La imagen está robada de The Man in Blue (alias Cameron Adams) y, además de ser (a) un hartón de reir (b) muy cierta (c) todas las anteriores, es una respuesta a esta entrada de Jason Santa Maria sobre la relación entre «diseño gráfico» y «diseño web», que vale la pena leer (comentarios incluidos).
En mi opinión, alguien que diseña para la web no debería llamarse diseñador gráfico, aunque haya mucho de diseño gráfico en el diseño de una web. Pero al oir «diseño gráfico» no pensamos (o al menos yo no pienso) en diseño de interacción e interfaces, por no hablar de la necesaria separación de contenido y presentación o de la necesidad de entender profundamente los lenguajes (incluyendo cada vez más los de programación) y estándares que entran en juego o la diversidad de dispositivos desde los que se consumirá el diseño realizado, la arquitectura de la información para un sitio complejo… Además, la vinculación entre «diseño gráfico» y medios estáticos o no interactivos es, me da a mí, demasiado fuerte en el imaginario colectivo como para que ahora se pueda plegar el término a una ocupación que es, en gran parte, nueva y, además, evoluciona diariamente. Las competencias del diseño gráfico (composición, teoría del color, tipografía…) juegan un papel esencial en el diseño web, pero estas valen de poco sin las específicas a la tarea en cuestión. Es interesante ver cómo, a medida que el campo crece van apareciendo denominaciones más específicas y especializadas: más allá del diseñador web, tenemos desarrollador web, «interaction designer», «interactive art director», «communication designer», «front-end developer», «UX designer», «web producer» o hasta «diseñador multimedia» (y mira que hay pocas palabras de las que se haya abusado tanto como de «multimedia»)…
Pero claro, si te declaras «diseñador web» acabarás configurando Outlooks y pasando antivirus. O, más triste aún, serás comparado con alguien que no tiene ni puñetera idea de diseño gráfico, pero al que le encanta jugar con Frontpage (y si han llegado a jugar con una copia pirata de Dreamweaver, ya ni te cuento) y cobrando una miseria por tus conocimientos. Yo, de momento, me quedaría con «desarrollador web», que suena lo suficientemente complicado y misterioso como para poder pasar una factura decente. Aunque hablar de «user experience» o arquitectura de la información también ayuda. Dichosas palabrotas…
Lectura adicional: The Employable Web Designer, de Andy Rutledge.
PS Y otro cómic relacionado: en UserFriendly.
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