Dos de «ad tech»

Copio un par de noticias de la newsletter de Ben Evans (que es muy recomendable (servidor está suscrito a la free)), ambas relacionadas con tecnología para la publicidad. La primera va de Amazon:

We’ve been hearing for a while that demand had outstripped available inventory for Amazon’s retail ad product (over $50bn of revenue in the last 12 months) and now Amazon is expanding to provide the same intent-targeted advertising on other retailers’ websites. This makes tactical sense, but strategically, if you were a retailer would you want Amazon to have that kind of data about behaviour on your own website? LINK

Si no he buscado mal, Google generó en 2023 algo más de doscientos mil millones de dólares en ingresos por publicidad en su propio sitio web, que entiendo que es la cifra comparable con los más de cincuenta mil millones citados en el párrafo anterior. Ahora que Amazon parece que ampliara su negocio en el campo del ‘ad tech’, (i) vamos a tener que considerar la compañía como un gigante en esto de la publicidad, además del ecommerce y los servicios en la nube, y (ii) tengo curiosidad sobre como esto habría afectado / afecta / debería afectar al veredicto de agosto contra Google sobre su monopolio en publicidad en búsqueda (una parte considerable de los cincuenta mil millones de Amazon tiene que venir como resultado de búsquedas, digo yo).

(La pregunta final que se hace Evans es muy relevante, por cierto, pero también sería motivo para que las grandes empresas del mundo de la alimentación, por ejemplo, intentaran saltarse la distribución a través de súpers, como ha dicho el propio Evans en alguna ocasión.)

Y por otro lado…

Meanwhile, Comcast launched a broad industry platform aimed at getting SMEs who never previously could or would have advertised on TV to buy slots in streaming inventory, where the purchase can be much smaller and much more targeted. LINK

Comcast es la matriz, entre otras cosas, del canal de televisión estadounidense NBC. Esta la destaco porque… vamos tarde, ¿no? Desde que se consume una parte significativa de la tele a través de streaming, no ofrecer slots publicitarios personalizados, me da a mí desde hace tiempo, es dejar un montón de dinero en la mesa. Queda mucho por hacer en el mundo de la publicidad en televisión, digo yo (en un rerun de, pongamos por caso, Friends, ¿por qué tener los product placements de la época si con un poco (cada vez más poco) de postpro podemos reemplazar esos productos por otros por los que los anunciantes sigan pasando por caja?).

Amazon, los incrustados de WordPress y… kp0a0-21

Me acabo de dar cuenta de que si usas los incrustados de WordPress con un enlace a Amazon, automáticamente les inserta un tag=kp0a0-21 a la URL (o como mínimo me lo hace a mí), y que si la URL que le pegas ya tenía un tag propio, lo sustituye por este… El único uso que conozco yo para el tag en una URL de Amazon es su programa de afiliados, por el que se paga una pequeña comisión a quien promociona el producto que sea a través de un enlace, sin encarecer el producto para quien lo adquiere. Servidor tiene su propio tag (obm-21), que le genera unos «espectaculares» diez o quince euros al año, y acabo de comprobar que al pegar un enlace como https://www.amazon.es/Nada-Volumen-Independiente-Carmen-Laforet-ebook/dp/B009I2UCZ4?&linkCode=ll1&tag=obm-21&linkId=f1552e692fcbcb21b42ab29bfddf52f2&language=es_ES&ref_=as_li_ss_tl el incrustado se come mi tag y lo cambia por el ya mencionado kp0a0-21 😮. Diría que no es ninguno de los plug-ins que le tengo instalado a WordPress, y que no hay ninguna opción para cambiar el comportamiento.

Si el enlace le genera algún beneficio a WordPress.org, no le vería demasiado problema… si se informase bien del tema (y siempre queda la opción, naturalmente, de pasar del incrustado automático). En fin. Lo dejo aquí por si alguien es más capaz de obtener información al respecto que yo (o es alguna obviedad que se me haya pasado por alto, claro).

Un 2024 de música

En esta casa, como ya es tradición, no hacemos el «wrapped» de Spotify, sino que abrimos el año pasando lista musical con last.fm, que además es más completo, ya que no solo registramos lo reproducido en Spotify (cada cual tiene sus compulsiones, yo las mías: hace tiempo que usábamos The Universal Scrobbler para «escroblear» a mano, y este año descubrimos y añadimos al arsenal Pano Scrobbler para Android, que además de tener una interfaz muy apañada para consultar la información de last.fm, tiene su propio clon de Shazam, pero con «escrobleo automático»).

