La cosa tiene miga.
Primer capítulo. Hace unos días Mark Cuban, blogger y propietario de los Dallas Mavericks, prohibió la entrada de diversos miembros de la prensa en el vestuario de los Mavericks. Para ser concretos, prohibió la entrada de todos aquellos que se identificaban como «bloggers». Cuban comentaba los motivos en su blog: el espacio en el vestuario del equipo es limitado; si entra un blogger afiliado a un medio de comunicación, ¿por qué no lo iba a hacer cualquier blogger?; no hay espacio para todos los bloggers en el vestuario. Los medios con blogger rechazado, como es natural, entraron en ebullición: el radical propietario de los Mavericks, enfadado por cualquier motivo, había decidido castigar a algunos medios con la excusa de los blogs.
Segundo capítulo. Unos días más tarde Cuban volvía sobre el tema. Esta vez criticaba la política de los medios de comunicación de incluir blogs en su oferta. Entiéndase algo: no criticaba la figura de un periodista que escribe con frecuencia irregular y que permite que sus lectores deje comentarios, sino el uso del nombre «blogger» para lo que, de hecho, es un periodista digital. ¿La solución rápida para la prensa? Haber reetiquetado a esos bloggers como columnistas, reporteros o lo que fuese. Pero no. La prensa presionó a la liga.
Tercer capítulo. La NBA dice a los Mavericks que deben permitir a los bloggers el acceso al vestuario. Y esto es, exactamente, lo que esperaba Cuban como respuesta a su provocación descarada. ¿Qué ha hecho ahora? Permitir el acceso a todos los bloggers, como vuelve a contar en su blog. Estén o no afiliados a un medio de comunicación. Ahora Cuban puede decir, con toda la razón, que, a causa de las peticiones de la prensa, tiene overbooking en el vestuario. Y tendrá que establecer un criterio de selección. Que no necesariamente dará preferencia a los bloggers de prensa. Me juego un euro, si me apuran, a que alguno de esos bloggers se va a quedar fuera…
Conclusiones. La caja de Pandora que acaba de abrir la prensa cayendo en la trampa de Cuban es considerable. Traslademos el caso a un entorno más local. Imaginen que eso pasa en España. Y que los grandes clubes de la liga de fútbol dan acceso a los «bloggers» de los diarios deportivos… pero también al blog de fútbol de Weblogs SL y, luego, a un blogger anónimo… Las preguntas (para las que no tengo respuesta) son varias. Aún saltándonos la obvia de por qué los medios y la NBA han caído en una provocación obvia en grado sumo. ¿Deben los periodistas digitales usar la etiqueta de blogger? ¿Deben los medios usar bloggers? ¿Un blogger que escribe para un medio de comunicación sigue siendo un blogger? ¿Qué diferencia supone que un blogger especializado en un tema esté o no adscrito a un medio de comunicación? ¿Debe una organización abrir el acceso a los bloggers como si fueran periodistas? Y, en ese caso, ¿cuál es el criterio?
Será muy interesante ver cómo avanza el tema…