Uno de mis anuncios favoritos (especialidad prensa escrita) era del grupo editorial IDG (creo), allá por los años 80: en la contraportada de sus revistas se veía una foto de la Tierra vista desde la Luna. Debajo podía leerse algo así como «si la carrera espacial se moviese al ritmo de la industria informática, ahora mismo podrías estar viendo esto por la ventana». Cuánta razón… Y es que el hombre pisó la Luna hace más de 40 años ya y volver a pisarla sigue siendo un esfuerzo titánico, casi el mismo que representó hace cuatro décadas. Pero mientras tanto, la industria informática…
A mediados de los 70 (cuando el programa Apollo de exploración lunar ya se había cancelado) lo más de lo más en informática eran los ordenadores Cray-1.
¿Su precio? El primero costó 8.86 millones de dólares. De 1977. Más de 24 millones de euros, ajustando para la inflación. Hacía falta freón líquido para refrigerarlo. Pesaba más de cuatro toneladas y media, medía 1.95 metros de alto y tenía un diámetro de más de dos metros y medio (fuente).
Y la pregunta del millón es… treinta y tres años más tarde…. ¿a qué equivale un Cray-1?
Efectivamente, hay quien se dedica a reproducirlo a escala (1:10, nada más y nada menos). Y no se trata de «sólo» una maqueta: es plenamente bastante funcional. De hecho, el problema es encontrar algo tan lento: el ordenador original corría a 80 megahercios y podía llegar a tener hasta 32 megas de RAM (insisto: por 24 millones de euros).
Si hay algún manitas en la sala, las instrucciones (más o menos) y recordad que mi cumpleaños es en menos de un mes, o sea que hay prisa ;-).