Este año hemos escuchado algo más de música que el año pasado: 27 609 reproducciones (por las 25 049 del año pasado), lo que me pone en el 8% más alto de last (¡¿qué hay que hacer para subir más?!) de 16 182 pistas diferentes (por 14 930) de 3811 artistas diferentes (por 3693), y mi «top» ha quedado así:

1. Two Shell, 224 scrobbles
2. Vampire Weekend, 216
3. Mishima, 212
4. Hania Rani, 208
5. Garbage, 203
6. Little Simz, 198
7. Jóhann Jóhannsson, 194
8. Angélica Garcia, 186
9. Bombino, 185
10. Art School Girlfriend, 184
11. King Hannah, 183
12. Bully, 181
13. Max Richter, 181
14. ILE, 179
15. Waxahatchee, 178
16. Drahla, 169
17. Larkin Poe, 169
18. Eels,  167
19. Just Mustard, 167
20. Kalia Vandever, 166
21. Jimena Amarillo, 164
22. Tess Parks, 164
23.  Travis Birds, 163
24.  Alex Lahey, 161
25. Squirrel Flower, 160

Ha sido un año de directos (he visto al 2, al 3, al 4 y al 5 de la lista, y dice last que con Mishima fui el oyente número 17) pero de pocas novedades en el top: solo la rapera Little Simz y los postpunks Drahla, en el 6 y en el 16, se marcan grandes subidas hasta el top 25, y si sigo bajando por la lista (que tenéis aquí) las otras novedades serían NewDad, en el 34 con su indie pop shoegaze, la electrónica de Mount Kimbie en el 39, la innovadora Laurie Anderson en el 44 (voy apenas 40 años tarde, lo sé: más vale tarde que nunca, ¿no?), la electrofolkie portuguesa Ana Lua Caiano en el 46, los para mí difíciles de clasificar Khruangbin en el 49 (last les pone las etiquetas funk, psychedelic, psychedelic rock, rock y ambient, y yo no se lo voy a discutir, pero me vais a tener que reconocer con rock con ambient no es la combinación más habitual) y la productora de electrónica Octo Octa en el 50 (que yo etiquetaría de mi descubrimiento (tardío, de nuevo) del año). (En cualquier caso, dice last que el 39% de esos 3811 artistas eran nuevos, que no está mal, ¿no?)

(Por cierto: también fui el #22 del lil spirits de Two Shell. y el #2 de otra de mis obsesiones, el September de The Stick Figures.)

¿Qué tipo de música forma la lista? La nube de tags de Pano Scrobbler es más o menos así:

Nube de tags. Algunas de los que aparecen más grandes son alternative, electronic rock, indie rock, singer-songwriter, indie pop, comtemporary classical, female vocalists, experimental indie, pop y ambient

Y last.fm dice que soy nostalgic (bu), discerning (bien) y nomad (también bien, opino). Me pintan así:

Diagrama en que se dice que estoy muy alto en consistency, en la media en "replay rate", un poco por debajo en discovery rate y bajo en concentration y variance
Dice last que lo de la consistencia (del 100%) va por la regularidad escuchando, la tasa de repetición (41%) por la regularidad en volver a mis canciones favoritas (uno es de mantener una dieta variada), la tasa de descubrimiento (39%) por la música nueva (no es muy alta, pero a mi volumen, tampoco está mal, opino), la variancia (10%) va por la cantidad de tags escuchados y la concentración (7%) por cuanto tiempo le dediqué a mis artistas favoritos (dieta equilibrada, insisto)

Lo de la variancia de tags, me temo, es cierto:

Diagrama de mis tags más frecuentes. Hay bastante consistencia a lo largo del añ, predominando la electrónica, el indie, el indie pop, , el indie rock, el folk, el rock y lo experimental, en ese orden

Hay gente que presume de su diagrama de calor de GitHub. Yo, del de last:

Diagrama de escuchas por día del año. Ningún día está a cero. El primero de mayo aparece en color blanco, el día más oscuro es el 5 de octubre
(El blanco corresponde a 179 reproducciones, el mínomo está en 5.)

