Recuerdo la gracia que me hizo la primera vez que me enlazó un blog ‘grande’. Y la que me siguen haciendo los pocos ‘meneos’ que tiene esta web. Y conservo algún diario en el que aparece mi nombre. Pueril que es uno. Pero esa actitud me parece tolerable y hasta comprensible. Indulgente que es uno consigo mismo.
Pero hoy un poco más y se me atraganta la hamburguesa (suerte que aún no me la habían servido) leyendo La Vanguardia (medio «centenario donde los haya») cuando me encuentro con que dedican tres columnas tres a glosar que es uno de los medios que incluía en portada el Huffington Post para hablar de la repercusión internacional de la inauguración de Barack Obama, máxime cuando el tamaño con que aparece La Vanguardia (y otra docena larga de medios) en la captura de pantalla es tirando a minúscula (en la imagen que abre la entrada, es el de arriba a la izquierda).
Si esto no retrata el estado actual de los medios tradicionales con respectos a los «nuevos» medios, no sé qué lo hará…
PS Enlazaría a la noticia en Lavanguardia.es… si fuera de acceso libre en la web. Que no lo es.