Imaginemos (es un suponer, ¿eh?) que nos encontrásemos con un dispositivo que permitiese la difusión de la cultura a un coste casi nulo. Imaginemos, también, que una determinada industria se considerase amenazada por ese dispositivo. Imaginemos, finalmente, que hubiese dos entes llamados Ministerios de Cultura e Industria. Ejercicio: ¿qué ministerio debería estar a favor y cuál en contra?
Es que tiene guasa la cosa, oiga…
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