Cuando el diablo no tiene nada que hacer, con el rabo mata moscas. Por motivos que no vienen demasiado a cuento, me ha dado por buscar los programas que el mítico Metrópolis de RTVE le dedicaba anualmente al SIGGRAPH a finales de los ochenta (creo recordar) y primeros noventa (de eso estoy seguro). Lamentablemente, no he encontrado ninguno en la web del ente público y me he tenido que contentar con los VHS de los programas de 1992 y 1995 que alguien tuvo a bien subir a YouTube. (Si alguien tiene localizado alguno más, aquí abajo tiene el formulario de comentarios O:-).)
La cuestión es que la navegación de la página de Metrópolis no es exactamente una maravilla (navegar de 20 en 20, sin ningún tipo de paginación para avanzar más deprisa), y ya que me he pegado la «paliza» de navegar hasta el fondo de lo que hay en ella, he decidido guardarme alguno de los programas del siglo pasado (lo que duele escribir eso, oiga) que me gustaría encontrar un rato para ver estos días. Y, por si alguien le resultase útil, dejo la lista por aquí.
Música
10 años del punk. Primera, segunda y tercera partes. 7, 14 y 21 de diciembre de 1986.
Me paro, primero, en la editorial, que, como manda el mes, repasa lo visto en el año del señor de 1984 que nosotros llevamos repasando desde julio. El año del Mac, de los IBM PCjr y AT, del maravilloso Data General/One, del Apple IIe, de los procesadores 68000 y 8088 y 80186. De MS-DOS 3.0, de Turbo PASCAL, de dBASE III y —prometo que así lo dice la editorial— de la llegada de la IA a la informática personal. De las BBS Fido (y Fidonet). De la bajada de precio de los módems de 1200 baudios. De las pantallas LCD de 80 por 25 caracteres. De las RAMs de 256 kilobits (que no kilobytes). Del ratón. Del almacenamiento de datos en CD. Casi nada.
Nos encontramos luego con que…
Y también tenemos que…
Plus ça change… En la sección de cartas, la discusión principal va de elegir qué lenguaje de programación explicar a los estudiantes (motivada por un artículo de la revista de junio (es lo que tienen las secciones de comentarios cuando dependes del correo postal: una «pequeña» latencia)). Cosas que se proponían… COMAL, que se ve que tenía una cierta tirada en Europa (no, yo tampoco he oído hablar nunca de él), Logo o FORTH, Pascal… y el inevitable BASIC y el terror que provocaba entre los expertos… a pesar de que es el lenguaje con el que de hecho aprendió a programar toda una generación. Así entre nosotros: que aprendan a programar, con lo que sea.
En la sección What’s New, esta fantasía de Osborne, que sí, salía de su bancarrota, pero nunca más volvió a ser lo que había sido con el Osborne 1. Una lástima, porque ese diseño industrial…
De la sección de libros me quedo con COMPUTER ETHICS: A GUIDE FOR THE NEW AGE, de un tal Douglas W. Johnson. Sí, amigas, hace cuarenta años ya nos preocupaba el tema. Por lo que dice la crítica, el objetivo era demostrar que la ética de la informática era absolutamente necesaria. Si yo te contase, Mari Pili… Temas mencionados: errores y abusos en bases de datos, brecha digital (le llama «disparidad de acceso entre estudiantes ricos y pobres»), los problemas que crea pasar más tiempo con el ordenador que con las personas (SI YO TE CONTASE, MARI PILI)…
Mención aparte para las maravillosas ilustraciones de algunos de los artículos. Podrían ser de Michael Witte (dice la tabla de contenidos que «section art by Michael Witte»), pero no estoy nada seguro…
(Un mes de estos tenemos que detenernos en la mítica sección Kernel del no menos mítico Jerry Pournelle, por cierto.)
Luego tenemos el artículo dedicado a los módems de alta velocidad: ¡9600 baudios!
Yo siempre he pensado que las velocidades de descarga desde internet deberían darse en «disquetes por segundo». Esto le da un nuevo significado: «disquetes cada doce minutos con módems de 2500 dólares de la época» (y algo me hace pensar que son disquetes de 360 kilobytes, además)
Me quejaba yo cuando hablaban del número de septiembre de que en el artículo sobre procesadores de texto no mencionaban WordPerfect, a pesar de que ya estaba en el mercado. No tardaron mucho en resolver el tema:
Cosas de la época: para correr el programa había que tener… 128 kilobytes de RAM (y, quizás más relevante, había que decirlo, porque no todos los PCs de la época tenían tanta RAM). Para los que nunca hayáis visto un procesador de texto en una pantalla de 80×25 (coged aire)…
Maravilloso soporte para fórmulas matemáticas, ¿eh?
