En estos momentos de canon más de uno haría bien en leerse los consejos que da David Byrne en la Wired de este mes, con David Byrne’s Survival Strategies for Emerging Artists ? and Megastars (también charla con Thom Yorke en David Byrne and Thom Yorke on the Real Value of Music).
Byrne comienza por recordar algo que en la SGAE hacen todo lo posible por olvidar: que a lo largo de la historia casi siempre la música ha sido una experiencia, algo que no se empaquetaba, sino que se disfrutaba en directo. El momento histórico en el que ha tenido sentido comprar música enlatada ha sido precisamente eso: un momento, que comenzó cuando la tecnología decidió (esto es, cuando fue posible grabar en discos de cera una actuación musical) y acabó, de nuevo, por motivos tecnológicos (en el momento en el que la digitalización rebajó el coste de replicado y distribución a épsilon, con épsilon tendiendo a cero, haciendo inútil gran parte del trabajo de la discográfica). Un siglo, poco más o menos. Un siglo que, a todos los efectos, ya se ha acabado.
Byrne, eso sí, es un músico que pretende seguir ganándose la vida con lo suyo (faltaría más). Y lee lo que está pasando y propone alternativas. ¿Qué observa? Que caen los costes de producir un disco y después duplicarlo y distribuirlo. Que irse de gira ya no solo sirve para promocionar un disco, sino que se ha vuelto un jugosísimo negocio. Que las discográficas tradicionales, con su enorme masa y su postura a la defensiva, son dinosaurios intentando alargar su propia agonía, pero que hay otras discográficas con estructuras más ligeras que parecen los mamíferos que ocuparán el espacio abandonado por los dinosaurios. Y que queda mucho espacio para una industria musical que tiene realmente al músico en el centro del proceso.
Finalmente, Byrne describe media docena de modelos posibles, desde los modelos más tradicionales e implantados a los más innovadores Teniendo en cuenta, además, que el modelo Radiohead no está al alcance de todo hijo de vecino, sino que solo se ajusta a grandes bandas con un público fiel.
Pues eso. Lectura más que recomendable, especialmente para dinosaurios con ganas de sobrevivir.
PS 20071221 Que no se diga, eso sí, que las grandes discográficas no hacen sus experimentos, aunque sean bastante tímidos. Véase, por ejemplo, este de Sony BMG.