Faltan poco más de una hora para que se jubile la lanzadera espacial Discovery (su primera misión fue nada más y nada menos que en 1984, o sea que se lo ha ganado). Cuando aterrice, al programa de las lanzaderas espaciales apenas le quedarán un par de misiones más. Desde un punto de vista no emocional, la exploración humana del espacio es cara, poco eficiente y muy, pero que muy peligrosa, con lo que, de hecho, el final del programa no es una noticia tan mala. Sin embargo, desde el punto de vista emocional, las lanzaderas nos han acercado un poco el espacio y, al menos yo personalmente, pienso echarlas mucho de menos. Ese ataque de nostalgia también lo están experimentando, desde luego, en la NASA. Y eso nos permite disfrutar de vídeos como este:
Farewell, Discovery.