another wanted millions of dollars up front. One insanely asked me if I would embed the purchaser’s credit card number in the song files they bought. (I pointed out as politely as I could that no one would shop at Barnes and Noble if they printed your credit card number on every page of every book you bought. And, um, oh yeah, I’d be breaking a variety of federal and state laws!)
O lo que es lo mismo (en traducción libre y aproximada, con el énfasis de cosecha propia),
Me reuní con las cuatro grandes (Universal, EMI, Sony y Warner Music) y todas parecían abiertas a nuevas ideas. Una tenía una actitud cuidadosa, ‘esperemos y veamos’. Otra quería millones de dólares por adelantado. Otra me preguntó, extrañamente, si incrustaría el número de la tarjeta de crédito del comprador en los archivos que comprase. (Le señalé tan amablemente como pude que nadie compraría en Barnes and Noble si imprimiesen el número de la tarjeta de crédito en cada página de cada libro que comprases. Y… ah, sí, ¡eso incumpliría una serie de leyes estatales y federales!)
Lo cuenta Michael Robertson, hablando del cierre de una de sus últimas iniciativas empresariales, para vender música en CDs a través de la red, físicamente pero con el añadido de archivos digitales que uno puede descargarse inmediatamente…
La pregunta, desde luego, es el tipo de drogas que debe consumir alguien para hacer una pregunta así de peregrina. No estamos hablando de Pepito Pérez, recordemos, sino de un ejecutivo de una gran discográfica que habla, para bien o para mal, con un innovador que se ha forrado con esto de los negocios en la red y al que, por tanto, se le supone un cierto conocimiento de cómo funcionan los negocios tanto discográfico como en la red, por no hablar de las legislaciones aplicables. Supongo que este señor viste habitualmente ropa con el número de su tarjeta de crédito estampado en la espalda. Porque si no, sencillamente, no lo entiendo…
a m, mas que parecerme que se haba tomado algo, me recuerda al gran ejecutivo de las pelculas ( que imagino sea como el gran ejecutivo de la realidad ) que no se anda por las ramas, y ha llegado tan alto que ni tiene escrpulos ni vergenza.