Una de libros electrónicos y precios…

Interrumpo mi silencio bloguero (anda uno corto de ideas estos días) para recuperar algunas cosas que han salido de un tuit de ayer por la noche… Este tuit:

https://twitter.com/chechar/status/231504758576381952

Los libros motivo del tuit salen directamente de la lista de recomendaciones que me hace Amazon.es en función de lo que ya he comprado (me da que soy un bicho raro: yo compro libros digitales):

El catálogo de Amazon me recomienda el libro "Las ventajas del deseo: Cómo sacar partido de la irracionalidad en nuestras relaciones personales y laborales", de Dan Ariely, por €13,29 en castellano y por €4,48 en inglés
Adivinad cuál de los dos va a caer…

Al cabo de un rato me retuiteaba @antonello y sus once mil followers (y lo goloso del tema, quiero pensar) han hecho que el tuit ande por encima de los 500 600 retuits (mis tuits normalmente acumulan entre uno y cero retuits…) y un buen puñado de menciones y respuestas. Algunos de ellos son lo suficientemente interesantes como para dejarlos aquí y que no se los lleve Twitter el viento…

https://twitter.com/TheGoOse/status/231659789124530176

La editorial española (Ariel) está usando el mismo canal de distribución que la anglosajona… Es probable que el régimen fiscal que afecte a Ariel sea muy diferente que el de la editorial anglosajona, pero estamos hablando de un ‘premium’ del 196%… (y sí, hay que tener otros criterios en cuenta, desde luego, como que la tirada en castellano será mucho más limitada que la inglesa o que el libro es algo más novedad en castellano que en inglés, pero, aún así… ¿un 196% más caro?).

No es el caso de Dan Ariely, cuya nómina en Duke, por un lado, no debe ser nada despreciable y que, por otro, después del exitazo de su anterior libro, se debe haber llevado un adelanto por este de seis cifras… Aún así, sí, es interesante pensar cómo se reparten el pastel editoriales y autores (y el resto de implicados en el proceso), pero es un análisis para el que carecemos de datos (y, además, me parece lícito que Ariel ‘subvencione’ con un ‘best seller’ casi garantizado un buen montón de libros con los que seguramente pierden dinero, que una editorial seria no es exactamente el mejor de los negocios). Aún así… ¿un 196% más caro?

https://twitter.com/damp_earth/status/231676537995403265

Otra de las que duelen: el curro del traductor (en este caso, traductora: Elisenda Julibert González, y hay que apuntar un tanto a favor de la editorial Ariel por hacerla constar en los títulos) tampoco es lo que encarece el libro hasta estos extremos (aún suponiendo y deseando que la compensación de Julibert González haya sido la adecuada).

Primero, reconocer que iniciativas como las de B de Books nos hacen ver que la industria editorial española se da cuenta de que hay que experimentar y buscar dónde están los precios que hacen que el libro sea un negocio. Apunta Marta en otro tuit que, aún así, también se descargan sin pagar copias de su libro. Desafortunadamente, sí, siempre va a haber quien se descargue el libro sin pagar un duro por él, independientemente del precio. No se trata de acabar del todo con ello (más que nada, porque es imposible), sino de llevar a la inmensa mayoría a un modelo en que autores y editores se lleven su justa compensación. Y B de Books, insisto, es un paso enorme en esa dirección que merece el aplauso de todos.

https://twitter.com/Armeris/status/231690963205115904

No hay mal que por bien no venga :-).

https://twitter.com/nachomo/status/231696663587217408

Para nada simple. En absoluto. Si no, nos habríamos metido todos en el negocio editorial. Y no es el caso. Nacho también apunta que hay que pagar al traductor. Pero, insisto, el coste de traducción no es el núcleo del problema y la adquisición de los derechos de la obra, en primer lugar, tiene en cuenta la tirada esperada del libro (si no, Ariel se habría hundido hace ya mucho tiempo) y, en segundo, es muy inferior a lo que habrá cobrado en este caso el autor por los derechos de explotación en lengua inglesa.

En fin. Esta entrada no tendrá el enorme eco del tuit, pero aún así me parecía interesante dejarla aquí guardada con algunos de los apuntes surgidos que me han parecido más interesantes. Antes de cerrar querría provechar para dejar claro que Ariel, en particular, es una de esas editoriales que vienen trabajando desde hace mucho en difundir conocimiento y que su tarea me parece encomiable: que no comparta su política de precios no quiere decir que no me parezca una buenísima editorial.

