Se acabó la música gratis en Last.fm

…a no ser que tenga uno la suerte de vivir en el Reino Unido, Estados Unidos o Alemania (que son sus tres mercados ‘grandes’). El ‘scrobbling‘ y demás servicios de last.fm, eso sí, seguirán ‘en abierto’. El precio de la suscripción, además, será de 3 euros, y no los 2.50 actuales (espero que sigan ofreciendo descuentos por suscripciones de un año, pero no lo especifican en el blog-anuncio), por los mismos servicios que prestaban hasta ahora (acceso a tu emisora de favoritos, por ejemplo, aunque nada de «on demand ‘de verdad'»).

Servidor seguirá siendo usuario del scrobbling hasta que le echen a patadas (todos esos datos no se pueden tirar a la basura), pero lo de los tres eurillos va a tener que pensárselo… y es que de momento van 7 al mes para Pixbox (y su modelo de alquiler tarifa plana con DRM), 15 para eMusic (modelo venta rollo Círculo de Lectores, en MP3 y, por tanto, sin DRM) y 4 para yes.fm (que va por la radio musical en la web bajo demanda, modelo freemium), más el gratuito de Spotify (financiado con publicidad, también cuenta con modelo freemium, con una suscripción de 10 euros mensuales o un euro diario). Si a esto le añadimos compras esporádicas en 7digital y Amie Street, casi me voy a alegrar de mi decisión de no saltarme las puertas de Pandora, no sea que sea yo el último imbécil que se dedique a financiar a las discográficas (nótese que he dicho discográficas y no artistas: es muy diferente).

Todo esto, desde luego, teniendo en cuenta además, que el catálogo musical en línea, aunque creciente, es muy probable que nunca sea completo ‘legalmente’ (para más información, véase Sobre las cosas abandonadas, de Kiko Fuentes en el blog de yes.fm y sigan leyendo por su etiqueta ‘back catalogue’)…

Reflexión uno: a ver si me montan un híbrido yes+last+spotify (mucho catálogo de aquí, información semántica, clientes móvil-escritorio-web, radios personalizadas y reproducción ‘on demand’, de salida) y me consolidan un poco la oferta.

Reflexión dos: todo esto, desde luego, porque la industria está haciendo todo lo posible por ahogar las alternativas legales (¿porque está interesada en sacar su propio modelo a medio plazo y en monopolio se vive mejor?).

Las discográficas indie, a rentabilizar la ‘long tail’

Los viejos discos nunca mueren. Por oscura que sea la referencia del catálogo, por pasada de moda que esté, se venderá. Muy poco, pero se venderá. Hace un par de semanas comentaban en Ars Technica los números de eMusic: de su catálogo de tres millones y pico de pistas, cada trimestre venden al menos una copia de dos tercios de ellas… Pueden ustedes apostar a que hay centenares de miles de esas pintas que se venden una única vez en esos tres meses. A vaya usted a saber quién, vaya usted a saber dónde… Evidentemente, una copia vendida en una tienda no da como para replicar mil copias de un CD y distribuirlo por las tiendas, a ver si hay suerte. Pero eMusic (y iTunes, y demás tiendas digitales) se saltaron hace tiempo los límites de lo físico y se permite el lujo de tener un catálogo con tantas copias como haga falta de centenares de miles de CDs, disponibles 24 horas al día allá donde llegue internet.

El catálogo de eMusic proviene en grandes cantidades de los ‘fondos de armario’ de las discográficas independientes, que por ese camino se permiten dar un respiro a sus arcas. La pregunta, evidentemente, es… ¿por qué depender de un intermediario? Y por lo que cuentan en Reuters, más de una de esas indies ha comenzado a responderse a sí misma montando su propia tienda, en las que se suele colocar el catálogo entero en MP3 y, según discográficas, en formatos sin pérdida de calidad como FLAC (el DRM, efectivamente, agoniza, al menos en la venta de música en la red).