Leo en Soitu el artículo Los ‘robados’ de Google Street View. El tema no es baladí: como comentábamos hace un rato, y de la misma forma que ha pasado en las ciudades en las que funciona ‘Street View’ para Google Maps, es prácticamente inevitable, más de uno se ha encontrado inmortalizado en la aplicación. Como dice el artículo,
Pero si nuestro jefe (o cualquiera de los habitantes fotografiados en Madrid, Barcelona, Valencia o Sevilla) se encontrara en una postura, lugar o compañía más indiscretos, quizá no fuera tan divertido.
El fallo del «difuminacaras» de Google incumple, además, un compromiso de Google con la AEPD.
Hasta aquí todo bien. La actitud de Google es criticable. Pero… (tenía que haber un pero). En el mismo artículo Soitu publica una foto, sin ningún pudor, en la que se reconoce la matrícula del «coche Google»… y la de la furgoneta que hay detrás. No es el único sitio en que pasa. Pasee usted un rato por su web y se encontrará tanto fotos profesionales como extraídas de Flickr en que se puede identificar a gente en la calle, en bares, en festivales… por docenas. Digo yo… ¿no es lo mismo?
(Acabo de recordar la anécdota que me explicaba un amigo que, hace muchos años, apareció en una foto, publicada en La Vanguardia, si no recuerdo mal, en una manifestación de seropositivos…)