La única entrada de obm es un vídeo de la charla de Mitchell Baker hace unos días en el reciente Personal Democracy Forum. Creo que enlaza bien con la entrevista que le hice para Mosaic, que los amplía y que toca unos cuantos puntos muyy interesantes sobre democracia y tecnología, en estos tiempos que corren.
Para aquellos para los que el inglés no sea lengua grata, añado aquí abajo mi traducción de la charla. Siempre es mejor ir a la fuente, pero he pensado que a algunos os podría ser útil…
Aún estoy digiriendo esos comentarios y pienso que una parte de ellos describen Mozilla muy, muy bien, en cuanto a que intentamos construir soluciones que viven y tienen éxito en el mercado pero lo que nos impulsa no es el mercado y, de hecho, damos el crédito de muchas de las innovaciones que han salido de Mozilla y han construido Firefox explícitamente a no movernos a partir de la lógica del mercado.
Somos extraños en que tenemos éxito a base de competir en el mercado pero la lógica que nos impulsa es bastante diferente. Y creemos que eso es más fundamental para nuestra identidad de lo que cree mucha gente, que hace falta un cierto tiempo para que la gente lo entienda y que cuando llega gente nueva y pasa un tiempo en Mozilla, empleados nuevos o voluntarios que vienen a conocer la comunidad, lo que comentan con más frecuencia es cómo la diferencia de no moverse por la lógica del mercado penetra lo que hacemos. Y eso me fascina porque para un consumidor, o un usuario en general, Firefox, construimos un producto con mejor aspecto que la competencia y que parece software profesional. Pero cuanto más te acercas a Mozilla más ves que la lógica central de quiénes somos, qué hacemos y por qué lo hacemos es bastante diferente.
Hemos tenido un cierto éxito hasta la fecha en lanzar nuevas cosas a internet, nuevos puntos de vista y nuevos estilos. Creo que las conversaciones que hemos tenido estos días demuestran que necesitamos más innovación. Están pasando muchísimas cosas, muchas fuerzas que tienden a la centralización, a silos, y hay pocos sitios en que se esté pensando en cómo tener una sociedad civil en línea con tanto alcance como el que tiene la sociedad económica en línea. Necesitamos hablar entre nosotros y fortalecer ese aspecto también.
La mayoría de gente no piensa en que Mozilla intente construir una infraestructura para la sociedad civil, pero lo hacemos. Vemos a Firefox, y el resto de cosas que hacemos, como una herramienta para un cierto conjunto de metas. Y, así, creo que es muy interesante que… esta es mi ‘diapo’, que captura mi opinión sobre tu charla, es una descripción de Mozilla. Todos saben que somos del [Silicon] Valley, donde todo gira alrededor del capital de riesgo, todo es tecnología y ganar dinero, y vivimos en ese mundo pero, como dice ahí, «not every venture is about capital» {no toda inversión es sobre el capital, más o menos…}. El producto, en nuestro caso, tiene que tener el aspecto de esa lógica, pero es muy diferente al profundizar. Y así, tenemos que pensar, prácticamente cada día, qué significa ser una organización que no gira sobre el dinero, que no se mueve por los impulsos del mercado, pero que sí compite en el mercado, una organización híbrida.
Les voy a contar, a medida que concretamos, las cosas en que pensamos. Antes Steven hablaba de ‘la red primero’. Nosotros también pensamos en el individuo, o primero en el individuo. O sea que tus comentarios sobre que el individuo es tan importante, pero más inteligente y mejor y más capaz, no necesariamente com más C.I. pero más capaz al estar conectado a la red, me han parecido fascinantes.
Lo que intentamos hacer en Mozilla es construir tecnología que incorpora unos ciertos rasgos a internet, para que el propio tejido, la propia infraestructura tenga dentro las tecnologías y los valores de la descentralización, la toma de decisiones distribuida y, también, el aspecto personal.