A vueltas con Internet Explorer…

La cantinela constante de que “Internet Explorer X es el nuevo Internet Explorer 6″ cansa. Mucho. Microsoft ha hecho mucho para intentar corregir sus transgresiones pasadas, y parece que todavía queda mucha gente que no está dispuesta a olvidar viejos rencores. Siempre habrá un navegador que va por detrás de los demás. Primero fue Mosaic el que se quedó atrás con respecto a Netscape. Después fue Netscape con Internet Explorer. Y después Internet Explorer con Firefox. La gente ya comienza a quejarse del navegador de Android 2.x.

Lo maravilloso de la web es precisamente que hay una multitud de navegadores y, si construyes las cosas correctamente, tus sitios y aplicaciones corren en todos ellos. Puede que no funcionen exactamente igual en todos, pero debería ser capaces de funcionar. No hay absolutamente nada que te impida usar características nuevas en tus aplicaciones web, de eso va la mejora progresiva (progressive enhancement). Nadie dice que no puedas usar RGBA. Nadie te apunta con una pistola para que no uses animaciones CSS. Como ingeniero en la web puedes tomar decisiones cada día.

Lo dice Nicholas Zakas en It’s Time To Stop Blaming Internet Explorer, un artículo en Smashing Magazine. No dice Zakas que maquetar para Internet Explorer 6 no sea una tortura china (ni Microsoft lo dice). Ni que IE7 no sea doloroso. Ni siquiera dice que IE9 esté a la altura del resto de navegadores. Más que nada, porque no es cierto. Dice, eso sí, que los esfuerzos dedicados a quejarse de las actitudes de Microsoft son cansinos y nada productivos. Y lo suscribo. Al 100%. Y recomiendo que os leáis el texto original, desde luego.

Los tuits de la semana (50)

Edición 50 de los tuits de la semana. Como lo de «la semana» lo llevamos con rigor «político», ya han pasado 60 semanas, desde la primera edición, pero aún así…

Los de diseño y desarrollo web

el montaje de vídeo interactivo de la BBC para los juegos parece alucinante… http://j.mp/Lm3ELZ

muy interesante charla de ayer del #io12: The Web Can Do That!? http://j.mp/L4Tmoc

RT @JuanjoBernabeu La evolución de la Web – http://kcy.me/9han vía @mahemoff

Symbolset, genial idea de tipografía para iconos (hint: it’s the ligatures, stupid) http://j.mp/MxE0H3

Interesante alternativa a los «captcha»:

RT @brucel Works with server-side script, client-side markup, a CMS, an O/S *and* some hardware! http://areyouahuman.com/

RT @koalillo en el blog, un itinerario vital para el aspirante a desarrollador web http://alex.corcoles.net/2012/06/desarrollo-web-como-dios-manda/

La semántica es muy importante. Pero a veces, si sabemos lo que hacemos, saltárnosla puede (en sitios muy complejos) ahorrarnos quebraderos de cabeza:

#css #especificidad Our Best Practices Are Killing Us http://j.mp/LlOPNQ

RT @christianp I’ve written a jQuery plugin that gives you an instant @mathjax preview of any LaTeX you write in input boxes: http://christianp.github.com/writemaths/

El W3C. Y sin embargo, se mueve:

RT @csswg Media Queries are now a W3C Recommendation ! http://www.w3.org/TR/2012/REC-css3-mediaqueries-20120619/ ^DG

RT @SergiMMX Habrá que probar algunos que no conocía… «15 Free WordPress Theme Frameworks» http://bit.ly/MpgD16 #wordpress

RT @softmodeling RT @avandeursen RT @PaulKlint Most amazing video of a (Lego) Turing machine you’ll ever see: http://ow.ly/bE3Qy

Para culturizarse un poco

al 3alacarta, Trencant els codis, un documental sobre la vida d’Alan Turing http://j.mp/NzJaCB

Y los temas audiovisuales

(Más audio que visuales, esta semana.) De salida, dos que demuestran que sí, hay gente con orejas de perro, pero que son una minoría:

The Great MP3 Bitrate Experiment (via @lifehacker) http://j.mp/MQ2JFF

Concluding the Great MP3 Bitrate Experiment http://j.mp/NRmrC7

Una buena noticia:

RT @WFMU Legendary BBC Radiophonic Workshop will reopen on digital platform in 2012: http://bit.ly/LE62ym via @freemusicarchiv

Y un poco de música…

RT @drgonzoisnotadj Arranca una semana calurosa, refréscala con una buena selección musical: DANCE TO THE RESCUE NIGHT! http://bit.ly/MIHAx4


Si en vez del resumen semanal quereís la versión integral y en directo… @chechar.