Y más aún de mi mapa del mundo. Debería mejorar, pero no me ha quedado mal, ¿no?

Mapa del mundo, con los países a los que pertenecen los artistas a los que he escuchado. Tengo vacíos, especialmente en África y Oriente Medio, pero no está mal

Me sigue encantando, por cierto, cómo visualizan las horas a las que me pongo música, al más puro estilo Unknown Pleasures:

La célebre portada del Unknown pleasures de Joy Division, pero con mis ritmos de escucha de música para cada semana del año. Suelo arrancar sobre las ocho de la mañana y acabar a medianoche

Y cierro sorprendido como el año pasado con lo contemporáneo que soy:

La década que gana, de largo, es la de los 2020s, seguida de lejos por los 2010s, que duplican a los 2000s, que ganan de poco a los noventa, que duplican a los 80, y después vienen los 70, seguidos de los 60
(Me va a tener que explciar last, eso sí, por qué me etiqueta de nostálgico.)

En fin. El año que viene, más (sobre el tema, que más música va a ser difícil.)

Metrópolis y los ¿archivos? de RTVE

Cuando el diablo no tiene nada que hacer, con el rabo mata moscas. Por motivos que no vienen demasiado a cuento, me ha dado por buscar los programas que el mítico Metrópolis de RTVE le dedicaba anualmente al SIGGRAPH a finales de los ochenta (creo recordar) y primeros noventa (de eso estoy seguro). Lamentablemente, no he encontrado ninguno en la web del ente público y me he tenido que contentar con los VHS de los programas de 1992 y 1995 que alguien tuvo a bien subir a YouTube. (Si alguien tiene localizado alguno más, aquí abajo tiene el formulario de comentarios O:-).)

La cuestión es que la navegación de la página de Metrópolis no es exactamente una maravilla (navegar de 20 en 20, sin ningún tipo de paginación para avanzar más deprisa), y ya que me he pegado la «paliza» de navegar hasta el fondo de lo que hay en ella, he decidido guardarme alguno de los programas del siglo pasado (lo que duele escribir eso, oiga) que me gustaría encontrar un rato para ver estos días. Y, por si alguien le resultase útil, dejo la lista por aquí.

Música

10 años del punk. Primera, segunda y tercera partes. 7, 14 y 21 de diciembre de 1986.

Echo and the Bunnymen. 5 de noviembre de 1987.

The Cure. 1 de enero de 1988.

Lou Reed. 16 de marzo de 1989.

Tom Petty. 20 de julio de 1989.

Gipsy Rock. 8 de marzo de 1990.

Manchester, escena musical y cultura de club. Primera y segunda partes. 2 y 3 de julio de 1990.

REM. 4 de abril de 1991.

Música grunge. 19 de noviembre de 1992.

SONAR 98. 25 de octubre de 1998.

Cómic

Salón internacional del cómic de Angouleme. 12 de febrero de 1987.

Akira. 16 de septiembre de 1990.

Arquitectura

Arquitectura posmoderna. 16 de julio de 1987.

Jean Nouvel. 9 de enero de 1992.

Infoarquitectura. 5 de marzo de 1992.

Santiago Calatrava. 24 de julio de 1993.

Lo de Chrome

A estas alturas ya habréis visto la noticia (en el Guardian o en el New York Times, por ejemplo): como resultado de un juicio antimonopolio en el que Google ha perdido (le quedan apelaciones, pero está perdiendo claramente), el departamento de Justicia de los Estados Unidos propone, como medida para romper el monopolio, que Google se deshaga de Chrome. ¿Es esto un problema para Google? Tiene la pinta de que bastante… pero eso es un problema para Google, y las prácticas de Google justifican que se le imponga un castigo severo. ¿Es un problema para los miles de millones de personas que usamos la web a diario (y un buen porrón más que usan tecnologías web sin saberlo)? Al menos potencialmente, . Lo explica, muy apañadamente, Stephanie Stimac en este vídeo de hace menos de tres meses (no son ni veinte minutos y vale bastante la pena):