Puedo prometer y prometo que en el artículo comentan lo fantástico que es tener WYSIWYG (abreviatura de «what you see is what you get», que alguien tradujo al español como VAQA, o «va a quedar así»), porque en aquella época lo que veis en las imágenes era lo más de lo más en cuanto a «la pantalla te muestra cómo quedará al imprimir». En serio.
Por cierto: WordPerfect ya tenía por aquel entonces el «revelar códigos» que nos hace llorar de emoción a todos los que lo usamos y lo echamos ahora de menos en Word.
(Comentaremos, además, que esas capturas de pantalla están hechas fotografiando la pantalla (y que esto no era exactamente fácil, en la época).)
Y de los anuncios del número me quedo con este:
¿No os parece delicioso lo de apuntarse o bien llamando a un «900» o bien recortando el cupón, rellenándolo y enviándolo por correo postal?
Y claro, una vez acabado el número de la revista, de hecho comienza el especial dedicado a los ordenadores de Apple con, entre otras muchas cosas, entrevista a nuestro nunca lo suficientemente apreciado Woz:
Historias de estudiar en los primeros grados universitarios de informática trabajando con papel y lápiz, comenzar a trabajar en Hewlett Packard (haciendo chips para calculadoras) antes de acabar la carrera, hacer el Breakout para Atari (no programando tal y cmo lo entendemos ahora: conectando chips), las primeras reuniones del mítico Homebrew Computer Club, el no menos mítico Apple I (precio de salida en 1976: 666,66 dólares (en serio); valor actual en subasta: por encima de los 200 000 (ayuda que solo se fabricasen unos doscientos)), que HP no lo quisiese como producto, fundar la compañía…
Y, claro, un reportaje sobre el Lisa 2, que había salido al mercado en enero de aquel año, y que era la máquina en la que tenías que programar para su sobrino, el Mac, que acabaría matando y sutituyendo a Lisa 😢.
Y para cerrar… no me podéis negar que es la pantalla más cute que habéis visto en vuestra vida:
Y hasta aquí. El mes que viene, más. O no. Y como siempre, si os queréis ir a la fuente, aquí la tenéis.
A estas alturas ya habréis visto la noticia (en el Guardian o en el New York Times, por ejemplo): como resultado de un juicio antimonopolio en el que Google ha perdido (le quedan apelaciones, pero está perdiendo claramente), el departamento de Justicia de los Estados Unidos propone, como medida para romper el monopolio, que Google se deshaga de Chrome. ¿Es esto un problema para Google? Tiene la pinta de que bastante… pero eso es un problema para Google, y las prácticas de Google justifican que se le imponga un castigo severo. ¿Es un problema para los miles de millones de personas que usamos la web a diario (y un buen porrón más que usan tecnologías web sin saberlo)? Al menos potencialmente, sí. Lo explica, muy apañadamente, Stephanie Stimac en este vídeo de hace menos de tres meses (no son ni veinte minutos y vale bastante la pena):
Stephanie trabaja en Igalia, una cooperativa (¡gallega!) que hemos citado en algunaocasión por aquí, a la que hemos tenido en Despacho 42 y que, entre otras cosas, es la segunda contribuidora prácticamente cada año al código de Chromium por detrás de Google (luego Chrome y la multitud de otros navegadores que se basan en Chromium, como Edge, el navegador de Samsung o Vivaldi, entre muchos otros), al de Webkit por detrás de Apple (luego Safari, pero también muchas pantallitas que ves cada día, incluyendo las de la Playstation, las de muchos ascensores y hasta la de la Thermomix (en serio)) y al de Firefox por detrás de Mozilla… luego todos los navegadores web viables a día de hoy. Si usas algo digital con una pantalla, casi seguro que estás usando código suyo. Y conocen el ecosistema web, y sus debilidades, como nadie.
La cuestión es que, ahora mismo, a pesar de la existencia de Igalia (y una infinitud de desarrolladores individuales que contribuyen a esos proyectos de código abierto), Chromium y Chrome (y Samsung Internet, Vivaldi, o Edge) no se sostienen sin Google, porque más del 80% del desarrollo de Chromium y sus componentes lo hacen profesionales en la nómina de Google/Alphabet.
De la misma forma, Safari (y todos los dispositivos que usan Webkit para su interfaz (¡la Thermomix!)) no se sostiene sin Apple, y ya veremos qué hace Apple con Webkit y Safari si desaparece el caramelo de los 20 000 millones anuales que Google paga a Apple para ser su proveedor de búsqueda por defecto.
Y Firefox no se sostiene sin Mozilla y los 500 millones anuales que Google le paga, de nuevo, para ser el proveedor de búsqueda por defecto.