La controversia del Do Not Track

Ese tuit, de hace unos días, de Miquel Peguera (por poco que os interese el tema del derecho e internet, no dejéis de seguirle en Twitter ni de leer su blog, Responsabilidad en Internet: se trata de uno de los pocos especialistas del campo que se esfuerzan por resultar comprensibles conservando el rigor y sin caer en la demagogia), es una recomendación de las que conviene no ignorar… Como de costumbre, lo mejor es seguir el enlace y leer con atención pero, por si acaso, ahí va mi resumen y mi opinión al respecto.

The Sabotage of Do Not Track es un texto del profesor de la New York Law School James Grimmelmann (que hace unos meses publicó en Ars Technica el imprescindible artículo Death of a data haven: cypherpunks, WikiLeaks, and the world’s smallest nation). En él se hace eco de la controversia surgida últimamente alrededor de la iniciativa ‘do not track’.

En los últimos años ha ido surgiendo una inquietud (bastante razonable, en general) por los datos que se recogen de nosotros cuando navegamos por la red un buen montón de compañías (casi todas dedicadas, de una u otra forma, a la publicidad) y el uso que posteriormente hacen de ellos.

Captura de pantalla que ilustra la gran cantidad de sitios que envían datos nuestros a empresas como Google o Facebook
Basta instalar una herramienta como Collusion para comprobar que los grandes de internet conocen un puen pedazo de nuestro recorrido por la web (también para darse cuenta de que no lo saben todo, desde luego)

Una de las propuestas surgidas para proteger al público de los malos usos de esa recogida de datos es Do Not Track, que haría que los navegadores enviasen (si se desea) una señal universal «no me monitorices» a las empresas dedicadas a este seguimiento. Hacer caso o no de esa señal es, de momento, tan solo una cuestión de buena etiqueta por parte de esas empresas, pero los Estados Unidos ya están trabajando en que, como mínimo, decir que cumples con ‘do not track’ y no hacerlo represente una mala práctica comercial y, con un poco de suerte, tanto los Estados Unidos como la Unión Europea seguirán trabajando en esa línea.

De momento Firefox, Internet Explorer y Safari han comenzado a implementar ‘do not track’ (en donottrack.us encontraréis cómo activarlo en cada navegador) y, poco a poco, algunos grandes recopiladores de datos se van apuntando a hacer caso (en ese curioso equilibrio eterno de la industria publicitaria, de regularse un poco motu proprio para evitar una regulación seguramente más rigurosa por parte de «la autoridad competente»).

El problema ha saltado con el anuncio, por parte de Microsoft, de que pretende dejar activado por defecto «do not track» en el inminente Internet Explorer 10 (nótese que no han sido ni Mozilla —no podemos obviar su relación con Google, aunque no creo que eso sea un factor— ni Opera ni Apple los que han dado ese paso, sino los de Redmond, que andan un poco a la greña con un par de empresas que sacan un buen provecho de esos seguimientos: Google y Facebook). Y ahí se ha armado. Porque, desde luego, una cosa es que un usuario más o menos sofisticado active «do not track» en el navegador (al fin y al cabo ese usuario muy probablemente no sea, de salida, el más rentable para las empresas de publicidad) pero otra muy diferente es que todo hijo de vecino que se compre una tableta con Windows 8, por poner un caso, tenga el dichoso ‘do not track’ activado de salida… Y no han tardado en dejarse oir las voces de grandes jugadores de la industria (Grimmelman recoge las de Google y también las de Yahoo! y Adobe, dos compañías que también se nutren de la tarta económica de la publicidad) que argumentan que si ‘do not track’ está activado por defecto en Explorer, «no pueden» saber si esa es una decisión informada del usuario y que, por tanto, no se sentirían obligados a hacer caso a la petición.

El asunto, desde luego, es complejo. Microsoft ha enarbolado la bandera de la defensa de los derechos del consumidor. Y eso es encomiable. Pero uno no puede evitar pensar que el interés que tiene en hacerlo va «un poco» más allá del altruismo puro. Los anunciantes, por su lado, obviamente barren para casa (¿quién no lo haría?) descaradamente, pero algunos de sus argumentos tienen su ‘aquel’: una decisión tomada por un fabricante no es una decisión tomada por el usuario (naturalmente, el acuerdo tácito del usuario de dejarse monitorizar es tanto o más discutible). Y puestos a ver publicidad, prefiero que sea de algo que me interesa… Personalmente opino que una iniciativa como ‘do not track’ merece sobrevivir y que, a la larga, las regulaciones del mercado provenientes del legislador iban a ser más duras (o al menos quiero creerlo) y que más vale que las partes envainen sus espadas y se sienten a negociar. Pero, para saber qué pasará, la única solución que queda es esperar y permanecer atentos…

Un año más…

Imagen de un número 9