Comienzo a leerme Spook Country, el último de William Gibson. Salió al mercado a principios de agosto, o sea que es una absoluta no-noticia. Pero ni lo tenían en Gigamesh ni me pareció pertinente pagar los gastos de envío de Amazon Reino Unido (cinco libras es lo que hay que añadir al precio de un libro en concepto de gastos de envío), por lo que he tenido que recurrir al «hermanito express». Su penúltimo, Pattern Recognition, me gustó mucho justo en el momento en que estaba por dejar de comprarme libros suyos, puesto que los tres anteriores me habían decepcionado bastante.
En un mundo hipertextual (¿googletextual?), me quedo, de salida, con el esfuerzo de los lectores de hiperanotar el libro y seguir y documentar hasta la última referencia oscura que ha incluido Gibson (o no, que ya se sabe que los humanos tendemos a hiperanalizar y leer en los textos más de lo que hay en ellos). Así, por ejemplo, en Node Magazine (nombre de una revista al estilo de un Wired fundado en 2006 alrededor de la cual gira parte de la historia) un lector autoerigido en editor / comentarista / anotador / investigador recopila información sobre el universo del libro (haciendo uso, además, de un ‘tumblelog’: node para ello). No deja de ser alucinante como la web y el ‘doscero’ permiten a cualquiera (cualquiera con el talento, las ganas y la constancia, claro está) montar algo así (de la misma forma que aparecieron con la predecible celeridad traducciones del último Potter al español y al francés, como mínimo, en cuestión de días, meses antes de que la máquina editorial se dignase a hacer lo propio).
Algo me dice que el día en que salga a la calle el próximo libro de Gibson todos los dominios relacionados con el contenido del libro estarán más que registrados y que el que desee hacer lo propio lo tendrá (un poco) más difícil para ser descubierto, pero mientras tanto, felicidades a «H.B.», el responsable de la idea.
Seguiremos informando…