Hace años que intento acercarme a esta reunión y una de las cosas que me atraía es el ‘personal’ de Foro de la Democracia Personal. Porque una de las cosas que me interesan personalmente y que impulsan a Mozilla es cómo conservar un ‘personal’. Cómo importo yo. Cómo la dignidad del ser humo individual importa cuando vivimos en una red y somos uno entre miles de millones. Una de las cosas que hace la red, desde luego, es que podemos acumular y apilar y aprender, pero también significa que la unidad de impacto, en algunos casos puede crecer muchísimo.
Así que, actualmente, algo así como cuatrocientos cincuenta millones de personas usan Firefox. Somos, aproximadamente, un 30% del mercado, así que estamos hablando de mil millones de personas. Y lo que vemos en las decisiones tecnológicas, cuando llegas a las grandes estructuras, las redes verdaderamente grandes, es que no basta que sepas lo que quieres, no basta siquiera con que seas capaz de construir lo que quieres, en un sistema altamente conectado, con frecuencia hace falta que mucha, mucha gente quiera lo que tú quieres, o construyan o usen el mismo producto que tú quieres. Puedes encontrar un producto fenomenal, o una tecnología y, muchas de ellas, si eres el único que la usa, no va a funcionar: el resto del sistema, o el resto de la red, no responderá. Y por tanto para ser personales tenemos que ser personales en el seno de esta red gigante. Así que, de hecho, esa es una de las paradojas que intentamos superar con Firefox, es que es la capa que interactúa por ti con la red pero se mantiene altamente personalizada. Y caminado hacia adelante, a medida que entramos en redes cada vez más grandes, a medida que las redes se convierten en parte de nuestro sistema de gobierno, creo que está cuestión de cómo mantengo yo mi control sobre mi vida en medio de la red se va a hacer más y más importante.
Una respuesta a eso, diría, son tecnologías y redes que sean también democratizadoras. Y eso es ligeramente diferente de ‘distribuida’. ‘Distribuido’ es una parte, pero no todo. Con democratización no me refiero a democracia, en el sentido occidental liberal, y no me refiero a política y no me refiero a demócratas y republicanos. Con democratización me refiero a cuánto puede implicarse cada uno de nosotros. Y la mejor aproximación, la más breve, es cuánto nos podemos desplazar desde el consumo a la creación. Porque es una cuestión muy diferente ser capaz de crear y tener una influencia real sobre la red, o la interacción con la red. Así que usaré el evjemplo del evento del jarabe de arce. Es una buena tecnología distribuida, cualquiera con 311 puede marcar y unirse al sistema. Eso significa que cualquiera puede participar, cualquiera puede consumir parte del sistema, cualquiera puede agregarle información, pero la verdadera cuestión de la democratización del sistema es cuánto puedes influir realmente en el sistema. ¿Puedes volver a sacar los datos? Así, por ejemplo, si todos llaman al 311, ¿qué pasa con ese chorro de datos? Primero, ¿puedo obtenerlo? Segudo, ¿puedo cambiar el sistema? quizá no de la misma manera que la ciudad lo usa, porque la ciudad es un usuario pero, ¿puedo obtener el sistema? ¿Puedo cambiarlo? ¿Puedo usarlo de una manera diferente? Cuánto puedo aprender de ello y cuánto puedo crear. Porque con frecuencia oimos hablar de que internet es una era que se mueve de la escasez a la ubicuidad, pero con frecuencia de lo que hablamos es de la ubicuidad del consumo. Todas esas webs son gratis, los datos están ahí y son gratis: eso es consumo. Y es todo un lujo. Pero, en un momento dado, lo que te da otra gente no va a satisfacer tus necesidades. Así, el gobierno que tenemos cuando no hacemos nada, no participamos y sencillamente vemos qué nos pasa, no es el gobierno que queremos. Lo mismo es cierto de todo un abancio de otras redes y tecnologías. Así, una tecnología democratizante nos permite a los que