Que no se diga que no hago lo suficiente por la causa Android: si hace nada hablaba del Woxter TV 100 que me acababa de comprar, hoy toca hacer lo propio con el Asus Transformer Prime, el enésimo cacharro con Android que me compro…
Para los que no hayan oído hablar del invento, se trata de un tableta Android (de fábrica sale con Gingerbread, pero ya está disponible la actualización a Ice Cream Sandwich, que se instala sin problemas) de 10.1″ (1280×800, Super IPS+) y 586 gramos de peso. El chipset es el Tegra 3 de Nvidia y tiene un giga de RAM. El almacenamiento interno es de 32 o 64 gigas, según modelos, con la posibilidad de añadir una tarjeta SD de hasta 32 gigas. Cuenta con dos cámaras, de 8 megapíxels por un lado y 1.2 por el otro y las especificaciones habituales de básicamente cualquier cacharro moderno que se precie, si bien cabe anotar que no cuenta con espacio para una SIM, por lo que sólo se conectará a la red vía los ya citados WiFi y Bluetooth.
El «hecho diferencial» con la mayoría de tabletas del mercado es, naturalmente, la disponibilidad de un ‘teclado-dock’ que permite que esté escribiendo esta entrada en la propia tableta. Dock y tableta se conectan sin problemas y la combinación tiene el aspecto, a primera vista, de un «netbook» de 10″ cualquiera, hasta que uno se fija en que la fila del teclado de las teclas de función es diferente y que hay una profusión de teclas específicas Android (inicio, retroceso, búsqueda, menú, acceso a configuración). El teclado, por sí sólo, pesa unos bastante espectaculares 537 gramos, dejando el peso de la combinación en un pelo más de 1.1 kilos. Ese peso es casi obligado para que la tableta-pantalla no venza el conjunto hacia atrás y Asus aprovecha la necesidad de lastre para añadir una batería de 22 Wh que, sumada a la de la tableta, de 25 Wh, les permite anunciar una vida de batería para el conjunto de 18 horas. Sin haber puesto a prueba la afirmación, sí puedo adelantar que, a no ser que se le vaya a dar bastante caña, puede uno salir de casa por la mañana sin cargar con el alimentador y sin preocuparse por ello. Hablando del alimentador, tiene una salida USB convencional (por el lado de la tableta y el dock se trata de un conector propietario de Asus), pero en mi experiencia no carga ni enchufando la tableta (ni el dock) a un puerto USB alimentado de ordenador (he probado con un Mac y un PC) ni con el alimentador USB que uno usa para cargar el resto de aparatos USB que corren por casa. Por tanto, sí habrá que cargar con el alimentador si nos vamos más de un día (no es especialmente grande, todo sea dicho).
Mi opinión
Después de tres o cuatro días de uso irregular, estoy encantado con el cacharro. El netbook perfecto se parece mucho a esto: ligero, con un teclado aceptable (teclas de poco recorrido, puestos a criticar), vida de batería que te permite no pensar en buscar enchufes y procesador y RAM que van más allá de lo que les exige el sistema operativo, más la gozada que representa poder interactuar poniendo los dedazos en la pantalla (primero, porque la pantalla es táctil, pero después porque tanto el sistema operativo como las aplicaciones han sido pensados para ello).
Añado que yo había anticipado que la tableta, por mi uso, viviría casi siempre pegada al teclado, pero me equivocaba: la facilidad de unir y separar las dos piezas del puzzle hace que lo hagas con frecuencia: si sólo consumes información, separas el teclado. Si, de golpe, recibes un correo que requiere de una respuesta de más de una línea, estiras el brazo, coges el teclado, lo montas y te pasas inmediatamente al modo netbook. El nombre de Transformer, con el permiso del propietario de la marca, es realmente merecido.
Y no quiero dejar de comentar la sonrisa que provoca tener la combinación desenchufada de la pared pero que la tableta te diga que se está cargando desde el teclado, o la posibilidad de dejar el teclado cargándose mientras uno se da una vuelta por ahí con la tableta :-).
