Lifetwittin’. O no

La ocasión era como para no dejarla pasar. Servidor siempre ha tenido el gusanillo del «live blogging». Será de tanto seguir «quinouts» en Engadget. Pero la capacidad de determinados bloggers de asistir a un acto y no solo tomar notas, sino de hacerlo de una forma lo suficientemente rápida y coherente como para que les dé tiempo a ir escribiendo / actualizando la correspondiente entrada de blog en tiempo real me fascina. Ayer tocaba MIF On Site (un fantástico evento organizado por Adobe España y la gente de MadeInFlex, prelanzamiento de Flex 3 y Air, dos productos muy pero que muy interesantes). Y para allí nos fuimos. Sala con WiFi. Qué tentación. O sea que armado con el iPod Touch + Safari + Meebo + Twitter, me lancé a ‘laiftuitearlo’:

Una sesión especialmente virulenta de twitting

Efectivamente, el ritmo de «tuiting» era considerable. No tardaron en llegar los primeros avisos de ‘followers’ preguntando si me había vuelto loco o había decidido dedicarme al apasionante mundo del spam. Mi primera reacción, contestar que en algo que es «opt in» y da fácil acceso tanto a desconectar del todo como a desactivar el seguimiento vía mensajería instantánea, difícilmente se puede hablar de spam y sugerir o un ‘unfollow’ o desactivar los mensajes instantáneos…

Pero, después, algunas consideraciones…

  • «Tuitiqueta». Aquí cada cual usa Twitter (o un blog, o un wiki, o lo que toque) como le da la gana. Sigo a tuiters que pueden lanzar 50 mensajes en un día sin ningún problema, con velocidades punta de 4 o 5 tuits por minuto (velocidad no sostenida, desde luego). Cada cual es libre de seguir o no a quien sea. Pero. Cambiar de comportamiento de golpe igual no es una buena idea. Puede, incluso, que hasta sea de mala educación. No estoy seguro de que lo sea, pero puedo considerarlo. Y, decididamente, conozco a bastante gente de esa opinión.
  • Canales/VRM/otros. Doc Searls hablaba hace unos días de la conveniencia de un panel de control para Twitter que permitiese activar o desactivar de manera semiautomática el seguimiento en función de diferentes condiciones, como la localización geográfica del tuitero de turno. También se podrían usar los dichosos hashtags (si el tuiter dice que está #livetwitting, desconectar) o la frecuencia de escritura (3 tuits en cinco minutos, desconectar hasta que se enfríe). Y, desde luego, yo sigo opinando que Twitter debería dejarme mantener diversos canales (o usuarios) simultáneamente y con facilidad…
  • El medio. ¿Es Twitter un medio adecuado para anotar / narrar / comentar un acto en directo? Yo diría que sí. ¿Es el mejor medio? No lo tengo tan claro. Es tremendamente atractivo por la facilidad e inmediatez y por el registro en soporte web de lo dicho. Pero hay otras alternativas, como IRC (sin un soporte web tan sencillo, y menos desde un dispositivo móvil, pero con mucha mayor capacidad para montar canales ad hoc) o, incluso, la posibilidad de montar un chatroom Meebo, que podría servir para lo mismo, o para hacer de ‘pasillo virtual’ en el que hacer los comentarios y chascarrillos que acaban siendo la salsa de tantos eventos…

En fin, que el tema me parece interesante y que, como tantas otras veces, me gusta pensar en voz alta (o en negro sobre blanco). Disculpen las molestias…

haudio, un microformato para música y podcasts

Buenas noticias para los desarrolladores web aficionados a los estándares, la semántica, la música y el podcasting: se ha hecho pública la especificación de un microformato específico para los formatos de audio: haudio. Ahora solo falta que lo implementen en páginas como The Hype Machine, last.fm y los blogs de los que se alimenta The Hype Machine y esperar que lleguen los mashups…

Y para celebrarlo, un MP3 :-).

That’s When I Reach For My Revolver, originalmente de Mission of Burma, en versión de Moby, incluida en el disco Animal Rights. MP3, 64 kilobits, 1.8 megabytes (3:57). Comprar en iTunes

De cuando uno se iba de fiesta hasta elevadas horas de la noche…

Un alfabeto (incompleto) de mi web 2007

Buen propósito para 2008: encontrar una J, una K, una V y una Z. Se admiten sugerencias.

PS 20070102 Mmm… ¿J de Jaiku?

Backlash 2.0

‘Backlash’, en inglés, significa «retroceso brusco, sacudida, contragolpe». Por algún extraño motivo me suena mejor en inglés. Cosas que pasan.

Contra toda acción, una reacción. Y contra el dichoso fenómeno «doscero» (o nofenómeno, o lo que sea o deje de ser) finalmente comienza a irse el péndulo contra el otro extremo. De golpe, después de que la revista Time se permitiese la ‘boutade’ de elegirnos a todos como personas del año, tenemos el maravilloso vídeo que colgamos hace dos entradas (en YouTube, por cierto, y enlazado por media blogosfera, poco más o menos). Anterior al vídeo es Web 2.0. El usuario servil, de Adolfo Estalella. Y hoy me encuentro al siempre brillante Alfredo de Hoces con El RBS y la patata caliente (lean ambos artículos si no lo han hecho ya. Imprescindibles. En el caso del de Adolfo, en particular, me permito recomendar además buena parte de los comentarios, y en especial el primero, que por algo es mío :-P).