En cualquier caso, volvamos a la venta de Chrome. Una primera cosa sería establecer el valor justo de venta. Aquí, una potencial interpretación:
How much would Chrome cost? Conservatively: Revenue: Match the $26 billion Google paid yearly to search affiliatesCost: <2000 engineers at an average cost of $500k = $1bilProfit: 25 billion per yearValuation at a P/E ratio of 20: $500 billionDid I get any math wrong?Who could finance this?
A pesar de la brutalidad de la valoración (ahora mismo hay menos de veinte compañías en todo el mundo que coticen en bolsa y valgan más de quinientos mil millones (aquí un listado)), si Google paga hoy esos veintiséis mil millones al año (que los paga) a Apple, Mozilla y otro puñado de empresas por establecer su buscador como buscador por defecto, es fácil asumir que Google valora los ingresos obtenidos de Chrome en bastante más de esos veintiséis mil millones anuales, y la valoración, por tanto, al menos según ese criterio, no es exagerada. ¿De qué, si no, iba Google a patearse esa cantidad de dinero en su navegador? Nadie ha confundido a Google con una ONG (o nadie debería hacerlo, como mínimo). (Y estimar que Google invierte entre quinientos y mil millones al año en Chrome no parece exagerado. En serio.)
Pero no parece probable que al departamento de Justicia y al juez les vaya a parecer bien que esa nueva compañía independiente viviese exclusivamente de los pagos de Google, ni que Google siga con sus tratos con Apple, Mozilla y el resto de compañías. Y, en ese caso, la valoración de la compañía pasa, me da a mí, de esos lujuriosos quinientos mil millones que es prácticamente imposible que nadie pueda pagar a, potencialmente, menos de lo necesario para sostener Chrome. Y Firefox deja de ser sostenible a la velocidad de la luz sin los millones de Google. Y Apple puede permitirse la pasta que se deja cada año en Webkit y Safari perfectamente, pero… ¿para qué? Apple tampoco es famosa por comportarse como una ONG, precisamente (y, aunque no me guste, así es como funcionan las cosas ahora mismo). Y si, de la noche a la mañana, buena parte de los y las currantes que se dedican profesionalmente a desarrollar y mantener los navegadores que usamos (que tienen millones de líneas de código en las que seguro que hay vulnerabilidades y bugs que alguien va a descubrir algún día, y cuyo mantenimiento, por ende, es esencial), entonces… ¿qué?
Que sí, que suena apocalíptico y no tiene por qué pasar así, como ya dice Stephanie Stimac en el vídeo, pero estas cosas es mejor considerarlas antes que después.
Pues nada, un mes más, un número más de la revista Byte de hace cuarenta años.
¿Perdón? ¿Parece ese Data General/One de la portada… un portátil moderno pero en 1984? Saltemos al mega anuncio a cuatro páginas que nos encontramos un poco más adelante en la revista y…
…el DATA GENERAL/One, con su compatibilidad con el PC de IBM y sus «menos de once libras» (cinco kilos casi clavados), sus dos disqueteras (¡de 3½!) y su pantalla ¡LCD! de 80×25 (640×200 monocromísimos píxels, cuando lo habitual era no pasar de 480×128 (nótese que Byte, en su portada, manipula la imagen para mostrar una pantalla con un color y una resolución que no llegarían en décadas (y lo hacen sin usar Photoshop, que no comenzaría a desarrollarse hasta 1987 y no llegaría al mercado hasta 1990: la manipulación de imágenes es muy anterior))) es lo más parecido a un portátil «de los de ahora» que habíamos visto hasta el momento 🤯. Dice la wikipedia que la pantalla, a pesar de lo espectacular para la época, no era una maravilla, con escaso contraste y más escaso aún ángulo de visibilidad. Otra de las cosas que limitaron su éxito fueron las disqueteras de 3½ y 720 kilobytes, poco habituales en la época, que por muy superiores que fueran (que lo eran) a las de 5¼ (y sus 360 kilobytes), lastraron el ordenador por la poca disponibilidad de software en el formato… No hay nada como ser compatible. (También dice la wikipedia que venía con una bolsa Pierre Cardin, por cierto.)
¿Es precioso o es precioso? Por cierto: soy el único que estaría dispuesto a cargar con un ordenador algo más grueso y pesado para tener, de verdad, un teclado en condiciones?
Avanzando unas pocas páginas llegábamos a una «descripción de producto» (que no review, que prometen para unos números más tarde)…
IMAGINE UNA COMPUTADORA PORTÁTIL que pesa solo 10 libras, pero tiene una pantalla de tamaño completo, un teclado estándar y dos unidades de disco. Imagine que puede funcionar hasta ocho horas con baterías incorporadas o usar una toma de corriente de pared común. Ahora imagine que es compatible con el software de la computadora personal IBM PC y puede tener hasta 512K bytes de RAM interna. Imagine dos puertos serie, un módem incorporado opcional y un bus de expansión que le permitirá conectar el sistema a un monitor en su oficina o agregar hardware de terceros.
