Cada vez somos más los que nos hemos asustado un poco al ver que en determinados sitios los banners de publicidad están muy al corriente de productos que nos interesan. En mi caso, después de buscar monitores 1920×1200, de golpe la web comenzó a insistir en ‘perseguirme’ con anuncios de uno de los monitores que había mirado con más insistencia (se trataba de un Lenovo ThinkVision L2440p en acuista.com que acabé comprando, por cierto, y del que estoy la mar de contento) y ‘productos relacionados’.
La cuestión es que si bien la cosa me resultaba un poco intrusiva (un poco bastante, de hecho), se trataba de publicidad muy relevante y efectiva que, además, imagino que reportaba un CPC bastante interesante a las webs que visito y que me gustaría que rentabilizasen esa visita. Puestos a ver publicidad (y la publicidad mueve la web, recordemos), casi mejor así…
Los anuncios mostraban, además una ‘i’ de información que me provocaba un cierto repelús: ¿sería verdaderamente información? Y lo cierto es que sí, que hacer clic proporciona bastante información:
La sorpresa positiva es que en la página de información me encontré con un informe simple y claro con lo que sabe Criteo (la compañía publicitaria en concreto) y la posibilidad de desactivar los banners de Acuista o, incluso, de desactivar la personalización de publicidad de Criteo completamente. Un clic más de hecho, me lleva a la página de información de la Network Advertising Initiative, con más información:
Ese informe (que debería estar disponnible para cualquiera que visite networkadvertising.org/managing/opt_out.asp) es mucho más de lo que habría esperado yo de la industria publicitaria en la web. Sirva esta entrada, pues, para felicitar a los que han animado esta iniciativa autoreguladora, que me parece un excelente paso adelante (aunque los anuncios siguen pareciéndome bastante ‘creepy’, ahora me siento un poco más tranquilo y espero que la industria sea capaz de seguir autoimponienndo un [mínimo] criterio ético).