Mitchell Baker: Construir la infraestructura de la sociedad civil en línea

La única entrada de obm es un vídeo de la charla de Mitchell Baker hace unos días en el reciente Personal Democracy Forum. Creo que enlaza bien con la entrevista que le hice para Mosaic, que los amplía y que toca unos cuantos puntos muyy interesantes sobre democracia y tecnología, en estos tiempos que corren.

Para aquellos para los que el inglés no sea lengua grata, añado aquí abajo mi traducción de la charla. Siempre es mejor ir a la fuente, pero he pensado que a algunos os podría ser útil…

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¿Apple a por Adobe?

Parece bastante claro, aunque habrá que confirmar acontecimientos… Según cuenta John Gruber (que no suele equivocarse en estas cosas) con los anuncios de hoy de Apple también se han producido cambios en el ‘acuerdo de licencia del programa de desarrolladores para iPhone’, al que se ha añadido (la traducción es mía, y sin garantías, pero no creo equivocarme mucho):

Las aplicaciones deben haberse escrito originalmente en Objective-C, C, C++, o JavaScript tal y como lo ejecuta el iPhone OS WebKit engine, y sólo el código escrito en C, C++ y Objective-C puede compilarse y enlazarse directamente contra las APIs documentadas (por tanto, las aplicaciones que enlacen a APIs documentadas a través de una traducción o capa de compatibilidad intermedias quedan prohibidas).

Esto niega automáticamente (me gustaría que Gruber se equivocase, pero no tiene la pinta) la principal novedad que iba a traer Flash CS5 (cuya salida al mercado es inminente): la capacidad de compilar aplicaciones de forma que corran en el iPhone y el iPad. Nótese, además, que aunque la versión 4 del iPhone es para dentro de unos meses, el cambio en la cláusula del contrato es de efecto inmediato, con lo que parece (llámenme malpensado) lanzado directamente contra la línea de flotación de Adobe. Y, a fe mía, que se trata de un tiro extremadamente certero y doloroso. Siempre según Gruber, además, parece que es fácil distinguir una ‘app’ creada con Flash, con lo que no hay manera de hacer trampa.

En primer lugar, tengo que decir que no creo que haya ningún recurso legal para luchar contra la medida tomada en Cupertino: Apple no tiene ningún monopolio y, por tanto, no se puede decir que esté abusando de ninguna posición dominante. En segundo lugar, que no se me ocurre tampoco cómo pueda ser una mala decisión para Apple, que apenas cuenta con un puñadito de aplicaciones en la App Store desarrolladas con Flash. En el peor de los casos, Adobe podría decidir dejar de lanzar toda su suite CS5 para OS X, pero me da a mí que eso le iba a hacer más daño, al menos a corto plazo, a la propia Adobe que a Apple, o sea que dudo mucho que suceda. Y en tercer lugar, que Adobe no tenía ninguna garantía de que el proceso que usaban para compilar ‘hacia el iPhone’ fuese a seguir funcionando, puesto que se basaba, de arriba a abajo, en la ingeniería inversa y eso tiene sus riesgos.

Y, a pesar de ello, de que no se me ocurre nada racional en contra de la decisión, me parece que demuestra el grado de obsesión por el control y de la mala baba que se gasta Steve Jobs cuando se pone (lo cual no niega que sea un tipo genial y que su compañía le pase la mano por la cara al resto del planeta en todo lo que se refiere a experiencia de usuario). Fijémonos que no se están rechazando aplicaciones por su bajo rendimiento, mal funcionamiento o abuso de recursos del sistema (que ya podría ser que las aplicaciones que generase Flash CS5 pecaran de ello, pero ya hay unas cuantas aprobadas en el App Store, o sea que no creo que esa sea la excusa) sino de cerrar el paso a cualquier método de desarrollo que no provenga directamente de Cupertino (Gruber comenta que hay un manojo de otras herramientas de desarrollo ‘no oficiales Apple’ que también se van a quedar por el camino).

Víctimas colaterales van a ser los pequeños desarrolladores (pocos serán, ciertamente) que pretendiesen explotar Flash CS5 para crear aplicaciones con una lógica única y que con relativamente poco esfuerzo en el diseño de la interfaz pudiesen ejecutarse sobre Windows, OS X y Linux en el escritorio (gracias a Air) y sobre iPhone/iPad, Android, Blackberry y lo que saque Nokia en el campo móvil/tabletas. También se queda por el camino mi sueño de que Adobe decidiese crear una herramienta de autor simple sobre la tecnología de Flash y volviésemos a la época de HyperCard o Amiga Vision, pero eso era soñar despierto y no tiene demasiada importancia.