Y sigue la cosa con la referencia a un artículo del mismo año sobre los portátiles del futuro que imaginaba una máquina así para dos o tres años más tarde. Una lástima que se adelantasen un poco demasiado al futuro y se estrellasen comercialmente con el cacharrito. No eran los primeros en hacerlo, ni fueron los últimos.
Más cosas… ¿sabíais de la existencia de Agat, el ocho bits soviético clónico del Apple II? Yo no. Segundo 🤯 de este post para él. «Maravillosa» la ilustración del artículo, inevitable en tiempos de guerra fría.
Por cierto, el artículo de la wikipedia hace referencia al artículo de Byte. Que no se diga que no hacemos uso de fuentes primarias.
El resto de la revista, inevitablemente, no puede sostener el nivel visual del One y del Agat. Pero no deja de tener su interés el segundo tema de portada: los nuevos chips. Destaco tres piezas:
«De acuerdo con la mecánica cuántica, los electrones orbitalizados quedan restringidos a ciertos valores de energía. Solo se permiten determinados niveles de energía. Para un único átomo, los niveles de energía permisiblesson discretos, mientras que un material sólido tiene un amplio rango de energía permisible». Lo normal en un artículo de divulación en una revista de quiosco.
Después de la introducción a los semiconductores, el 68020 de Motorola, el procesador de «mi» Amiga 1200, lanzado en… ¡1992! El 1200 usaba una versión barata del 020. Pero, en cualquier caso, ¿os imagináis lanzar hoy en día un ordenador basado en una CPU de ocho años de edad?
Y después del 68020… chips RISC. Esto es, los inicios de la arquitectura en la que se basan los actuales procesadores Arm de tu móvil.
Y cerramos con un par de anuncios. Uno será siempre de calculadoras HP (larga vida a la HP 48), pero hay que reconocer que las Texas Instruments siempre estarán ahí, y que, si no te atreves con la notación polaca inversa, molan lo suyo:
Y cerramos, ahora ya sí, con CEOs que hacen sus pinitos como modelos publicitarios. No tengo palabras.
Windows 1.0, por cierto, no saldría al mercado hasta noviembre… de 1985
El mes que viene, más. O no. Y como siempre, si os queréis ir a la fuente, aquí la tenéis.
El modelo básico del recién anunciado Mac Mini M4 es una máquina con RAM y disco insuficientes tiene un precio fantástico: 720 euros, IVA incluido por una CPU Apple Silicon M4 con una conectividad la mar de apañada, más si se la compara con la del Mac Mini con procesador M1, a pesar de que los 16 gigas de RAM y los 256 gigas de disco se te van a quedar cortos en dos años, es un precio absolutamente sensacional.
Pero claro, no vas a poderle cambiar el disco ni la RAM. El disco, dados esos puertos Thunderbolt y sus 40 gigabits, no me preocupan en exceso, pero la RAM… Y comienzas a sumar y restar y compruebas que Apple ha decidido, hace tiempo, que sumar 8 gigas de RAM son 230 euros (tanto para pasar de 16 a 24 como de 24 a 32), y pasar el disco de 256 a 512 son 230 más (y a partir de ahí, a 230 el medio tera).
Y sigues restando, y si los primeros 16 gigas de RAM siguen valiendo 230 euros (en general, los primeros suelen ser más caros que el resto, no más baratos, pero no seamos pejigueros), y los primeros 256 gigas de disco también… resulta ser que la RAM y el disco de la máquina más pequeña valen, según Apple, 690 euros. Y si cogemos 719 y le restamos 690, si no me equivoco, nos quedan 29 euros. Redondeando, los 30 del título.
30 euros por la caja, la placa y, sobre todo, un procesador M4. Eso dice Apple.
(Y que conste que ni los 1179 euros del modelo con 24 gigas de RAM y 512, ni los 1409 del modelo con 32 y 512, me parecen especialmente escandalosos por lo que es el cacharro (algo más chungo me parece el no poder llevar el modelo con el M4 básico más allá de los 32). Pero lo que dice Apple de lo que cuesta cada parte del cacharro me parece, insisto, fascinante. Me encantaría conocer los costes reales y saber cómo se dispara el margen de beneficio cada vez que das un paso a la derecha. Tiene que dibujar una curva alucinante.)
PS Que conste que [soy consciente de que] Apple no es para nada la única compañía que se comporta así, ¿eh? Hace unos años me compré una réflex digital (Sony) porque uno de los objetivos tenía, literalmente, un coste negativo: era más barata la cámara con dos ópticas que con una sola. De la misma forma, hace unos meses me compré un NAS (Western Digital) para «extirparle» los dos discos duros porque el NAS y los dos discos era más barato que los dos discos. Ahora, en general el modelo es que los modelos con más cosas se vuelven más baratos, y no al revés…