queramos, cuando queramos, pasar del consumo a la creación. Especialmente antes del ‘código abierto’, eso sonaba a locura. ¿Por qué iba alguien a hacer eso? ¿No queremos ser pasivos y sentarnos y qué fantástico que las web sean gratis, y qué fantástico que no hace falta que haga nada y me lo van a dar todo hecho? Por cierto, ¿por qué iba nadie a trabajar a cambio de algo que no sea dinero? Pero resulta que el número de personas que no somos pasivos siempre, y el número de personas dispuestas a levantarse y hacer un esfuerzo para mejorar nuestras vidas y las de la gente que nos rodea es mucho más alto de lo que creemos. El número de personas que participa del activismo y de la política o del gobierno, actividades no remuneradas en la mayoría de ocasiones, es mucho más alto que lo que cree la gente. El apetito por la creación, la capacidad de tener un cierto control sobre mi propia vida, y la capacidad de crear parte de las tecnologías que la gobiernan es mucho más gande de lo que cree la gente. Eso se ve en el movimiento de código abierto, lo vemos en algunos de los proyectos grandes como Mozilla, pero también en toda la industria y en todo el mundo académico. La cantidad de gente que coge el trabajo que ha hecho y lo pone a disposición y lo abre y colabora con otros y avanza hacia crear es fenomenal. El código abierto es un meme en la informática, actualmente. Y nadie lo esperaba. Y, cada vez más, lo que la red nos permite hacer es disponer de tecnologías e infraestructura tecnológica con profundas posibilidades democratizadoras.
A veces parte de la gente dice que no importa, pero eso ya lo hemos oido antes. El ideal de la democratización, de que la gente esté dispuesta a trabajar de verdad, que la gente se una en un sentido voluntario, que la gente comparta su esfuerzo de trabajo ¿y qué importa? Ya lo hemos oido, en el espacio tecnológico, ya lo hemos oido en Mozilla. Antes de nuestro gran éxito con Firefox escuchamos precisamente eso: escuchamos, ‘oh, eso no es importante’, ‘no se va a implicar suficiente gente como para se logre un cambio’ y de verdad, no entiendo de qué habláis. A mí me parece que todo ha salido bien y qué sería diferente, cómo podría haber salido mejor.
Después, el gran valor de la tecnología es que se puede construir algo concreto y mostrarlo a la gente. Con Firefox, lo mostramos a la gente y digimos… ‘es por esto que este tipo de tecnología importa’. Primero, es un gran producto, pero tiene muchos de los aspectos democratizadores incorporados en el núcleo. Y por eso ha tenido éxito. Sin esa democratización, sin usar la red para hacer más capaz a la gente, nunca lo podríamos haber construido y si no lo hubiésemos construido no estarían el resto de navegadores. Así, a veces hay una dificultad en concebir o encontrar algo nuevo, como una tecnología con tendencias democratizadoras pero hay que seguir buscando y la red es buena, para estas cosas.
Lo que intentamos hacer ahora en Mozilla es coger esos conjuntos de metas y aplicarlos al nuevo escenario de internet. Porque, desde luego, ahora las cosas son bastante diferentes de cómo eran hace diez años, cuando lo que ahora llamamos móvil era mucho menor, y los sitios web lo eran todo y no teníamos la interacción de las ‘apps’. Así, lo que pretendemos hacer es coger ese espíritu que anima Firefox que es sobre ti, y sobre tu capacidad de disfrutar de una gran experiencia, pero también de entrar y participar, y extenderlo por toda la vida en internet. La red va estar en todas partes. Esa imagen de la nevera está ahí por algo. La red se va a hacer mucho más ubicua de lo que podemos imaginar. Así que la cuestión de cómo introducir la imformación que te importa, cómo controlas la información sobre ti que hay en ella, y cómo tienes la capacidad de pasar de consumir lo que te dan los demás a crear es un aspecto fundamental, hay una serie de puntos de riesgo e intentamos tratarlos, a medida que avanzamos.