Pues bien, si lo que pretendía Jobs era hacer mucho daño a Adobe sólo queda felicitarle por el golpe que acaba de dar (digo yo que en Apple tendrán bastante a punto una alternativa ‘de la casa’ a Photoshop, que creo que es la única herramienta Adobe cuya desaparición podría doler un poco a Apple si Adobe decidiese retirarla).

Eso sí, apúntenme al campo antiApple. Y, por favor, que nadie defienda modelos ‘open loquesea’ mientras esgrime algo con el logo de la manzana en mi cercanía, porque me va a oír hablar de coherencia con, digamos, bastante vehemencia.

Más ‘free cooking’

Al hilo de lo que «decíamos ayer», Steven Frank habla de algunas libertades esenciales al publicar software. Parafraseando…

  • La libertad de escribir la aplicación que me dé la gana, sin la aprobación de nadie.
  • Todo el mundo debe poder descargarla. O no descargarla.
  • La libertad de ponerle el precio que quiera (incluido el cero), sin intermediarios.
  • La libertad de establecer políticas de reembolsos, cupones u otras promociones.
  • La libertad de publicar una actualización inmediatamente (si un error serio lo exige).
  • La libertad de publicar el código.
  • La libertad de participar en el proyecto de código abierto de otros.
  • La libertad de hablar de problemas y soluciones de programación con otros desarrolladores.

Y sí, (i) está hablando de la tienda de aplicaciones de iTunes y (ii) a mí me fastidia casi tanto como a él el bosque cerrado de tito Steve… (Si leéis la entrada veréis que tampoco escatima felicitaciones por los puntos positivos del modelo, que alguno hay :-) )

Adobe lanza el Open Screen Project

Foto promocional del Open Screen Project de Adobe

Dice la correspondiente página web que (traduzco libremente)

El Open Screen Project pretende impulsar experiencias ricas de Internert consistentes sobre televisiones, ordenadores personales, dispositivos móviles y electrónica de consumo.

Los puntos más importantes:

  • Eliminar las restricciones en el uso de las especificaciones SWF y FLV/F4V.
  • Publicar las APIs de la capa de portado de dispositivos del Adobe Flash Player.
  • Publicar los protocolos Adobe Flash® Cast? y AMF para servicios de datos robustos.
  • Eliminar los costes de licencia — haciendo gratuitas las próximas versiones de Adobe Flash Player y Adobe AIR para dispositivos.

Y todo esto con la colaboración de nombres como Cisco, Intel, LG, Motorola, NTT DoCoMo, Samsung o Sony Ericsson. ¡Y Nokia!

El análisis [no tan] malintencionado: Microsoft está dando caña tanto con la tecnología Silverlight como con su política de licencias y además parece que se están tomando el rollo «abierto» en serio, o sea que mejor espabilamos antes de convertir a Flash y familia en el próximo Netscape. ¿Cómo? Facilitando la vida al máximo a los desarrolladores y eliminando cualquier barrera para que los fabricantes (incluyendo el movimiento de código abierto/libre) implanten nuestras tecnologías en sus dispositivos. Leído en positivo: la competencia siempre está bien para estimular la innovación (sí: aún cuando provenga del «lado oscuro de la Fuerza».

Me encanta la apertura que supone para especificaciones, protocolos y licencias … Y que el redactado parece indicar que, efectivamente, AIR será desplegado en dispositivos móviles (y, en consecuencia, a lo mejor hasta Flex corriendo en dispositivos, como apunta Scott Janousek) y que la convergencia entre Flash y Flash Lite da otro paso adelante más.

No me gusta tanto… la imagen que han elegido para la web promocional [si es que de verdad se la creen]. La experiencia de usuario a lo mejor puede ser consistente a través de dispositivos. Es un tema que también suena en la música del Live Mesh de Microsoft, por ejemplo, lo que parecería indicar que los dos grandes en «user experience» abierta (MS y Adobe, con Apple jugando la carta cerrada) se creen bastante el tema, al menos como opción de futuro para sus cuentas de explotación. Pero la foto de Adobe duele: ¿quién quiere la misma interfaz en la tele que en el ordenador que en el móvil? Yo, al menos, no. Y no solo porque los tamaños de pantalla, DPIs e interfaces de usuario sean diferentes: también porque lo que hago cuando me siento frente al ordenador, uso el móvil en el metro o en la calle o me apalanco en el sofá frente a la tele no es lo mismo. Vamos, que uno se alegra mucho de que la vida de los «desarrolladores de experiencia» (por llamarles de alguna forma) sea más confortable, pero espera que no se acomoden demasiado: poder tener una única interfaz de usuario (y un único juego de contenidos) no significa que sea una buena idea…