Como con todos los movimientos pendulares, cuando las cosas llegan a uno de los extremos, el cambio de sentido es (i) muy recomendable, (ii) inevitable, (iii) tiene toda la razón de ser y… (iv) es de una violencia más que notable. En el mundo de las matemáticas tenemos péndulos sin fricción, que van eternamente de un lado a otro sin posibilidad de paro. En la realidad, afortunadamente, la fricción se encarga de que cada latigazo sea un poco menos violento que el anterior y, con un poco de paciencia, las cosas se estabilizan en algún lugar en el que las cosas no son ni blancas ni negras, sino de un cierto tono de gris. Al final del proceso se da las gracias a las fuerzas que han estirado del péndulo, porque sin ellos no se habría llegado al equilibrio… y se les hace ver que tanto los de la derecha como los de la izquierda cometían errores de bulto (y tenían muchísima razón en otras cosas). Es el caso.

Caricaturizando muy mucho, los argumentos de Estalella y de Hoces son, respectivamente:

  • La web doscero de las narices… ¿¡participativa!? ¡Pero si aquí participa un usuario de cada mil! Para esto nos podíamos haber quedado en casa.
  • Cagon la web doscero: resulta ser que ahora cualquiera tiene megáfono para amplificar sus idioteces. Y, lo que es peor, por poco que se lo curre, cualquiera puede conseguir un público que se crea sus patrañas.

Nótese, en primer lugar, que ambos argumentos:

  • …usan un blog como plataforma de lanzamiento. Un buen blog en ambos casos, además. De esos que dan sentido a la blogocosa.
  • …son bastante opuestos. ¿En qué quedamos? ¿No participa nadie o cualquiera puede participar?
  • …tienen mucha razón. Por un lado, el porcentaje de internautas que aportan contenidos a la red es muy inferior al uno por ciento. Por el otro, ningún invento humano es culpable de tanta sandez y de tanto inútil derramamiento de palabras como la blogocosa (superando a los ‘record holders’ anteriores: la prensa de tipos móviles de Gutenberg, el teléfono de Bell, la radio de Marconi y la televisión de John Logie Baird (et al.)).
  • …tienen un punto elitista (que no por ello deja de ser cierto): cuando en la red había un millón de usuarios, el porcentaje de usuarios participativos era muy alto y la cantidad de tonterías dichas (por tonelada de contenido) muy baja. ¡Qué tiempos aquellos!

Resulta, además, que ambos ocultan algún error de cierta importancia (que cada cual juzgará como le venga en gana, pero que a mí en ambos casos me parece capital).

  • En el caso de Estalella, olvida que aunque estamos en una participación del uno por mil, esta, hace cinco años, era de uno por millón. Hace cinco años, aunque uno quisiese participar, si no disponía de pasta en grandes cantidades, no podía hacerlo. Eso sigue siendo así para cinco mil millones de seres humanos no conectados a la red. Pero para los otros mil y pico millones, afortunadamente, el que no toma la palabra es porque o no quiere, o ha visto que esto de ser un nanomedio de comunicación requiere mucho esfuerzo y, en muchas ocasiones, no compensa.
  • De Hoces, por su parte, repite lo que dijera Churchill hace algo así como medio siglo: que el mejor argumento contra la democracia es una charla de cinco minutos con el votante medio. Y sin embargo, Churchill no podía ser más demócrata. Uno se siente mucho mejor en democracia que en dictadura, aunque comparta color político con el dictador de turno. El votante medio (me incluyo) no tiene ni puñetera idea de economía, relaciones internacionales, políticas para el desarrollo… y aún así nos sentimos mejor eligiendo a unos políticos (que tampoco tienen demasiada idea, bien es verdad) que nos representen y tomen decisiones por nosotros. ¡Y que dure!

Me dejo, desde luego, partes del discurso de ambos. Dice Estalella, por ejemplo, que internet es también una maravillosa herramienta para el censor y el represor. De nuevo con razón. Pero afortunadamente es mejor herramienta aún para el que pretende escapar a esa censura y esa represión. Y de Hoces se pregunta cómo podemos dejar a cualquiera montarse una sofisticada plataforma en la red para difundir sus ideas. Por el mismo motivo por el que cualquier Murdoch o Asensio se puede montar su propio imperio de la comunicación: porque si exigiésemos credenciales de entrada esto degeneraría en fascismo a la velocidad de la luz. Y…

Afortunadamente, mientras tanto podremos aprovechar la blogocosa para discutir de estos asuntos con gente inteligente con la que no podríamos hablar si no existiese el medio. Y de otras mucho más interesantes, claro, como la obesidad de Britney o el equipo en el que correrá Alonso la próxima temporada. :-).