Uno de estos aspectos, desde luego es ¿qué pasa con los datos? ¿qué pasa con la información sobre mí? Se suele enmarcar como privacidad, que es un tanto limitado. Hay cosas sobre los datos tremendamente emocionantes. Estamos a punto de tantas cosas nuevas, porque apenas estamos empezando a entender las redes, estamos apenas comenzando a experimentar estas redes a escala y en lo próximos años veremos cosas que ahora ni podemos imaginar. Eso significa que hay un motón de datos. Así, una de las cosas que estamos intentando hacer es articular principios. Porque vivimos en la industria tecnológica, y vemos que es difícil regular cosas como la privacidad. ¿Cómo la regulas? Y somos una institución fundalmente sobre que el individuo tenga el control. Eso significa control sobre los datos. E incluso desde ese punto de vista es difícil imaginar una legislación efectiva, que no limitase la innovación y que conservase algún significado en seis, doce o dieciocho meses. Y como eso no lo podemos hacer, hemos comenzado por plantearnos cuáles son algunos de los principios. Y uno de los principios que hacen balance es ‘quiero tener el control de la informacións sobre mí’. No quiero que me paren, cuando estoy conectada, no quiero que me manipulen. Si resulta que vivo bajo un gobierno restrictivo no quiero vigilarme a mí misma por cuenta de ese gobierno. Ese tipo de control. Por otro lado, hay un brillante modelo económico para la web, basado en la publicidad. A la gente parece que le gustan los anuncios, por que la gente sigue los anuncios, la gente responde y sigue los anuncios, miles y miles y miles de millones al mes. Hay un voto por parte de la gente con su actividad, que dice que este contenido, dado como contenidos patrocinados y anuncios, es valioso. Queremos intentas establecer un equilibrio, entre ‘vaya, la gente responde a eso’ y ‘cómo conservo el control’. No hay respuesta fácil, así que en Mozilla siempre empezamos con unos principios, que salen de nuestra misión de que tú tienes el control, que lo que te pasa debería ser algo que, si lo conocieses y entendieses, te sentirías bien al respecto. Si hay un producto que usas y a medida que lo entiendes te preocupa… no es Mozilla. Así, estos son nuestros principios actualmente. Y no son radicales, si los miras bien. Pero resulta que no hay mucha gente en la industria haciéndolo así. Es realmente sorprendente. Como cuando buscamos un proveedor para el correo electrónico para hacer nuestra comunicación. Es muy pero que muy difícil encontrar un proveedor a la altura de estos principios. Pasamos meses en ello, y acabamos con dos opciones, de entre todos los proveedores del mundo.
Así, intentamos tomar principios como este, hacerlos más públicos, veremos si podemos hacer presión para que la industria los adopte, veremos cómo podemos ir incorporando cosas a Firefox que te den la oportunidad de tomar alguna de estas decisiones cuando estes conectado. Vamos a hacer eso, vamos a hacer un montón de experimentos… Pero la cuestión de cómo llegar a un cierto control por parte del usuario con la riqueza de la web, es bastante compleja.
Espero que nos ayuden con esto cuando vean los experimentos sobre privacidad, cuando vean algunas de las características, pruébenlas, dennos ‘feedback’. Nuestros mecanismos de feedback no son los más sencillos del mundo, trabajamos en mejorarlos, pero es verdaderamente importante, porque esta cuestión de cómo es la experiencia y como puedes, a la vez, estar seguro y divertirte y disfrutar de la riqueza de la web, son realmente complicadas.