Los problemas
Haberlos haylos. Que esté encantado no quiere decir que todo sea perfecto. Como siempre, cuando hablamos de un dispositivo Android, no queda más remedio que compararlo contra el lado iOS de la ecuación (o de la inecuación, mejor). Y como siempre, acabamos hablando de la fragmentación de Android que, en este caso, es tanto una bendición como una maldición. Bendición, para comenzar, porque un híbrido tableta-netbook como este difícilmente va a existir jamás en el lado Apple. Y para los que queremos ese híbrido, la discusión se para aquí. O Android o Android o Android. Pero eso no evita que la fragmentación comporte también dos inconvenientes insalvables. Por un lado, el ecosistema de accesorios jamás va a ser como el del iPad (a no ser que haya una estandarizacción más que improbable entre fabricantes rivales o que, al más puro estilo Inmortales, al final sólo quede uno). Por el otro, diseñar interfaces que funcionen como dios manda sobre la infinita variedad de dispositivos Android es una pesadilla que no se ha resuelto y que difícilmente lo va a hacer a corto o medio plazo.
En el caso de las tabletas Android se suma, además, el problema que tuvo el iPad al principio: de momento, la mayoría de aplicaciones está pensada para correr en un dispositivo de unas 4″, no 10″. Y eso se nota muchísimo. Muchos de los desarrolladores de los que uno esperaría que fuesen en cabeza en la carrera por conquistar las tabletas Android no cuentan todavía con aplicaciones adaptadas al nuevo y «enorme» tamaño de pantalla (Facebook sería el ejemplo paradigmático: su aplicación, especialmente en modo ‘landscape’, es un océano blanco que te hace pensar que mejor tirar del navegador y la interfaz «de toda la vida»).
La tableta detecta las aplicaciones que no responden al tamaño de pantalla y nos da a elegir entre hacer un zoom a lo bestia (que sólo me parece útil si uno tiene problemas de visión importantes) o de forzarla al nuevo tamaño de pantalla, dando lugar a los mares de blanco que comentaba antes. No se me ocurre por qué no nos da la opción, por ejemplo, de dividir la pantalla en, pongamos por caso, tres espacios 420×800 y dejar que las aplicaciones corran allí, o incluso en pseudoventanas sobre el escritorio…
Con las tabletas con Android 4.0 debemos añadir, además, la novedad de dicha versión del sistema operativo: mucho desarrollador aún no ha testeado sus aplicaciones contra él, y eso provoca defectos de jueventud que uno no esperaría de aplicaciones que ya llevan una buena temporada circulando (a Firefox, por ejemplo, se le atragantan los textos con acentos, cosa que hace que su uso sea bastante intolerable, y resulta menos explicable que la aplicación de Reader tenga la molesta manía de colgarse de vez en cuando mientras está corriendo de fondo).
Como podéis observar, mis problemas son más inherentes a la plataforma y sus características que otra cosa. Sí querría comentar tres aspectos específicas de Asus que no me acaban de convencer. El primero, la decisión de pasar del conector HDMI del Transformer al micro HDMI del Transformer Prime. Sí, el conector es más pequeño y da la misma funcionalidad, pero encontrar un cable micro HDMI no es trivial, ahora mismo, y si uno va con prisas puede hacer que acabes pagando un precio bastante exorbitante por él. En segundo lugar, aún no tengo muy claro por qué incluir el touchpad en el teclado-dock: el mío lleva un par de días desactivado, dado que (i) es fácil interactuar directamente con la pantalla y pasar de él, (ii) es demasiado pequeño como para resultar verdaderamente útil y (iii) uno corre el riesgo constante de activarlo inadvertidamente mientras teclea, con efectos potencialmente peligrosos… Se me antoja que se podría haber eliminado sin demasiados problemas o, en su defecto, haberlo sustituido por un puntero al estilo Thinkpad. Y, finalmente, una de las críticas que se repiten casi unánimemente al hablar del Prime es que sabemos que dentro hay un GPS, pero parece que el diseño del aparato dificulta su funcionamiento de tal manera que es como si no estuviese. DIgo yo que, ya puestos, se/nos lo podrían haber ahorrado.
La carta a los Reyes
¿Qué le falta al Prime para ser perfecto? Obviando los temas del tocuhpad y el conector micro HDMI, falta, sobre todo, madurez del software y la aparición o evolución de aplicaciones que se adapten a la experiencia de las 10″. Falta, también, que aparezca una aplicación ‘Office’ que exprima realmente las posibilidades de esta nueva generación de Androids (parece que QuickOffice es algo mejor que Polaris, que Asus incluye con la tableta, LibreOffice dice que está trabajando en migrar su suite a Android y, poco a poco Google Docs va mejorando y convirtiéndose en una solución viable, aunque aún le falta la edición offline de documentos, por ejemplo). Y… Y poca cosa más, en mi humilde opinión. Insisto en que, al menos de momento, mi satisfacción es muy grande con la nueva adquisición.
¿Dudas? ¿Curiosidades?Para esto tenéis los comentarios :-).