Fecha importante la de hoy, y no sólo para los amantes de las matemáticas y la informática. Hoy habría cumplido 99 años Alan Turing, matemático que ayudó como muy pocas otras personas a formalizar lo que es hoy la informática. Por si eso fuera poco, durante la Segunda Guerra Mundial se dedicó al criptoanálisis, intentando romper los códigos del ejército nazi, incluyendo los de la máquina Enigma, una leyenda en sí misma, y contribuyendo de manera importante en los esfuerzos para derrotar el nazismo. Los esfuerzos de Turing fueron compensados al final de la guerra con la Orden del Imperio Británico.
Pero Turing tenía un «defecto» grave: ser homosexual en la Gran Bretaña de los años cuarenta y cincuenta, cuando eso era ilegal. A pesar de sus contribuciones científicas y su papel en la Segunda Guerra Mundial, fue condenado por ello en 1952. Optó por un tratamiento con estrógenos para evitar ir a prisión. Pero Turing no pudo soportar la presión y se suicidó en junio de 1954. No fue hasta 2009 que el entonces primer ministro británico, Gordon Brown, como respuesta a una petición pública respaldada por miles de firmas, declaró que el tratamiento al que se había sometido a Turing había sido terrible e injusto y pidió disculpas por ello en nombre del gobierno británico.
Sólo nos queda esperar que dentro de 365 días —y siempre— el mundo recuerde con todos los honores, en su centenario, a una de las personas que más contribuyó a que la segunda mitad del siglo XX en Europa no fuese una pesadilla nazi.