https://bsky.app/profile/seaotta.bsky.social/post/3lbc4f2iifk2g

Stephanie trabaja en Igalia, una cooperativa (¡gallega!) que hemos citado en alguna ocasión por aquí, a la que hemos tenido en Despacho 42 y que, entre otras cosas, es la segunda contribuidora prácticamente cada año al código de Chromium por detrás de Google (luego Chrome y la multitud de otros navegadores que se basan en Chromium, como Edge, el navegador de Samsung o Vivaldi, entre muchos otros), al de Webkit por detrás de Apple (luego Safari, pero también muchas pantallitas que ves cada día, incluyendo las de la Playstation, las de muchos ascensores y hasta la de la Thermomix (en serio)) y al de Firefox por detrás de Mozilla… luego todos los navegadores web viables a día de hoy. Si usas algo digital con una pantalla, casi seguro que estás usando código suyo. Y conocen el ecosistema web, y sus debilidades, como nadie.

La cuestión es que, ahora mismo, a pesar de la existencia de Igalia (y una infinitud de desarrolladores individuales que contribuyen a esos proyectos de código abierto), Chromium y Chrome (y Samsung Internet, Vivaldi, o Edge) no se sostienen sin Google, porque más del 80% del desarrollo de Chromium y sus componentes lo hacen profesionales en la nómina de Google/Alphabet.

De la misma forma, Safari (y todos los dispositivos que usan Webkit para su interfaz (¡la Thermomix!)) no se sostiene sin Apple, y ya veremos qué hace Apple con Webkit y Safari si desaparece el caramelo de los 20 000 millones anuales que Google paga a Apple para ser su proveedor de búsqueda por defecto.

Y Firefox no se sostiene sin Mozilla y los 500 millones anuales que Google le paga, de nuevo, para ser el proveedor de búsqueda por defecto.

En cualquier caso, volvamos a la venta de Chrome. Una primera cosa sería establecer el valor justo de venta. Aquí, una potencial interpretación:

How much would Chrome cost? Conservatively: Revenue: Match the $26 billion Google paid yearly to search affiliatesCost: <2000 engineers at an average cost of $500k = $1bilProfit: 25 billion per yearValuation at a P/E ratio of 20: $500 billionDid I get any math wrong?Who could finance this?

Daniel Ehrenberg (@littledan.dev) 2024-11-20T00:58:10.418Z

A pesar de la brutalidad de la valoración (ahora mismo hay menos de veinte compañías en todo el mundo que coticen en bolsa y valgan más de quinientos mil millones (aquí un listado)), si Google paga hoy esos veintiséis mil millones al año (que los paga) a Apple, Mozilla y otro puñado de empresas por establecer su buscador como buscador por defecto, es fácil asumir que Google valora los ingresos obtenidos de Chrome en bastante más de esos veintiséis mil millones anuales, y la valoración, por tanto, al menos según ese criterio, no es exagerada. ¿De qué, si no, iba Google a patearse esa cantidad de dinero en su navegador? Nadie ha confundido a Google con una ONG (o nadie debería hacerlo, como mínimo). (Y estimar que Google invierte entre quinientos y mil millones al año en Chrome no parece exagerado. En serio.)

Pero no parece probable que al departamento de Justicia y al juez les vaya a parecer bien que esa nueva compañía independiente viviese exclusivamente de los pagos de Google, ni que Google siga con sus tratos con Apple, Mozilla y el resto de compañías. Y, en ese caso, la valoración de la compañía pasa, me da a mí, de esos lujuriosos quinientos mil millones que es prácticamente imposible que nadie pueda pagar a, potencialmente, menos de lo necesario para sostener Chrome. Y Firefox deja de ser sostenible a la velocidad de la luz sin los millones de Google. Y Apple puede permitirse la pasta que se deja cada año en Webkit y Safari perfectamente, pero… ¿para qué? Apple tampoco es famosa por comportarse como una ONG, precisamente (y, aunque no me guste, así es como funcionan las cosas ahora mismo). Y si, de la noche a la mañana, buena parte de los y las currantes que se dedican profesionalmente a desarrollar y mantener los navegadores que usamos (que tienen millones de líneas de código en las que seguro que hay vulnerabilidades y bugs que alguien va a descubrir algún día, y cuyo mantenimiento, por ende, es esencial), entonces… ¿qué?

Que sí, que suena apocalíptico y no tiene por qué pasar así, como ya dice Stephanie Stimac en el vídeo, pero estas cosas es mejor considerarlas antes que después.