Desde que vi el otro día un libro electrónico soy más consciente de que los problemas de la digitalización que tanto han afectado a las industrias del cine y el disco se les viene encima ahora a las editoriales… (Nótese que hablo de las industrias, y no de los sectores culturales, ¿eh? Que no conviene confundir churras y merinas: lo que está en crisis es la venta y alquiler de contenedores físicos para música y cine. Esto afecta muy directamente a los autores, pero sobre todo a los mercaderes que han vivido muy bien mucho tiempo de la creatividad de otras personas…).
Lo dicho: el libro electrónico aún no es perfecto, pero están en ello y no están muy lejos. Y una vez que sea tan cómodo cargar y leer un libro de papel como uno electrónico (con la pequeña diferencia de que en este último cabe una biblioteca) el problema de «replicar es gratis» les va a caer encima a las editoriales. Uno sospecha que el libro de bolsillo puede acabar sufriendo lo mismo el destino que ya casi nadie niega para el CD (la jungla amazónica lo agradecería mucho, como mínimo) aunque, desde luego, la edición en tapa dura de un cierto nivel de cuidado, o los libros «de lujo», al menos de momento, están lejos de las posibilidades de las pantallas OLED (uno era bastante escéptico, y sigo siendo un enamorado del papel, pero también he pasado de comprar muchos CDs a comprar unos cuantos vinilos y descargar mucha música de la red, la mayoría legalmente).
Parece, eso sí, que autores y editores han visto «mesar las barbas del vecino» y están dando pasos para proteger su negocio sin, de momento, tocar las narices del consumidor que les sustenta:
- Primero tenemos al autor Neil Gaiman, que ha decidido celebrar el séptimo aniversario de su blog (un millón de palabras escritas, ahí es nada, documentando el proceso de creación, explicando batallitas de giras promocionales y colgando enlaces de aquellos que no tienen desperdicio) ofreciendo la descarga gratuita de uno de sus libros. Y como no sabía cuál elegir, deja la elección al público (dejénme asegurar que he leído seis de los ocho candidatos y se trata de libros que (i) se han vendido y se venden divinamente y (ii) no están nada mal).
- En segundo lugar, Harper Collins publicará en su web unos cuantos libros de forma gratuita (para su lectura en la página, no para descargar). Incluyendo unos cuantos títulos de Pablo Coelho que, aunque no sea santo de mucha devoción en esta casa, es, como Gaiman, un autor de best sellers más que consagrado.
- Finalmente, Reuters cuenta que Random House pretende estimular la venta de algunos de sus nuevos títulos poniendo a la venta digitalmente capítulos sueltos, aunque de momento no se especifican más detalles.
Editoriales y escritores cuentan con la experiencia acumulada de otras industrias, pero de momento hay que felicitarles por dar pasos adelante mucho antes de que la cosa adquiera dimensiones dramáticas.