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100 pelis que merecen más amor [por parte del público, claro]. En el 29, Hormigaz [Woody Allen meets ET]. En el 34, Cop Land [Stallone puede actuar]. En el 39, Ronin [geniales persecuciones; ideal para un programa doble con Heat]. En el 52, En la línea de fuego [En la que descubrimos que a Clint Eastwood le gusta el jazz]. En el 59, Rounders [toda una película de culto, y además es la peli favorita de The Sports Guy, uno de mis escritores de deportes americanos favoritos]. En el 70, 25th Hour [la que me hizo volver a ver una peli de Spike Lee]. En el 71, Jackie Brown [Tarantino explica una historia casi normal]. En el 73, Beautiful Girls [Ted Demme, Natalie Portman, Uma Thurman, Sweet Caroline]. En el 88, El último boyscout [Sí, me cae bien Bruce Willis]. En el 98, The Hudsuckerproxy [Los hermanos Coen, al nivel de Barton Fink o Muerte entre las flores]. Y no he visto, pero quiero ver, la 23, She’s the one, ni la 58, Cosas que hacer en Denver cuando estás muerto.

[Escuchando: Kate – Ben Folds Five – Whatever And Ever Amen]

The Work of Director Michel Gondry

Casualidades de la vida. Te pasas por la fnac porque ya había pasado el día del padre, y tener un detalle no va a matar a nadie. Y claro, te das una vuelta por la sección de música. Y ves que hay un DVD ¡de un director de videoclips! Qué loca está la gente. Quién se va a comprar una cosa así. Pero por algún motivo lo giras. Y ahí están. Los dos videoclips más geniales de todos los tiempos. ‘Come into my World’, de Kylie Minogue (en serio) y Let forever be, de los Chemical Brothers. Alucinantes. O sea que el colgado que se compra cosas así acabo siendo yo.

Y qué pasada recuperar esos vídeos. Y los que ha hecho para White Stripes. Y los de Björk. Y Foo Fighters, y Cibo Matto, y Like a rolling stone por los Rolling Stones, y la publicidad de Smirnoff… Y lo currados que están los menús del DVD (la función ‘shuffle’ es muy buena).

Para mí los mejores, a parte de los de arriba, son la historia simétrica de Cibo Matto, la recursiva de Björk y el lego-clip para los White Stripes. Brutales.

Dos DVDs (bueno, uno con dos caras, que de hecho me gusta más) por 25 euros. Muy caro, pero lo vale hasta el último céntimo.

Por cierto, el resto de vídeos geniales de la historia los han hecho Chris Cuningham (el vídeoclip de robots de Bkörk) y Spike Jonze (el ex de Sofia Coppola, que ha hecho los últimos de Fatboy Slim, o Being John Malkovich), y también tienen sus respectivos volúmenes en la colección’The Work of Director…’.

[Escuchando: Renegade Master (old skool mix) – Fatboy Slim]

Por cierto, que ha saltado del videoclip a la pantalla grande. Ha hecho ‘Eternal Sunshine of the Spotless Mind’, coescrita con Charlie Kauffman, que ha sido nominado a los oscars por Being John Malkovich y Adaptation (que no era ni de lejos tan buena, pero qué se le a a hacer). La acaban de estrenar en Estados Unidos, ha arrasado con la crítica, no tanto con el público (8 millones de dólares, 6,000 dólares por sala), y ya me muero de ganas de verla.

Historias de la fnac

Hoy han caído los DVDs Use Your Illusion I, de Guns N’ Roses, y Stiff Upper Lip, de AC/DC. Más el CD 20 Históricos del Dance, para descolocar a la cajera de turno, más que nada. 16 euros por DVD, 10 euros por el CD (y 15 céntimos de cambio), difícil de resistir.

Así han conseguido que me deje suficiente pasta acumulada en la tarjeta de la casa como para llegar de nuevo a la promoción de ‘1 día, 10% en música y pelis, 5% en imagen, sonido, foto, informática y telefonía’… ;-P

En el departamento de cosas inexplicables: el DVD de Stiff Upper Lip, 16. El No Bull (mismo grupo, grabado en una plaza de toros de Madrid) 16 más. Y en el mismo expositor, los dos juntos en un pack… por 34. En el mismo expositor. Exactamente los mismos contenidos por DVD. ¿Se comprará alguien el pack?

Eso sí, no todo es tan bonito en la fnac… Antes de Navidad, me pasé por allí, les pregunté que si tenían un cierto modelo de tele. Me dijeron que sí, y yo a ellos que me la quedaba. No me la podían llevar a casa hasta después de Navidad, lo que me dio bastante igual. Y entonces el día que me la tenían que llevar, me llaman para decir que no la tenían, y que me llevaban un modelo equivalente mientras me la conseguían. Todo un detalle por su parte, pero… me habían dicho que la tenían. Luego, o me mintieron, o le vendieron mi tele a alguien. Me creo con derecho a estar enfadado. Lo peor del asunto es que parece ser que Panasonic ha ido a romper el estoc justo de ese modelo, y a fecha de hoy aun sigo sin noticias del aparatejo…

[Escuchando: Picture Perfect – Nelly Furtado]

Pattern Recognition

He acabado de leer Pattern Recognition, de William Gibson.

Sorprendentemente, me ha gustado (sobre todo si tenemos en cuenta las ganas con las que comencé). La verdad es que está bastante bien, y que el abandonar la ciencia ficción es algo que debería haber hecho (el escritor, no yo, que no la pienso dejar) hace dos o tres libros, como mínimo. Todo lo que tenía que decir en el campo, opino yo, se le agotó hace tiempo.

La historia avanza bastante bien, con facilidad, y el estilo de prosa, que es más bien preciosista, se adapta bien al tema.

Si alguien quiere repasar la historia, Neuromante, Quemando cromo y Mona lisa overdrive son bastante recomendables, mientras que Luz Virtual e Idoru no lo son demasiado, en mi opinión.

Y una cosa más: si la traducción de Neuromante que tengo es una indicación, mucho mejor leerlo en inglés directamente.

[Escuchando: Rock In A Hard Place – Aerosmith – Rock In A Hard Place]

De Quicksilver a Pattern Recognition

El otro día acabé de leer Quicksilver, de Neal Stephenson. No está mal, pero desde luego no es tan bueno como su libro anterior, Cryptonomicon. De todas formas, tengo ganas de que llegue la continuación, The Confusion, que saldrá en abril.

Y acabo de comenzar con Pattern Recognition, de William Gibson. Me da miedo, porque cuando comencé con Neuromante, hace ya una buena pila de años, me gustó bastante, y ahora me parece que este va a ser el último de sus libros que lea.

Mientras tanto, en la Palm sigo con Firebreak, de Richard Stark, seudónimo de Donal E. Westlake, uno de mis escritores favoritos. Con él además, no hay peligro: sigue siendo el mismo desde hace un buen montón de años, y como Elmore Leonard, es una garantía de éxito.