También intentamos llevar este concepto de democratización posible con la red a un abanico de otras actividades. Firefox es fantástico y es un nivel muy básico, es casi infraestructura. No del todo, porque sigue siendo la cosa que te representa en tu viaje por la web. Es el lugar en el que la información sobre ti puede enviarse a las diferentes webs y puedes llevar un cierta sensación de identidad a diferentes aplicaciones o diferentes webs. Eso es el futuro. Pero también hay muchas otras actividades, de entre las cuales el gobierno y desde luego la política podrían ser un ejemplo, hay todo un abanico de lugares en los que creemos que nuestra experiencia con Firefox y sistemas distribuidos y comunidades y tecnologías democratizantes, podría ser relevante. Y así tenemos un programa llamado Drumbeat con el que intentamos llevar estas tendencias en democratización a otras áreas que parecen preparadas para ello. Y eso va desde iconos de privacidad —¿podemos, especialmente con la gente que hay aquí presente, pensar en un conjunto de iconos que pudiesen resultar útiles? Por ejemplo, «esta web vende tus datos», «esta web usa tus datos para todo tipo de cosas pero no los vende»— va desde intentar enseñar a los niños a ‘hackear’, para que las generaciones que crecen hoy comprendan que si no lo puedes desmontar y no lo entiendes lo único que puedes hacer es consumir y eres un blanco fácil para la manipulación. Resulta ser que este tipo de educación informática, al menos de manera anecdótica, parece estar en declive, que mucha de la gente que llega ahora a Mozilla, con veintitantos años de edad, han crecido hackeando pero que mucha de la gente más joven buscando apps para sus iTouches, pero no hackeando ni haciendo nada con ellos. Y eso va a cambiar, y va a cambiar la naturaleza del mundo que nos toque. Así que uno de esos proyectos va de hacking. Estamos haciendo bastantes cosas en educación. Las redes descentralizadas, abiertas y democratizadas, ¿cómo afectan al aprendizaje? Especialmente para los millones de personas que nunca tendrán la oportunidad de ir a la universidad, probablemente ni siquiera a secundaria. ¿Y los que estamos fuera de la escuela y aún así necesitamos aprender? ¿Por qué no usamos la red para aprender? O para tener comunidades y redes de aprendizaje. O sea que también trabajamos mucho en esa área. Y después, mucho trabajo en cambiar la naturaleza del audio y el vídeo en la red. Hoy, cuando pensamos en vídeo, solemos pensar en YouTube o, si si tienes una orientación técnica, puede que pienses en Flash. Todo eso viene a ser la edad de piedra de lo que es posible visualmente en la web. Lo que podemos ver y oír y experimentar y de aquello en lo que nos podemos sumergir en la web, estamos absolutamente en un punto de inflexión. Porque la posibilidad de hacer las cosas ya está ahí. En los navegadores modernos, pensamos que Firefox va por delante pero también cada más en otros navegadores. Esas tecnologías pueden ser abiertas, podemos enormes nuevas formas de contar historias que no tenemos hoy, con datos e información disponibles. Y si hacemos las cosas bien realmente van a ser abiertas de esa forma distribuida.
Así que tenemos un montón de actividades en marcha en esas áreas, intentando llevar la tecnología y trabajar con cineastas, con educadores, con algunas de las organizaciones sobre privacidad.
Hay un montón de actividades que toman esta idea de tecnologías de la oportunidad, tecnologías de participación y en definitiva de democratización y tratan de emplearlas a otros campos. No verán a Mozilla intentando aplicarlas directamente a la política, o a la política electoral. Somos una organización global. En realidad, somos más efectivos, en muchos aspectos, fuera de los Estados Unidos que dentro, en cuota de mercado, en el número de gente que realmente entra en resonancia con la misión de Mozilla, el número de gente que no solo usa Mozilla y confían en nosotros sino que también entienden todas las metas de Mozilla, resulta ser mucho mayor fuera de los Estados Unidos… Y así, somos cuidadosos al hablar de los valores de la red, los valores del código compartido y la comunidad y de la democratización, pero no somos una organización políticamente activa en ese sentido.
…
Estas son algunas de las otras cosas en que trabajamos. Tecnologías abiertas en periodismo: colaboramos con la Knight Foundation para intentar coger lo que sabemos sobre tecnología y comunidades y aprendizaje y llevar nuevas formas de contar historias al periodismo. Otra, por ejemplo, es el contenido, contenido traducido con ‘crowdsourcing’, un programa, una tecnología sencilla e intentar usar una capacidad descentralizada de publicar contenido en cualquier idioma.
Y voy a cerrar… Esto es lo que Mozilla intenta hacer, Mozilla intenta incorporar el empoderamiento individual a la red y somos un cerebro puntocom, vivimos y morimos en el mercado, pero con corazón punto org.
Gracias.