Suele ser por estas fechas que Antonio «Error 500» Ortiz me recuerda que haga la entrada habitual sobre la música del año (o al menos lo hizo el año pasado). No vaya a ser que se le olvide, me adelanto. No es la música del clip que tenéis aquí arriba la que uno ha escuchado más durante 2013, precisamente (muchas no las había ni oído, os lo puedo asegurar), pero el mashup anual de DJ Earworm es, en sí mismo, una pequeña obra de arte del copiaypega audiovisual que está bien recordar…
Si vamos a ser convencionales y hacer una lista de hits, la mía podría parecerse a algo como
(De ahora en adelante, si no se indica lo contrario, las bandas están enlazadas a su página de last.fm y los discos a Spotify, por cierto.)
…aunque me lo tendría que currar más, confieso (el lector extremadamente atento podría notar que todas las canciones están en la lista del año de Pitchfork, y en el mismo orden, pero quiero reivindicar el esfuerzo de podar dicha lista de las más de 80 pistas que tenía a menos de 30 y menos de dos horas y media, que es una cantidad casi digerible…).
Lo más destacable de 2013 es que ha sido el año de la electrónica que más me gusta: Tomorrow’s Harvest, de Boards of Canada, II, de Moderat, el Psychic de Darkside y el Slow Focus de los Fuck Buttons son como para enmarcarlos, de verdad. En el player tenéis pistas de tres de ellos, y hay que sumarles, en esa línea, la de Jon Hopkins (si no incluyo su Immunity entre los discos del año es porque he llegado tarde y aún no lo he escuchado comme il faut, pero me dicen que está ahí) y la de Prurient (disco pendiente también, aunque de este me faltan referencias)…
En cualquier caso, la lista de música de la casa ha vivido, desde siempre, en last.fm (otra manera de verla, por álbum, es http://acousti.co/lastfm/albums/2013/chechar), y hace unas horas tenía esta pinta:
La primera conclusión, comparando con el año pasado, es que o he escuchado mucha más música que en 2012 o que me he vuelto mucho más «fat head» (alguna día me pediré una key para la API de last.fm y seré capaz de dar mejor respuesta a estas preguntas…).
En segundo lugar, que los sospechosos habituales no son pocos: ahí siguen Colin Stetson, Sølyst, Four Tet, Kid Koala, Portugal. The Man, Sleigh Bells, Morphine (que sigue siendo lmbdlnemmo) y Purity Ring, mientras que Nick Drake sólo cae hasta el 44 , Ólafur Arnalds hasta el 51 y Portishead hasta el 55…
Así pues, tenemos…
Lo nuevo de este año
No tiene demasiados números de repetir el año que viene el hip hop alternativo de Aesop Rock, pero en algún momento me dio fuerte… También me tocó el «retroswing» de Caravan Palace y Nicolas Repac (y Parov Stelar, que no sale en la lista pero casi), y seguramente el año que viene tampoco tengan tanta presencia. MS MR y el shoegaze de DIIV… pues no sé: el tiempo dirá si se quedan en one hit wonders o cuajan.
Descubrimientos tardíos míos (uno que llega tarde a todo) han sido los jienenses-con-sabor-a-América-profunda Guadalupe Plata y los londinenses indie Daughter. Me pongo de cara a la pared un rato tanto por unos como por los otros. Y es harto probable que el año que viene sigan por aquí. Lo mismo me ha pasado con Apparat y Moderat: bastante lamentable llegar tarde a la electrónica elegante pero contundente de Sascha Ring, pero como mínimo he disfrutado a tiempo de Krieg und Frieden y II, los dos discazos que se ha despachado el buen hombre este año.
Los que ya conocíamos
Llevaba yo tiempo sin escuchar a Boards of Canada y los he recuperado gracias a su disco de este año, Tomorrow’s Harvest. No es el maravilloso The Campfire Headphase del que me enamoré allá por 2005, pero merece ser escuchado y disfrutado con cariño y atención. Que para algo son mi número uno del año :-).
Siguen sonando en sucesión los discos de Nudozurdo (que parece ser mi banda nacional de referencia), Chromatics (supongo que les hago un feo, pero para mí son la banda que hizo el año pasado la mejor versión posible del Into The Black de Neil Young), The National y Mogwai (estos dos últimos con discos nuevos bajo el brazo, aunque en el caso de los primeros sigo enganchado al anterior y en el de los segundos espero impaciente al próximo, que está a punto de salir del horno).
Este año me ha dado más fuerte que el anterior por la música contemporánea, y es por ello que al ya mencionado Ólafur Arnalds se le suma este año el compositor estadounidense Ingram Marshall, y también han sonado en esta casa Deru, Joby Talbot, Sylvain Chauveau o el japonés Tōru Takemitsu. Y seguirán haciéndolo. Supongo que es lo que tiene hacerse mayor viejo :-P.
Las recuperaciones noventeras han sido Mazzy Star y los Smashing Pumpkins (quién te ha visto y quién te ve, Billy). En el capítulo jazz le ha tocado a la preciosa voz de Stacey Kent y siguen sonando con profusión las bandas sonoras de Michael Giaccino (las que ha hecho para Pixar, sobre todo, con mención de excelencia, como siempre, para la de Los Increíbles).
Párrafo aparte merecen Pink Floyd, quizá la banda que más haya escuchado en mi vida, pero que llevaba tiempo sin salir en mis ‘top’… básicamente por no estar en Spotify, donde finalmente se han animado a publicar su catálogo este año. El tema de Spotify, y de los canales de acceso al público, es algo que tengo que recuperar en algún momento, porque da para mucho.
Los que vimos en directo
Y cerramos con los tres que tuvimos el gusto de ver cara a cara. En orden inverso a como aparecen en la lista. Así pues, primero los presuntos posroqueros 65daysofstatic. Y digo presuntos porque si en los discos se ajustan al canon posrock casi a la perfección, en directo se nota que cuando eran jóvenes escucharon mucho a Mogwai, sí, pero que también echaron horas con los Chemical Brothers. Y la cosa sorprende, ciertamente, pero no suena nada mal. Darán que hablar. Espero.
El concierto jazz del año fue el de Avishai Cohen. Tremendamente recomendable en disco, grandísima presencia en directo.
Y cerramos la lista con mi adorado Four Tet. Su paso por Barcelona no fue muy allá, la verdad (aunque me permitió descubrir a Rocketnumbernine, que valen bastante la pena). A mí me habría gustado más que hiciera algo como lo que os dejo aquí abajo, que no tiene desperdicio (y que supongo que es lo que hará dentro de unos meses en el Sonar, que este año tiene un cartel verdaderamente brutal).
El año que viene, más :-).