La sonda Genesis de la NASA, después de un viaje de 5 años para recoger muestras de viento solar, volvía hoy a nuestro planeta.
Como si acertarle al planeta Tierra no fuera suficientemente complicado, en la NASA pensaron que si la nave tocaba el suelo, las muestras que traía correrían un serio riesgo de contaminación, por lo que decidieron intentar ‘cogerla al aire’: enviar un par de helicópteros para intentar capturarla con unas pinzas. Un argumento tan digno de Hollywood que los pilotos eran, precisamente, especialistas de la industria del cine.
Desafortunadamente, parece que el paracaidas de la cápsula no se ha abierto [correctamente], y ha sido imposible atraparla antes de que chocara contra el suelo de un desierto de Utah a unos 160 kilómetros por hora, en directo vía la web de la NASA. Que quiere decir que he podido ver el impacto en directo (o casi, que esto de las retransmisiones por internet todavía tiene un ‘delay’ considerable). La cápsula parecía bastante entera, pero vaya usted a saber qué habrá pasado con las muestras…